AMERICA LATINA: La preocupante apatía electoral de los jóvenes

A pocos días de las elecciones presidenciales en Costa Rica, el desinterés de los votantes es uno de los mayores de la historia de ese país centroamericano, considerado un modelo de democracia participativa en el continente.

Cerca de 40 por ciento de los electores costarricenses no saben a quien votar o ya decidieron no ir a las urnas. El abstencionismo podría llegar a 20 por ciento del total de la población, lo que constituiría un récord histórico en un país donde los comicios han sido una verdadera fiesta popular.

Pero la gravedad del fenómeno no se limita a Costa Rica. En Chile, la pérdida de interés por las elecciones causa alarma entre dirigentes políticos e investigadores sociales.

En los comicios legislativos de diciembre último sólo votó el ocho por ciento de los jóvenes habilitados. El país nunca había asistido a una demostración tan masiva de desinterés por parte de los votantes de menos de 30 años.

En Brasil y Colombia, dos países que tendrán elecciones presidenciales este año, las encuestas también reflejan una gran apatía e indefinición de los electores más jóvenes.

En el sur de Brasil, un sondeo entre aspirantes a un cupo en una universidad estatal reveló que 65 por ciento de los consultados no pensaba votar en las elecciones de octubre próximo.

La creciente apatía política entre los electores más jóvenes en la mayoría de los países latinoamericanos no preocupa sólo porque expresa un fuerte desencanto con los políticos actualmente en posiciones de mando, como admitió el ministro del Interior de Chile, Carlos Figueroa.

Aún más grave es la incertidumbre sobre las actitudes futuras de una generación cuyo primer contacto con la política es marcado por el rechazo o la indiferencia. Muy pronto los jóvenes, que hoy tienen menos de 35 años, estarán en condición de asumir puestos directivos.

"A medida que crecen la privatización y la globalización en la región, la nueva generación se muestra más convencida de que la política es menos importante en sus vidas", declaró Fernando Zumbado, director del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina, al diario Miami Herald.

Esto "constituye un reto transcendental para la democracia en el continente", añadió.

Se trata de un fenómeno preocupante porque la futura generación de dirigentes nacionales llegará a los puestos de mando después del año 2000 profundamente desilusionada con la política, al menos en su forma actual.

Quizás el concepto de política sea la clave para lograr comprender un proceso que, por las percepciones actuales, conduce a un callejón sin salida, ya que la negación de la política es considerada la ruta más corta hacia el autoritarismo.

Pero definir como política a lo que se practica ahora puede crear una barrera a la comprensión de que son posibles otras formas de actuar, como por ejemplo la que está oculta en la apatía y rechazo de los electores jóvenes en América Latina, según el sociólogo francés Alain Touraine.

Si esto es verdad, y si los líderes actuales no logran descubrir lo que está por detrás de la apatía, se podría crear un vacío que dificultará enormemente la transición hacia una nueva generación de políticos.

Los parlamentarios contemporáneos, que tienen en su gran mayoría más de 45 años, están aprobando leyes que reglamentarán la actividad de los futuros dirigentes regionales. Esas leyes enfrentan hoy el escepticismo generalizado de quienes tendrán que aplicarlas en las próximas décadas. (FIN/IPS/cc/ag/ip/98

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