El canciller de Gran Bretaña, Robin Cook, admitió hoy que la Unión Europea (UE) no podrá hacer nada para detener las masacres sistemáticas en Argelia hasta que el gobierno de ese país norafricano acepte las ofertas de ayuda.
"Es preciso que nuestra disposición a ayudar sea correspondida por la disposición del gobierno de Argelia a aceptar nuestra ayuda", declaró Cook a la prensa en Bruselas, y agregó que existe un diálogo, pero es muy limitado.
El canciller argelino Ahmed Attaf acordó sólo "en principio" visitar Londres para mantener conversaciones con el gobierno británico mientras éste ocupe la presidencia rotativa de la UE.
Los tres ministros de la UE que visitaron Argelia la semana pasada sólo alcanzaron resultados modestos, admitió Cook.
Europa desea que Argelia "progrese hacia la transparencia, la democracia y el diálogo" internacional, agregó el canciller.
Los cancilleres de la UE, que se reunieron este lunes en Bruselas, lamentaron que las autoridades argelinas no hayan aceptado las ofertas de ayuda humanitaria.
"El consejo de ministros lamenta que las autoridades de Argelia no hayan podido otorgar libre acceso a agencias internacionales, organizaciones no gubernamentales (ONG) y medios de comunicación", dice el comunicado.
Cook anunció que continuará presionando a Argelia para que permita a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) investigar una serie de masacres que costaron la vida al menos a 70 personas en la última semana y a unas 70.000 en los últimos seis años.
Casi 1.300 argelinos fueron brutalmente masacrados durante el Ramadán, el mes sagrado de los musulmanes, que termina esta semana.
El diario argelino Liberté informó el domingo que 11 personas, entre ellas una niña de cinco años y una anciana de 70, fueron asesinadas en la madrugada del viernes en la ciudad de Sidi Bel Abbes, al oeste de Argel.
Cinco mujeres también fueron secuestradas en el ataque, aunque posteriormente lograron escapar, informó Liberté. En Bougara, al sur de la capital, tres personas murieron y cinco resultaron gravemente heridas en un atentado con bomba a un café.
La violencia estalló luego de que los militares en el poder anularan las elecciones legislativas de 1991, que en la primera vuelta dieron el triunfo al Frente Islámico de Salvación. Las matanzas, la tortura, las violaciones y los secuestros son ya hechos cotidianos.
Muchas de las víctimas pertenecían a los sectores más vulnerables de la sociedad. Mujeres, hombres, niños y ancianos fueron decapitados, mutilados, quemados vivos en su hogar o muertos con armas de fuego.
Gran parte de las masacres fueron perpetradas en zonas cercanas a la capital o en torno de cuarteles militares, pero las fuerzas de seguridad no detuvieron el derramamiento de sangre.
Varios de los peores ataques se realizaron contra comunidades conocidas por su apoyo al fundamentalismo islámico. Por esa razón, algunos grupos de derechos humanos consideran que los militares hacen la vista gorda a las masacres o las cometen ellos mismos.
"¿Por qué continúan las masacres cuando las autoridades siguen asegurando que la violencia es residual?", se preguntó este lunes el abogado Patrick Baoudouin, presidente de la Federación Internacional de Ligas de Derechos Humanos, con sede en París.
"¿Por qué no se cometen masacres cerca de zonas industriales?", preguntó.
El gobierno argelino rechazó airado estas acusaciones. Cook y el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Klaus Kinkel, quien también se hallaba en Bruselas este lunes, afirmaron que no tienen evidencia para respaldar las suposiciones de los activistas.
"Las masacres del último año se perpetraron en el contexto de la creciente generalización de las violaciones de los derechos humanos por las fuerzas de seguridad y grupos fundamentalistas armados", denunció la organización de derechos humanos Amnistía Internacional.
Ex oficiales de seguridad argelinos, hoy en la clandestinidad, y un ex primer ministro residente en el exterior también acusaron a los servicios de seguridad estatales de estar involucrados en las masacres, para justificar medidas más duras contra Argelia.
"Por cierto, algunas masacres pueden atribuirse a los fundamentalistas islámicos. ¿Pero, puede afirmarse que los militares o la policía no fueron cómplices o que no participaron en las matanzas?", se preguntaron las fuentes.
Cook y Kinkel pidieron mayor transparencia al gobierno de Argelia y le aseguraron que la investigación de la ONU sólo tendría el fin de aclarar posibles dudas.
Sin embargo, Habib Shawqi Hamrawi, ministro argelino de Comunicaciones, declaró al canal de televisión por satélite Al- Jazeera que quienes respaldan la investigación de la ONU quieren "controlar a Argelia".
El ministro también acusó a los medios de comunicación extranjeros de exagerar las noticias sobre las masacres y de intentar absolver de culpa a los responsables.
Amnistía Internacional, la Federación Internacional de Derechos Humanos y Reporteros Sin Fronteras solicitaron una sesión especial de la Comisión de las Naciones Unidas de Derechos Humanos sobre el caso de Argelia. (FIN/IPS/ao/xx/ns/rj/ip-hd/ml-aq/98