/AMBIENTE/ ESTADOS UNIDOS: Vida marina al borde de la muerte

Científicos de todo el mundo pidieron al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, la convocatoria de una conferencia internacional sobre la vida en el mar, a la que consideran seriamente amenazada.

Más de 1.600 científicos reclamaron a tomar medidas decisivas para poner fin a la destrucción de los oceános del mundo en una declaración presentada este martes con motivo del lanzamiento del Año Internacional del Océano.

La declaración urge a la comunidad internacional a dar cinco pasos para eliminar el peligro que acecha a la vida marina.

Las medidas incluyen poner fin a los subsidios de gobiernos que estimulan la sobrepesca, aumentar el número de áreas marítimas protegidas, y modificar, o detener, ciertos métodos de pesca como la pesca a la rastra que amenazan especies y destruyen ecosistemas marinos.

Los firmantes, representando a científicos que trabajan en 65 países, hicieron un llamado a Clinton para que realice una conferencia sobre Ambiente Marino que subraye la creciente crisis en los mares.

"Como pocos de nosotros pasamos tiempo bajo la superficie, es fácil minimizar las señales de que las cosas van mal en el mar", dijo el doctor Elliott Norse, presidente del Instituto de Conservación Biológica Marina (MCBI), con sede en el estado de Washington, líder del esfuerzo de los expertos.

"Pero los científicos que estudian los sistemas vivientes de la Tierra están mucho más preocupados que el público y nuestros líderes políticos", agregó.

Norse dijo que la declaración de los científicos, titulada "Aguas en problemas: Un llamado a la acción", debe servir como "un llamado de atención que nadie puede darse el lujo de ignorar".

Los signatarios, en su mayoría norteamericanos, incluyen además a científicos marinos de Europa, Filipinas, Argentina, Papúa Nueva Guinea, Chile, China, México, Sudáfrica, Panamá, Turquía, Vietnam, Tanzania, Omán y Jamaica.

Las reservas de peces de todos esos países se redujeron agudamente por la sobrepesca, la contaminación, el cambio climático y otras amenazas.

La declaración se hace eco de advertencias presentadas durante el primer Foro Mundial de Recolectores y Pescadores realizado en Nueva Delhi hace dos meses.

Durante la reunión, pescadores tradicionales de países ricos y pobres se quejaron de que flotas de pesca en alta mar, respaldadas por más de 50.000 millones de dólares al año en subsidios de gobiernos, están devastando los cardúmenes y los sistemas marinos de los que dependen para subsistir.

La Asamblea General de la ONU informó en noviembre sobre el lento progreso hacia la ratificación del acuerdo de 1996 de la Organización de las Naciones Unidas que regula las reservas de peces, el primer esfuerzo global por preservar los cardúmenes y asegurar su sustentabilidad.

Sólo 15 países, la mitad del número de los necesarios para que el Acuerdo entre en vigor, lo firmaron desde su creación.

La declaración de este martes fijó una agenda mucho más amplia, subrayando que la vida en lo estuarios, aguas costeras, mares mediterráneos y oceános corre cada vez más riesgos a causa de variadas amenazas que deben ser enfrentadas con urgencia.

Las amenazas incluyen la sobreexplotación de especies comerciales, la alteración física de ecosistemas, la contaminación, la introducción de especies extrañas y el cambio climático mundial.

La pesca excesiva diezmó la población de especies comerciales, entre ellas el pez espada y el bacalao, y la de especies como los leones marinos que ven reducida su fuente de alimentos.

Al mismo tiempo, los métodos de pesca que utilizan cianuro y dinamita destruyen los arrecifes de coral, mientras la pesca de arrastre profundo "limpia los lechos marinos desde los polos hasta los trópicos".

La desaparición de manglares y bosques exponen los suelos a las lluvias, que arrastran sedimentos al mar y provocan la muerte de quelpos y arrecifes de coral.

Mientras, los productos químicos utilizados en cultivos en colinas envenenan estuarios, aguas costeras y bahías, según la declaración.

"Si la situación no cambia, los corales, peces, aves y mamíferos marinos continuarán disminuyendo", advirtió Patricia Morse, bióloga marina de la Universidad del Noreste, de Boston.

La reducción implica "un desastre para las industrias de la pesca y el turismo, que dependen de una vida marina saludable, y para todos los seres humanos, que cada día utilizamos bienes y servicios procedentes del mar", añadió.

Los océanos ayudan a regular el clima mundial, proveen una atmósfera respirable y descomponen residuos, de modo que, "cuando destruimos estos ecosistemas, perdemos tanto sus productos como sus servicios", destacó Morse.

Para revertir esta tendencia, la comunidad internacional debe adoptar medidas urgentes que garanticen la sustentabilidad de las especies amenazadas, sugirieron los científicos en su declaración.

Las medidas deberían incluir el aumento de áreas marinas protegidas por la ley de menos de uno por ciento a 20 por ciento de las zonas nacionales de exclusión económica antes del año 2020.

En un documento publicado junto con la declaración, el MCBI comparó la pesca de arrastre profundo a la tala de bosques.

"El área de lecho marino que sufre este método de pesca es al menos 15 veces superior a la superficie de bosques talada cada año", según el documento, que añade que la pesca arrastrera no sólo captura peces "más rápido de lo que pueden remplazarse" sino que altera gravemente el hábitat de las plataformas continentales.

"La situación es tan grave que líderes y ciudadanos no pueden esperar ni una década para avanzar hacia estos objetivos", insiste la declaración. (FIN/IPS/tra-en/jl/lp-ml/en/97

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