/AMBIENTE/PERU: Desplazados por la guerra enfrentan a El Niño al volver

Perú es el país que dio nombre a El Niño, el fenómeno climático causante de diversos desastres en todo el mundo. También es, según la Organización Panamericana de la Salud, la nación más afectada.

Dentro de Perú, los más perjudicados por las sequías e inundaciones que trajo El Niño son las decenas de miles de personas que sólo ahora regresan a sus hogares, abandonados durante 17 años de violencia política.

"El Niño" fue el nombre que pescadores peruanos dieron en el siglo XIX a una corriente de agua cálida procedente del Pacífico ecuatorial que llegaba cada tantos años cerca de Navidad con dirección al sur y ahuyentaba a los peces, causando hambre en las comunidades pesqueras.

Desde entonces, El Niño fue reconocido como un fenómeno meteorológico mundial que cobra numerosas vidas y causa diversos daños por miles de millones de dólares.

En Perú, las sequías e inundaciones atormentan a las comunidades pobres. "La sequía significa el desperdicio de todo lo que se planta. Debemos ayudarlos a superar este año", instó Herman Van Aken, de la organización humanitaria Dutch Inter Church Aid (DIA).

Más de 30.000 personas murieron en el conflicto iniciado a comienzos de los años 80 entre las fuerzas armadas y los rebeldes del Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru.

Entre 600.000 y un millón de personas huyeron de la violencia en los departamentos peruanos de Ayacucho, Huancavelica y el sureño Apurimac, el más pobre del país, hacia la relativa seguridad de las ciudades.

Sólo un quinto de los desplazados regresaron a esos departamentos, donde intentan reconstruir sus hogares junto a los que se quedaron con la ayuda del gobierno, DIA y otras organizaciones no gubernamentales.

Desde 1996, DIA otorga ayuda de emergencia a las comunidades rurales en situación económica precaria que regresan a Ayacucho, Huancavelica y Apurimac con el respaldo de la Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea (ECHO).

ECHO confirmó la semana pasada un paquete de ayuda humanitaria de 1,7 millones de dólares para contrarrestar los efectos de El Niño en Perú.

El dinero ayudará a DIA y a la organización no gubernamental española Acsur a proveer alimentos, medicinas, herramientas, agua y saneamiento a las comunidades afectadas en los próximos seis meses.

"Temperaturas excesivas e inundaciones en un lado del país, y frío antártico y sequía en el otro son los dos extremos de este 'megaNiño' ", el más intenso y persistente de todos los Niños registrados hasta el momento, explicó Sebastián Zúñiga, director del Servicio Nacional Meteorológico e Hidrológico de Perú.

El estado de emergencia debido a los efectos de El Niño ya fue declarado en los departamentos de Ancash, Arequipa, Ayacucho, Apurímac, Cajamarca, Cusco, Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Moquegua, Tacna, Puno y Huancavelica.

Las intensas lluvias del mes pasado provocaron graves inundaciones y deslizamientos de tierra en las zonas del norte, centro y sudeste del país, señalaron el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Departamento de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (DHA).

El Instituto de Defensa Civil (INDECI) reveló que, en total, 9.279 personas resultaron afectadas y se dañaron unas 1.390 viviendas, de las cuales 160 quedaron destruidas por las aguas.

El DHA informó el mes pasado que los departamentos de Tumbes y Pasco fueron los más afectados, ya que las inundaciones y los deslizamientos perjudicaron a 4.786 personas. Varios distritos de las zonas del norte y el centro quedaron aislados tras la destrucción de carreteras y puentes.

Se cree que las bajas temperaturas que El Niño generó en las montañas también habrían provocado la muerte de al menos 200 niños indígenas menores de dos años entre los meses invernales de junio a septiembre. Unas 5.000 vacas, ovejas, llamas y alpacas también perecieron en Apurímac.

Lluvias, inundaciones y nevadas sin precedentes golpearon a Perú durante el invierno y el Ministerio de Agricultura recomendó a los productores agrícolas que no cultiven productos vulnerables a las tormentas, con el fin de minimizar el efecto de El Niño sobre la agricultura.

Se denunció que unas 2.763 hectáreas de cultivos, sobre todo de bananas y arroz, quedaron destruidas en Tumbes y Pasco. La infraestructura vial también resultó dañada luego de que unos 24 kilómetros de carreteras y ocho puentes fueran arrasados.

INDECI tomó medidas preventivas para lidiar con el grueso de las inundaciones antes de que éstas ocurrieran, al organizar obras de ingeniería en las riberas de los ríos y un programa de capacitación con el propósito de ayudar a las comunidades a prepararse para lo peor.

El instituto advirtió en agosto que, sin esta labor, hasta 6.000 personas podrían morir y 21.000 resultar heridas debido a las catástrofes generadas por El Niño. Otros 250.000 podrían salir perjudicadas por la pérdida de sus viviendas, cosechas y animales.

El mal tiempo provocado por El Niño entre 1982 y 1983 colapsó los sistemas de suministro de agua y saneamiento en varias ciudades de la costa septentrional, y el daño a la agricultura y la infraestructura se estimó en unos 5.000 millones de dólares. A nivel mundial, el daño se estimó en hasta 13.000 millones de dólares. (FIN/IPS/tra-en/ns/rj/ml-aq/en-pr/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe