Indígenas maya del sur de Belice apelaron al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para proteger sus tierras de la acción de compañías multinacionales taladoras de madera.
Los directores ejecutivos del BID deberán votar el 10 de diciembre un préstamo de 28 millones de dólares para ayudar al gobierno de Belice a expandir y pavimentar la carretera sur del país.
La ruta atraviesa tierras mayas tradicionales y conecta operaciones de tala en las exóticas tierras de la costa atlántica.
Los mayas apelaron a la suprema corte de Belice pidiendo reconocimiento de su derecho a tierras que están siendo fraccionadas para las empresas madereras, en algunos casos por menos de cincuenta centavos de dólar por hectárea.
Los habitantes indígenas de la selva pretenden que la financiación quede en suspenso hasta que haya una resolución sobre el caso.
El próximo lunes, Julian Cho, presidente del Consejo Cultural Maya de Toledo, se reunirá en Washingnton con el presidente del BID, Enrique Iglesias.
"Esperamos que al menos quede el registro de que nos reunimos con Iglesias, de modo que no pueda decir que desconocía la posición maya antes de aprobar el proyecto", dijo Armstrong Wiggins, director en América Central del Indian Law Resource Center, grupo sin fines de lucro que representa a los mayas.
"Las luchas de los mayas en el contexto del desarrollo de Belice es común a todos los pueblos indígenas en el hemisferio: el reconocimiento de las tierras ancestrales, su cultura, justicia y el medio ambiente", dijo Cho.
Los mayas de Belice "corremos particular riesgo porque el estatuto de nuestra tierra es tan débil. No tenemos derechos legales a nuestra tierra", agregó el líder indígena del distrito de Toledo.
El mensaje podría perderse ante los directores ejecutivos del BID, quienes, según analistas, están mayoritariamente a favor del préstamo, por el cual el primer ministro y ministro de Desarrollo Económico de Belice, Manuel Esquivel, ha ejercido fuertes presiones.
Esquivel, quien también representa a su país en la junta de gobernadores del BID, dio el año pasado el inusual paso de viajar a Washington para presionar en persona por el préstamo.
Frustrado por los retrasos en el procesamiento del préstamo, no obstante, retiró la solicitud en septiembre, en un intento de forzar a Iglesias.
La estratagema dio resultado, según fuentes bien informadas y copias de correspondencia obtenidas por IPS.
El personal del BID había seguido al pie de la letra las políticas de solicitud del banco, insistiendo en que la compañía Belmopan implementara un Proyecto de Asistencia Técnica Ambiental y Social (ESTAP) consistente en ocho "logros" a ser alcanzados antes de que las empresas puedan licitar contratos para pavimentar la ruta.
Esquivel e Iglesias se reunieron a puertas cerradas en Hong Kong a fines de septiembre, durante las reuniones anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El 6 de octubre, Iglesias escribió a Esquivel: "Comprendo que nuestra decisión de retirar (la solicitud del préstamo) fue en parte reflejo de nuestra preocupación de que el Banco agregue condiciones al nuevo préstamo. Quisiera asegurarle, Sr. primer ministro, que este no es el caso".
El presidente del BID dijo estar "estimulado" por la decisión de Belmopan de entregar documentos hasta ese momento ocultos, agregando que "confiamos en que nos proporcione información para que podamos entender mejor e informar a nuestra junta, de ser necesario, sobre el enfoque de su gobierno al tema de la tenencia de la tierra".
Esquivel respondió el 14 de octubre, pidiendo a Iglesias que enviara el préstamo a la junta antes de fin de año.
La gente de Belize "aceptó la existencia de estados forestales que han sido, desde su creación, administrados con objetivos forestales, incluyendo en primer lugar la producción de madera", aseveró.
Todos los habitantes de la región "fueron acomodados en estas reservas forestales para usos tradicionales como caza, pesca, recolección, pero siempre bajo estricto control del Departamenteo Forestal. Donde estas actividades no entran en conflicto con los objetivos primarios de la gestión forestal, continúan con el permiso para beneficio de toda la población", agregó Esquivel.
Aunque rechaza cualquier acuerdo con los mayas que podría "balcanizar el país", Esquivel alegó que "otro ejemplo del compromiso del gobierno es el de ESTAP, que fue diseñado para hacerse cargo de los 'derechos, activos e integridad cultural' del pueblo en las regiones del sur de Belice, incluyendo los indígenas mayas".
Estas afirmaciones son negadas por personal del BID, y por Cho, quien escribió a los directores ejecutivos que "la consulta con los mayas, incluso con el ESTAP, ha sido mínima y unidireccional. El gobierno efectivamente excluyó del proceso el tema clave de los derechos indígenas a la tierra".
Hay pocas posibilidades de que la suprema corte de Belice tome una decisión sobre el caso maya en el corto plazo, ya que las elecciones nacionales se celebrarán el año próximo, dijo Wiggins, indígena miskito de Nicaragua. (FIN/IPS/tra-en/aa/lp/hd-ip/97