El presidente cubano Fidel Castro y el papa Juan Pablo II mantuvieron hoy un prolongado díalogo privado en esta capital, en el segundo día de la histórica visita del pontífice a Cuba.
Tras un cordial recibimiento de Castro, honores de la guardia presidencial, presentación de dignatarios de Cuba y el Vaticano, el Papa y el presidente de este país se retiraron a una sala privada donde dialogaron por espacio de 45 minutos, al término de cual no hubo comentarios a la prensa.
Diversos analistas señalaron que los asuntos pendientes en la agenda del primer encuentro de ambos, el 19 de noviembre de 1996 en Roma, fueron superados por las visibles muestras de apertura hacia la Iglesia Católica dadas por Castro en los últimos tiempos.
Del lado pontificio, la posición contraria al bloqueo estadounidense de Cuba también apunta a la distensión que tanto el Papa como Castro procuran crear.
En el diálogo franco que tuvo lugar en el Vaticano, el Papa y Castro abordaron el tema del bloqueo económico estadounidense, la libertad religiosa, los derechos humanos y la posición de Cuba en la comunidad internacional.
A su arribo a Cuba el miércoles, el Papa abogó porque "Cuba se abra con todas sus magnificas posibilidades al mundo y que el mundo se abra a Cuba", lo cual fue interpretado como una exhortación a que se ponga fin al bloqueo.
Castro, por su parte, no sólo elogió la figura del Papa como mensajero de la paz y por el bienestar de los pobres, sino que brindó amplias facilidades y colaboración oficial para que la Iglesia Católica local pudiese ofrecer un masivo recibimiento a Juan Pablo II.
"Santidad, pensamos igual que usted en muchas importantes cuestiones del mundo de hoy y ello nos satisface grandemente", dijo Castro en su mensaje de recibimiento.
Luego recordó que en otros asuntos, que no identificó, existen opiniones diferentes, pero que a pesar de ello, rinde "culto respetuoso a la convicción profunda con que usted defiende sus ideas".
Pese a que se desconoce lo conversado en la reunión de este jueves, en las dos apariciones públicas realizadas hasta ahora por el Papa no se han producido los reclamos de libertad religiosa y de derechos humanos que algunos sectores adujeron que presentaría el pontífice en esta isla. (FIN/IPS/sh/ff/ip cr/98