(Arte y Cultura) EEUU: El Titanic resurge en la taquilla de los cines

La película "Titanic" está superando las marcas de la taquilla en los cines de Estados Unidos. Cuenta con imágenes generadas por computadora que revelan una excelencia técnica impensable en 1953 y 1958, cuando se realizaron las dos primeras versiones del hundimiento del lujoso buque.

La nave se hundió en su viaje inaugural de Gran Bretaña a Estados Unidos en abril de 1912 y la película del director James Cameron recibió tanto críticas a favor como en contra.

"El barco se parte en dos, igual que la película", bromeó un crítico. "El drama épico de 194 minutos de duración se hundió en el agua", señaló otro.

Pero la crítica de cine del diario The New York Times, Janet Maslin, opinó que el nuevo Titanic es el primer espectáculo que puede compararse a la madre de todas los filmes épicos de Hollywood, "Lo que el viento se llevó". Puede que haya dado en el clavo.

El costo de construcción del RMS Titanic fue de 7,5 millones de dólares. En el momento de su lanzamiento, el buque calificado de "inhundible" fue el objeto móvil más grande del mundo.

Los estudios Paramount Pictures y 20th Century Fox se sumergieron en una empresa de más de 200 millones de dólares para la nueva, lustrosa versión del barco que llevó a la muerte a más de 1.500 personas cuando chocó contra un témpano de hielo en el Atlántico Norte, en una noche sin luna.

Aun con la inflación, la película resultó ser la más cara de la historia pero, durante las últimas cinco semanas, ya recaudó más de 200 millones de dólares solo en Estados Unidos y está en camino de recuperar sus costos. Quizá se convierta en el filme de mayor ganancia.

Titanic también se menciona como posible ganadora del máximo galardón de Hollywood, el Oscar, el 23 de marzo. El filme recibió la ayuda de la publicidad del multimillonario musical del mismo nombre en escena en Broadway y desmintió a los críticos que predijeron su hundimiento en las boleterías.

La producción fue filmada en su mayoría en México, dentro de una réplica del barco original, en un tanque con casi 64 millones de litros de agua y tres hectáreas de superficie.

Pero Titanic no es solo otra "película de desastres". Aparte del espectáculo de la partición del barco en dos, el filme también revela la fragilidad del dominio humano sobre la naturaleza.

"El Titanic fue la primera gran señal de alerta del siglo XX", sostiene Cameron. La tecnología había producido numerosos milagros durante las dos décadas previas a la tragedia, como el automóvil, la grabación del sonido, las radiocomuniaciones y el cine.

Las posibilidades abundaban, señaló. "Y entonces, de golpe, 1.500 personas murieron en lo que se había descrito como el mejor, más seguro y lujoso barco de la historia. Nuestro dominio sobre la naturaleza quedó completamente refutado y para siempre destruido".

Para algunos, la mayor atracción de la película es la historia de amor de dos jóvenes cuyo breve romance encuentra un obstáculo más destructivo que el témpano de hielo que destruyó al Titanic.

Uno de los temas dominantes de la obra son las diferencias de clase que existían a principios de siglo. Rose DeWitt Bukater (interpretada por Kate Winslet) es la muchacha de clase alta de 17 años que abandona a su rico prometido Cal Hockley (Billy Zane) por el amor de Jack Dawson (Leonardo DiCaprio).

Dawson es un adolescente empobrecido y aventurero que se embarca en el Titanic solo por haber ganado un pasaje en un juego de póquer poco antes de que el barco zarpara de Southampton, Gran Bretaña.

"Nada en el planeta se interpondrá entre ellos, ni siquiera algo tan inimaginable como el hundimiento del Titanic", asegura la propaganda publicitaria.

El barco también transportaba una carga de millonarios y miembros de la alta sociedad. J.P. Morgan, entonces uno de los hombres más ricos y poderosos de Estados Unidos, también había reservado su pasaje en el Titanic pero cambió de opinión 24 horas antes de la partida.

Abordo del buque había cientos de pobres inmigrantes, entre ellos Jack Dawson, confinados a la tercera clase y las cubiertas inferiores.

El filme retrata espléndidamente la diversión bulliciosa de la tercera clase y la contrasta con la engreída abundancia de los pasajeros de primera.

El salón de primera clase fue diseñado a semejanza del Palacio de Versalles, en Francia, epítome del lujo, explicaron los productores del filme.

Pero cuando llegó la hora del rescate, los ricos llegaron primero a los botes salvavidas y dejaron a la mayoría de los pasajeros de tercera atrapados bajo el agua.

De hecho, la tripulación bloqueó las salidas lo que permitió que sólo los pasajeros de primera clase accedieran a la cubierta donde se realizaban las operaciones de rescate. Sesenta por ciento de los pasajeros de primera se salvaron mientras solo 25 por ciento de los viajeros de tercera sobrevivieron. (FIN/IPS/tra-en/td/aq/cr/98

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