Cambios en el consumo, para que los recursos naturales sean utilizados con racionalidad, son necesarios para la sustentabilidad y sólo se lograrán mediante educación y políticas públicas con esa finalidad.
Así lo manifestaron expertos reunidos este jueves en Sao Paulo en un encuentro promovido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para discutir Defensa del Consumidor y Consumo Sostenible. El objetivo es ampliar las Directrices para el Consumidor Global aprobadas por la ONU en 1985.
Las orientaciones adoptadas hace 13 años se revelaron insuficientes y necesitan una actualización ante los avances registrados en el tema ambiental, según el embajador brasileño Celso Amorim, copresidente del encuentro, que concluye este viernes en la sede del Parlamento Latinoamericano en Sao Paulo.
En 1985 ni siquiera existía el concepto de desarrollo sustentable, elaborado en el proceso de la Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente, recordó el ex canciller y actual representante de Brasil ante la ONU.
La educación es el camino para un consumo sostenible, tema que "sería importante incorporar a la enseñanza regular", como forma de impulsar un papel más activo del consumidor en el mercado, añadió.
Los consumidores deben de ser orientados incluso para "lograr de los gobiernos políticas efectivas" para la sustentabilidad, comentó Stephan Larenas, coordinador en América Latina y el Caribe de la no gubernamental Internacional de Consumidores (IC).
En América Latina no hay políticas públicas para el consumo sostenible, "sólo iniciativas aisladas de municipios, como reciclaje de basura", lamentó.
Es importante modificar actitudes del gobierno, "que es un gran consumidor" y debería también preocuparse de no comprar bienes y servicios que afectan al ambiente, observó Larenas.
La necesidad de políticas públicas, especialmente para reducir el desperdicio de recursos no renovables, fue destacada también por Marilena Lazzarini, directora del Instituto de Defensa del Consumidor (IDEC), la organización no gubernamental (ONG) más activa en esa área en Brasil.
La cuestión es urgente, admitió Fabio Feldman, secretario de Medio Ambiente del estado de Sao Paulo.
En Sao Paulo el consumo está cambiando y creciendo de tal manera que las últimas fiestas de año nuevo produjeron 300 toneladas de basura, principalmente de envases PET (de plástico), contra 20 toneladas en las anteriores, indicó.
Este es un material que no se recicla y lleva más de un siglo para biodegradarse. El aumento del consumo se debe en gran parte a la estabilidad de la moneda brasileña, el Real, que desde 1994 proporcinó mayor poder de compra a la población más pobre.
El consumo sustentable, un tema nuevo, ya forma parte de los cursos de la Universidad de Sao Paulo, informó Pedro Jacobi, vicepresidente del Programa de Posgrado en Ciencias Ambientales, implantado en 1991. Las primeras tesis sobre el tema están por divulgarse, añadió.
En México, las escuelas enseñan protección al medio ambiente y consumo sostenible, señaló Fedro Guillén Rodrigues, director de Eduación Ambiental de la Secretaría de Recursos Naturales.
La enseñanza busca estimular nuevos valores y modos de vida, mostrando a la población que mayor consumo no significa un más elevado status social y la relación entre lo que se consume y el impacto ambiental, añadió el funcionario mexicano.
Ilkka Cantell, asesor comercial del Ministerio de Industria y Comercio de Finlandia, dijo que en su país ya se desarrolló una "tecnología ambiental" de buenos resultados. Los productos son monitoreados en sus efectos desde la producción hasta que se convierten en basura y vuelven a la naturaleza, sostuvo.
La educación ambiental impulsó la exigencia de productos no contaminantes y que se pueden reciclar, y la población concede prioridad a los "productos verdes", concluyó. (FIN/IPS/fv- mo/ag/en/98