El programa de identificación de votantes para el referendo de autodeterminación comenzó hoy en Sahara Occidental, donde la ciudadanía decidirá dentro de un año entre la independencia o la integración a Marruecos.
Tanto Marruecos, que ocupa su vecino país norafricano desde 1975, como el independentista Frente Popular de Liberación de Saguia al Hamra y Río de Oro (Frente Polisario), que luchó contra la ocupación marroquí hasta un cese del fuego acordado en 1991, dicen esperar con ansias el referendo, que se realizará el 7 de diciembre de 1998.
"La población está satisfecha porque algo serio se está concretando y también por el acuerdo de paz mediado por la ONU, pero su optimismo es moderado porque ha tenido demasiadas decepciones", dijo Ibrahim Mukhtar, jefe de la oficina del Frente Polisario en Londres.
Los marroquíes basan su optimismo en un programa masivo de inversión en el territorio y en sus esfuerzos por ganarse a los saharauis con ofertas de dinero e influencia política.
Los saharauis que abandonen los campamentos de refugiados de Polisario en Argelia y Mauritania podrán reclamar a Rabat una compensación anual de hasta 300 dólares y vivienda subsidiada. Mientras, los líderes tribales que renuncien al Frente Polisario podrán obtener altos cargos en el gobierno de Marruecos.
En el referendo, los votantes deberán aceptar o rechazar la formalización del dominio marroquí. Marruecos envió tropas y colonos a Sahara Occidental luego de que España abandonó el territorio, en 1975.
Inicialmente, Marruecos ocupó dos tercios del territorio, en el norte, pero en 1979 extendió su administración a la provincia sureña de Oued Ed Dahab, después de que Mauritania renunció a sus pretensiones.
Unos 120 jefes tribales se reunieron la semana pasada con el ministro del interior marroquí Driss Basri y "renovaron unánimemente su compromiso con el trono, su identidad marroquí y la identidad marroquí del Sahara", informó Dlimi Ahmed Dlimi, vicepresidente de la asamblea municipal de Dakhla, la segunda mayor ciudad de Sahara Occidental.
Dlimi, quien también es un alto funcionario del Departamento del Interior de Marruecos, acusó a Polisario de utilizar "todos los medios y subterfugios posibles" para obstaculizar el proceso de identificación de votantes.
"Hay un influjo masivo de personas en las oficinas de identificación abiertas en las provincias del sur, adonde concurrieron hasta ahora unas 40.000 personas", pero muy pocas se presentaron en las oficinas de Tindouf, en el suroeste de Argelia, bastión de Polisario, dijo a IPS Dlimi en Casablanca.
Esta falta de disposición de la gente a registrarse "se debe al sentimiento de desesperación que prevalece en los campamentos", afirmó.
En Londres, sin embargo, Mukhtar manifestó un cauto optimismo y aseguró que Polisario no tienen ningún problema en acatar los términos del acuerdo logrado con la mediación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"De nuestra parte no hay objeción alguna. Cumpliremos las condiciones y respetaremos el resultado del referendo, cualquiera sea", expresó Mukhtar.
Sin embargo, "no descartamos la posibilidad de que ocurra algo que nos haga volver a fojas cero. No debemos exagerar nuestro optimismo", dijo a IPS.
Ambas partes concretaron un nuevo acuerdo sobre el referendo tras una larga serie de conversaciones con la mediación del ex secretario de Estado estadounidense James Baker en representación de la ONU, que mantiene en el disputado territorio una fuerza de mantenimiento de la paz desde el cese del fuego.
El proceso de identificación de votantes comenzó este lunes según los mecanismos acordados para una "correcta evaluación" del derecho al voto.
Marruecos desea incluir en la consulta popular unos 100.000 marroquíes establecidos en el sur del país, arguyendo que son descendientes de pueblos que huyeron de la represión colonial española antes de 1974 pero aún tienen vínculos tribales con la población de Sahara Occidental.
El Frente Polisario rechaza terminantemente ese argumento y acusa a Rabat de incitar a los colonos para inclinar el referendo a su favor.
La afirmación de Marruecos "no es cierta", y "así lo establece el acuerdo", dijo Mukhtar.
La disputa sobre el criterio de elegibilidad de los votantes causó la reiterada postergación de la consulta popular, prevista originalmente para enero de 1992. (FIN/IPS/tra-en/dds/aa/mom/rj/ml/ip/97