Una encuesta privada señala que 78 por ciento de los argentinos no aceptaría que el presidente Carlos Menem, que gobierna desde 1990, se postule a un tercer período mediante una nueva reforma constitucional.
Sin embargo, un sector del oficialismo trabaja para la virtual candidatura que le permitiría permanecer hasta 2003.
La consulta fue realizada por la socióloga Graciela Romer este mes, el primero de un año en el que la carrera hacia la presidencia, que se jugará en los comicios del año próximo, dominará la agenda política tanto del gobernante Partido Justicialista como de la nueva Alianza de oposición.
El 78 por ciento de los consultados se opuso a una tercera gestión de Menem, reelegido en 1995 por una reforma constitucional que él mismo promovió.
La mayoría alegó razones de legalidad, al reconocer la existencia de una cláusula constitucional que impide una tercera administración consecutiva del mismo presidente.
Menem fue el responsable de una reforma económica conducida por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, que permitió terminar con la inflación, la apertura al capital extranjero y la privatización de empresas.
Pero ahora muchos electores reclaman más transparencia, mejor administración de justicia, seguridad, educación y sobre todo empleo.
Pese a la falta de consenso, este mes se presentaron cuatro recursos ante la justicia de dirigentes políticos y particulares que reclamaron en diversos tribunales por una presunta "proscripción" de Menem con argumentos que los constitucionalistas estiman inadmisibles pero podrían llegar a la Corte Suprema.
Uno de ellos, un dirigente justicialista de La Rioja, la provincia natal del presidente, argumentó que así como otras veces se ignoraron cláusulas transitorias de la constitución, ahora debe hacerse lo mismo.
El sindicalista se niega a que se viole "su" derecho de proponer a Menem como candidato de su partido para los comicios presidenciales de 1999.
Otro, un empresario supuestamente particular, consideró que así como hubo presidentes que debieron interrumpir su gestión "es hora de que un presidente termine con su reforma para transformar el país".
Mientras los jueces van elaborando las respuestas a cada recurso de amparo, funcionarios y legisladores trabajan en un proyecto de consulta popular que debería responder a la pregunta de si la ciudadanía quiere o no que se remueva una cláusula de la constitución según la cual el presidente sólo puede ser reelegido una vez.
Como la reglamentación de la consulta popular requiere de la aprobación de la mayoría parlamentaria y la oposición se resiste a darle esa herramienta al oficialismo, esta semana trascendió que la consulta podría ser reglamentada por un "decreto de necesidad y urgencia" que llevaría la firma del presidente.
El diputado opositor Gustavo Béliz, que había sido ministro del Interior de Menem durante su primera gestión, sostuvo que si se realiza una consulta popular la respuesta será "calamitosa" para el presidente de acuerdo a la escasa adhesión que suscita entre los encuestados.
La presunta proscripción había sido levantada por el secretario general de la presidencia, Alberto Kohan, y luego fue el propio Menem quien, consultado acerca de sus deseos para 1999, declaró que no puede ser presidente porque está "proscrito" según la Carta Magna.
La constitución argentina que rigió desde 1956 hasta 1994 indicaba que el presidente no podía ser reelecto y que su gestión duraba seis años.
Cuando Menem, elegido en 1989, se acercaba al final de su mandato, promovió una reforma que incluyó una clusula que prevé el acortamiento del mandato a cuatro años y la reelección "por única vez" consecutiva.
Ahora, cuando se aproxima el momento de dejar el poder, algunos de sus colaboradores comenzaron a trabajar en la tercera presidencia, al principio tímidamente y este año desembozadamente.
Kohan consideró que "a los presidentes no los eligen las constituciones sino la gente" y para ganar esa adhesión comenzaron ya a trabajar.
En 1995, cuando Menem acababa de ser reelegido, la tarea se limitaba a una campaña publicitaria cuya responsabilidad nadie asumía y que se ceñía a una serie de carteles y objetos recordatorios (encendedores, llaveros, calcomanías) con la leyenda "Menem '99".
Pero desde fines de 1997 comenzó una ofensiva desde los sectores más marginales de la estructura partidaria.
Así, dirigentes poco conocidos ante la opinión pública hicieron propuestas que aparecían descabelladas pero que no eran desautorizadas ni por el presidente ni por sus ministros.
El primero fue un dirigente del interior del país que argumentó que el primer período de Menem fue en el marco de la constitución "vieja".
Así, el segundo período sería el primero -con la nueva Carta Magna- y por lo tanto Menem estaría habilitado para un tercer período.
Es el mismo argumento que esgrimen los que buscan en Perú una tercera gestión consecutiva del presidente Alberto Fujimori.
Pero la verdadera ofensiva jurídica -que algunos allegados a Menem revelaron que fue bautizada "operativo clamor"- llegó este mes con una lluvia de reclamos antes distintos juzgados para que se determine si el presidente está o no proscrito por la nueva Carta Magna.
La diputada Graciela Fernández Meijide, mencionada como una de las posibles candidatas de la Alianza de oposición para integrar la fórmula presidencial de 1999, consideró que Menem tiene que aceptar los límites de la constitución que juró respetar y aceptar que su gobierno termina.
El jefe del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Fernando de la Rúa -el otro candidato a integrar el binomio opositor junto con Fernández-, reclam un rápido pronunciamiento de la Corte Suprema negando esta posibilidad, a fin de "evitar un daño mayor a las instituciones".
Por último, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, el justicialista Eduardo Duhalde, señaló que los que buscan una reelección de Menem deben consultar a un psiquiatra.
Duhalde es el dirigente del oficialismo con más posibilidades de suceder a Menem en 1999, si no hay una nueva reforma que lo obligue a postergar una vez ms sus ambiciones. (FIN/IPS/mv/dg/ip/98)