En Cuba el producto interno bruto (PIB) creció 2,5 por ciento durante este año, muy por debajo del 7,8 por ciento registrado en 1996 pero suficiente para confirmar la reanimación económica, según fuentes gubernamentales.
El déficit presupuestario alcanzó dos por ciento del PIB, el circulante decreció entre 150 y 200 millones de pesos, el dólar promedió una cotización de 22,8 pesos en las casas de cambio y los precios al consumidor crecieron 2,9 por ciento.
Los principales sectores de la economía cubana registraron incrementos significativos en relación con el año anterior.
El níquel creció 16,8 por ciento, el tabaco torcido 29,6, los cítricos 20,3 y los ingresos generados por el turismo 12 por ciento.
Pero el azúcar, primer rubro exportable cerró, con 4.250.000 toneladas, 4,4 por ciento menos que en la zafra anterior, y el cultivo de tubérculos, esencial en la alimentación de los más de 11 millones de cubanos, disminuyó 6,3 por ciento.
El "Informe sobre los resultados económicos de 1997 y el plan econnómico y social para 1998" fue presentado este sábado ante la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento) por el ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez.
El parlamento se reunió en su última sesión ordinaria de este año para pasar revista al comportamiento de la economía en los últimos 12 meses y aprobar el plan económico y el presupuesto estatal para 1998.
"No vamos a desesperarnos", dijo el presidente Fidel Castro en una intervención sobre el comportamiento de la agroindustria azucarera y la política a seguir para lograr el despeque de ese estratégico sector de la economía nacional.
"Desesperase es lo que hemos hecho todos estos años", reconoció el mandatario sobre la táctica aplicada en zafras anteriores cuando se cortó hasta "la última caña" en aras de garantizar ingresos, pero, al mismo tiempo, comprometiendo el futuro.
El Ministerio del Azúcar anunció un programa integral de recuperación de ese sector que incluye un final temprano de la zafra actual, iniciada a finales de noviembre, de forma tal que se garantice la llamada "caña quedada" para la zafra 1998-1999.
A pesar del descenso del PIB, incluso por debajo de los pronósticos iniciales que apuntaron hacia un crecimiento de cuatro por ciento, Rodríguez aseguró que se mantiene la "tendencia a una gradual recuperación económica".
El también vicepresidente del Consejo de Ministros y economista de profesión, calificó el comportamiento de la economía como "alentador" y favorable si se compara con otros países de América Latina y el Caribe.
Con el arribo de 1998, Cuba cierra su séptimo año de severa crisis económica y el tercero desde que se empezaron a emitir ligeros signos de recuperación de algunos indicadores.
La economía registró una caída de 34,8 por ciento entre 1990 y 1993. La recuperación comenzó a verificarse en 1994, con un crecimiento de 0,7 por ciento, seguido de 2,5 en 1995 y 7,8 en 1996.
Según Rodríguez el flujo de divisas "indispensable" para la tasa de crecimiento que se pronosticó en un inicio para este año se vio afectado "más allá de lo previsto" por los efectos de la ley estadounidense Helms-Burton, que "demoró y encareció los créditos imprescindibles".
"Las razones que determinan el ritmo de crecimiento alcanzado se asocian al empeoramiento significativo de las condiciones financieras externas", subrayó el funcionario gubernamental.
Agregó que el descenso del PIB influyeron el pobre resultado de la zafra, el deterioro de la relación de términos de intercambio, al reducirse los precios del azúcar y del níquel, dos de las principales exportaciones cubanas.
También contribuyó el paso por la isla del huracán Lili, que afectó seriamente a la agricultura y produjo temperaturas elevadas en el invierno, y las consecuencias de la plaga Trips Palmi que, según las autoridades, fue introducida deliberadamente en la isla desde el exterior.
A pesar de las condiciones adversas, "no sólo se evita un retroceso sino que se obtiene un discreto crecimiento económico", dijo el titular de Economía.
Las autoridades reconnocieron el "esfuerzo de los trabajadores", el crecimiento en la mayoría de las más importantes ramas industriales y de servicios, la diversificación y el incremento de las exportaciones.
El efecto estimulador de la industria turística y del mercado interno de venta en divisas sobre la producción nacional también influyeron para que hubiera crecimiento, agregó Rodríguez.
El informe del Ministerio de Econnomía y Planificación reveló que la presencia de productos cubanos en el abastecimiento al sector turístico y a las llamadas "tiendas de recuperación de divisas" alcanzó 41 por ciento en septiembre pasado.
La tenencia de divisas alcanzó al 49,5 por ciento de la población este año por la vía del cambio en las casas habilitadas al efecto, remesas desde el exterior, los sistemas estatales de estimulación y el crecimiento del turismo, según el documento.
"El incremento en los niveles de consumo de la población se produce en los mercados de precios no regulados o que venden en divisas", afirmó el informe y, al mismo tiempo, estimó que 73 por ciento del consumo alimentario corresponde a la venta normada por el Estado y a las variantes de "alimentación social". (FIN/IPS/da/dg/if/97