RELIGION: Millones de cristianos en Belén en la Navidad de 1999

Belén, en la Cisjordania palestina, podría convertirse en un pueblo de tiendas como en tiempos bíblicos, cuando al fin del milenio millones de cristianos celebren allí los 2.000 años del nacimiento de Jesús.

Faltan aún 24 meses, pero ya se prevé que por lo menos cuatro millones de peregrinos concurrirán a Belén, donde viven de forma permanente apenas 50.000 personas. Y si el papa Juan Pablo II confirma su asistencia, esa cifra se elevaría a 10 millones.

Con los hoteles desbordados, funcionarios palestinos consideran que la única manera de acomodar a los visitantes será instalar tiendas de campaña o persuadir a la población local a abrir las puertas de sus hogares.

"Es simple. No tenemos suficientes piezas para acomodar a toda esa gente. Tendríamos que evacuar a toda la población y convertir la ciudad en un gigantesco hotel", dijo Norma Marcus, funcionaria de relaciones públicas de la Municipalidad de Belén que lidia con las celebraciones del milenio.

Pero un pequeño problema como la perspectiva de que no haya cuartos de hotel no desalentará a nadie en Belén. La población asumió el gran desafío de renovar la ciudad, de modo que, si no quedan cuartos de hotel, el pueblo se parecerá más a la imagen bíblica.

Hoy, los peregrinos que visitan Belén se dan cuenta de que el lugar típico que imaginaban lleno de pastores y sabios no existe. En cambio, encuentran un estacionamiento repleto de ruidosos y humeantes ómnibus de turistas en la plaza del Pesebre, cerca de la gruta donde se cree que nació Jesús.

El desorden urbano y el paisaje de policías palestinos con sus rifles de asalto Kalashnikov apostados en el cuartel no permiten apreciar la cuatro veces centenaria iglesia bizantina de la Natividad, construida sobre la gruta.

Pero todo ese feo paisaje está destinado a desaparecer antes de la Navidad de 1999. Los peregrinos encontrarán entonces, en cambio, una pacífica plaza árabe rodeada de cipreses y fuentes de agua fresca. Escalones de piedra formarán una plataforma para el coro.

Un pequeño museo y una librería ocuparán el lugar del destacamento policial, donde otrora estuvo el cuartel del ejército israelí. El proyecto se financiará con 3,5 millones de dólares donados por el gobierno de Suecia.

Y no es la única donación. Los planificadores urbanos ya consideran docenas de proyectos de hoteles, restaurantes, tiendas de obsequios, pavimentación e instalación de canillas de agua con miras a las celebraciones del milenio.

Los planes comenzaron a plantearse apenas se firmó en Oslo el acuerdo de paz entre la Organización para la Liberación de Palestina e Israel, en 1993. Gobiernos europeos y el de Japón se comprometieron a solventar parte de los 250 millones de dólares que, según las provisiones, costarán las celebraciones del 2000.

Las donaciones servirán para la rehabilitación de la calle de la Estrella, ruta que siguen los seguidores del Patriarca Latino el 25 de diciembre y los del Patriarca Griego doce días más tarde, fecha en que los cristianos ortodoxos de Oriente celebran la Navidad.

El viejo mercado de Belén y siete de los caminos medievales de la ciudad serán reconstruidos. También se espera que dé el dinero para rehabilitar los reservorios de los siglos XVI y XVII, en la era del Imperio Otomano, y la Iglesia de la Natividad del Cuarto Centenario.

"Esto es un sueño hecho realidad para el pueblo de Belén. Esperamos que todo esté en su lugar dentro de dos años", dijo Michel Nasser, coordinador del proyecto de la Municipalidad.

Los cambios harán que para la población sea más fácil imbuirse del espíritu festivo, según las autoridades.

Hasta la Navidad de 1995, Belén estuvo bajo control militar israelí y la tensión era alta en la ciudad, aun en las fiestas navideñas, cuando no se detenían los controles de seguridad alrededor de la plaza del Pesebre, donde se había instalado un marchito árbol de Navidad.

La Autoridad Nacional Palestina está a cargo de la ciudad hace dos años. En el 2000, si las negociaciones de paz con Israel continúan, el poblado podría ser parte de un estado palestino en Cisjordania.

Pero si concurren tantos peregrinos como se prevé, los palestinos dependerán de los aeropuertos y puertos marítimos de Israel para que los visitantes lleguen al lugar. Apenas tres millones podrán pernoctar con comodidad en las cercanías, un millón menos de los que se espera.

Una vez que arriben a la ciudad, encontrar un alojamiento será difícil. Belén cuenta apenas con 850 cuartos disponibles y otros 250 en construcción. Aun sumando los hoteles de Jerusalén, Nazaret y otras partes de Galilea adonde también asistirán los peregrinos, serían muy pocas.

El Ministerio de Turismo de Israel planteó la construcción de instalaciones para campamentos en Galilea y la promoción de los lugares menos conocidos, como los caminos de Galilea que recorrió Jesús en su rumbo a Cafernaúm, para aliviar la carga de los sitios sagrados más famosos.

El Ministerio también considera la posibilidad de excavar y restaurar antes del milenio una iglesia del siglo V descubierta hace tres años. El templo se construyó en el lugar donde se cree que descansó María en su camino a Belén, en un predio hoy perteneciente a la Iglesia Ortodoxa Griega.

Israelíes y palestinos confían en que las celebraciones generarán un auge turístico en un área plagada de inestabilidad política y violencia esporádica. En los últimos 18 meses hubo una abrupta caída en la cantidad de visitantes.

Belén fue uno de los epicentros de las luchas de jóvenes palestinos contra soldados israelíes, que están apostados cerca de la tumba de la heroína bíblica Raquel, en la entrada de la ciudad. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/mj/cr ip/97

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