AMERICA: Hacia un área de libre comercio energético

Empresas y autoridades energéticas del continente buscarán desde este miércoles en Venezuela dibujar un espacio económico común para el comercio de bienes, servicios e inversiones en energía, basado en las reglas de la integración y del libre mercado.

Las nociones de complementación, soberanía, seguridad energética en el hemisferio y de desarrollo sostenible se combinarán con la de promoción del sector en condiciones de mercado al efectuarse en Caracas, hasta el viernes, la III Reunión Hemisférica de Ministros de Energía.

Será precedida por un encuentro de empresarios de energía, sigue a las reuniones e Washington en 1995 y Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) en 1996 y se enmarca en el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que 34 países -Cuba excluída- deben haber negociado para el año 2005.

En privado, fuentes de la organización en Venezuela señalan que los ministros y los empresarios de la energía hacen un esfuerzo para ser ellos quienes dicten las pautas de lo que sería el mercado común de energéticos en el hemisferio.

Los ministros de comercio exterior, que han llevado hasta ahora las negociaciones del ALCA, "tienen la cabeza más puesta en manufacturas, agroindustria, aranceles y aún protecciones", comentó a IPS una fuente que requirió el anonimato.

En el sector energético, en cambio, "por vía de comercio, de asociaciones, de atracción de inversiones o de desarrollo de alternativas, los países y empresas lo que siempre quieren es obtener energía lo más barata posible", añadió la fuente.

En la búsqueda de ese mercado común energético, la tercera reunión de autoridades del sector en el hemisferio producirá una Declaración de Caracas que sellará un plan de acción sobre la complementación en las Américas y se entregará a la segunda cumbre de mandatarios americanos, en abril en Chile.

El ALCA de la energía "no significa que los gobiernos van a imponer nada, sino que crearán las condiciones para que los empresarios privados participen de la integración", dijo Mauro Hoyer, coordinador del encuentro y funcionario del grupo estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).

Esas condiciones "van desde la concesión de un trato de locales a las empresas extranjeras hasta la creación de un marco legal propicio, pasando por la no-limitación de las áreas de inversión y de comercio", dijo Hoyer.

Estados Unidos, por ejemplo, sostiene medidas proteccionistas frente a ciertas importaciones petroleras.

México está cerrado a la inversión privada en el sector, aunque se asocia con empresas para hacer negocios en Estados Unidos. Venezuela sólo abrió segmentos de su industria, y el caso se repite en Brasil.

El ALCA energético parte de un conjunto de premisas, la primera de las cuales es que América consume 25 millones de barriles diarios de petróleo y produce 20 millones. El 42 por ciento del consumo de combustibles en el continente está representado por productos petroleros.

El déficit de cinco millones de barriles diarios previsiblemente se ensanchará hasta 10,5 millones de barriles por día en el año 2010, según el ministro venezolano de Energía, Erwin Arrieta.

En los próximos 20 años, recordó Luis Giusti, presidente de PDVSA, el mundo aspira que la economía crezca globalmente entre cuatro y cinco po ciento cada año.

"Eso se traduce en aumento de la demanda energética entre tres y 3,8 por ciento al año, y petrolera de dos a 2,8 por ciento anual", agregó.

"Es necesario crecer mirando hacia afuera, buscando las oportunidades de la globalización bien entendida, que es sinónimo de integración", dijo Giusti. "Es imprescindible moverse con celeridad a lo largo de la cadena", agregó.

La cadena comienza con el reconocimiento de que, en petróleo, "América Latina es excedentaria y América del Norte deficitaria", subrayó Hoyer.

Estados Unidos consume 69 por ciento del petróleo que se usa en el hemisferio, pero junto con Canadá tiene apenas 21 por ciento de las reservas probadas.

Al ritmo actual de extracción y de previsible crecimiento del consumo, esas reservas satisfacen la demanda de los próximos 19 años. Si se incluyen los 270 millardos de barriles de reservas probables en la Faja del Orinoco (Venezuela), el hemisferio tiene petróleo para 50 años.

Para a un tiempo satisfacer la demanda, desarrollar la oferta y generar riqueza en el proceso, se requiere "reordenar el mapa energético americano", según Arrieta, con un nuevo entramado de inversiones señaladas por Hoyer.

En el trienio 1998-2000 las inversiones en petróleo y gas en seis países de la región (Argentina, Brasil, Colombia, México, Trinidad-Tobago y Venezuela) superarán los 110.000 millones de dólares, apuntando al consumo en el hemisferio. Estados Unidos y Brasil cada vez compran más energía en el hemisferio.

Si el consumo hemisférico de petróleo crece a un ritmo de 1,5 por ciento anual, "el del gas lo hace a 1,8 por ciento, y es posible una red panamericana de gas natural, cuando se disponga de nuevas tecnologías", apuntó el analista Charles LaMantia, de la firma de consultoría estadounidense Arthur D. Little.

Existe además interés compartido en el hemisferio "por tecnologías que, económicamente, creen mayor eficiencia energética y menos emisiones", dijo LaMantia. Y en su opinión es "decisiva" la armonización de políticas que puedan pactar las naciones asociadas en el ALCA.

Por ese interés común en economía, seguridad, suministro, inversión, ambiente, tecnología y riqueza, los estados americanos levantan la otra "pata" de la integración, la energética, mientras con el 2005 como límite se discute sobre el área de libre comercio para el resto de sus bienes y servicios. (FIN/IPS/jz/dg/if/98

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