Perú, Rusia y Vietnam ingresaron a fines de noviembre al foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y desde enero tendrán que asumir progresivamente las obligaciones y derechos de formar parte del bloque comercial de más rápida emergencia en el mundo.
Pero la entrada de Perú en APEC no se produce en circunstancias normales sino en el marco de la crisis, casi un terremoto, que sacude las estructuras financieras de un sector asiático del conglomerado.
Los empresarios peruanos se preguntan si los problemas de los llamados "tigres" del sudeste asiático hará más agresivas a esas naciones en términos comerciales, y por lo tanto más peligrosos para sus asociados menos desarrollados.
"Si bien se han despintado como presuntos modelos de absoluta eficiencia productiva, los paises del sudeste asiático no son ciertamente tigres de papel", comentó el economista independiente Alfredo Lara.
Según Lara, el impacto en Perú de la crisis asiática no se podrá calibrar hasta que se conozcan las medidas correctivas que adoptarán los paises afectados.
El ingreso de los tres nuevos miembros se decidió en la quinta cumbre de jefes de estado de APEC, realizada en Vancouver, Canadá.
Hasta ese momento, APEC estaba conformado por 18 "estados", término utilizado para no irritar a China respecto de Hong Kong y Taiwan, también miembros del bloque. La lista se completa con Corea del Sur, Japón, Indonesia, Malasia , Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Australia, Nueva Zelanda, Papúa-Nueva Guinea, Estados Unidos, Canadá, Mexico y Chile.
La incertidumbre que despertó en los industriales peruanos el ingreso a APEC, especialmente por temor a una invasión de mercaderías baratas, aumenta al prolongarse el terremoto financiero asiático.
El presidente peruano Alberto Fujimori buscó con ahinco desde 1992 el ingreso a APEC, atraido por el gran mercado potencial del bloque.
Pero los empresarios peruanos no están totalmente convencidos de sus posibilidades de subsistir, y menos de crecer, sin la protección arancelaria y tributaria a la que estaban habituados.
Por su parte, los economistas independientes destacan la vulnerabilidad de la economía peruana, una cuestión para la que existen varias respuestas. Entre ellas, la de Fujimori y sus ministros neoliberales, que apuestan a que la economía de mercado hará surgir las ventajas comparativas del país.
El plazo para la apertura total del mercado de los países en desarrollo incorporados a APEC no vence sino en el 2020 (para los industriales, la fecha es el 2010), aunque se teme que las primeras etapas de ese proceso gradual de desarme arancelario sean traumáticas.
Hasta ahora, las exportaciones de Perú al área de APEC se concentran en productos primarios mineros y pesqueros, y se supone que la asociación al bloque podría favorecer además a los sectores forestal y agroindustrial.
Las ventas de Perú al bloque de APEC sumaron 9.400 millones de dólares en el periodo 1993-1996, con un crecimiento de 73,1 por ciento entre el primero y el último año del periodo mencionado.
De acuerdo con un informe aduanero, las exportaciones totales de Perú a APEC en 1996 fueron de 2.560 millones de doláres, y en el primer semestre del presenta año totalizaron 1.716 millones de dólares.
Si bien las exportaciones crecieron rápidamente, las importaciones procedentes de APEC aumentaron aún más aceleradamente, hasta completar 12.800 millones de dólares en el periodo 1993-1996.
El economista Enrique Murrugarra, presidente del instituto no gubernamental Demos, se preocupa no sólo por la confrontación entre la débil industria peruana, de alto costo productivo, con la producción de los paises asiáticos.
"La crisis ha puesto de relieve algunos rasgos de las estructuras productivas de los países asiáticos, que pasaban desapercibidas mientras el modelo se comportaba exitosamente", advirtió Murrugarra.
"La estructura social y política de esos países no se caracterizaba únicamente por sus formas autoritarias de gobierno, sino también por la vigencia de procedimientos mercantilistas proclives a la corrupción", explicó.
"Esto es resultado del origen histórico de esos modelos que se nos vendieron como una panacea económica: sus sistemas de instituciones politico-económicas fueron creadas para fines de y durante la guerra fría", agregó.
Murugarra recogió la versión de Bruce Nussbaum, expuesta este mes en la revista estadounidense Busines Week, quien afirma que como consecuencia de la guerra de Corea, la prioridad politica de Estados Unidos en Asia oriental y sudoriental varió fundamentalmente.
"De buscar una radical democratización de esos países para reducir el riesgo de militarismos agresivos como el de Japón, Estados Unidos pasó a construir regimenes estables que pudiesen contener el avance de las revoluciones nacionalistas encabezadas por los partidos comunistas", dijo.
"Para ese efecto, Washington promovió alianzas mercantilistas entre los conglomerados ecónomicos y grupos políticos vinculados a generales amigos de Estados Unidos. Ellos establecieron un modelo productivo autoritario, centralista, que la crisis revela que hoy está agotado y debe cambiar", agregó.
"Al entrar Perú en la jaula de los tigres, debe evitar sus imperfecciones y asumir lo mejor de sus modelos, especialmente basar su economía en la tecnología más avanzada y competitiva y abandonar la tesis de que nuestra ventaja comparativa es la mano de obra barata", propuso Murugarra.
"Se deberá reformar el sistema educativo, respondiendo al reto de una educación que enfatice la creatividad y la innovación. Si seguimos pensando que nuestra ventaja" es la mano de obra barata, "nos comerá el tigre", concluyó. (FIN/IPS/al/ff/if/97