Ministros de Medio Ambiente del mundo produjeron hoy un acuerdo para reducir las emisiones de gases invernadero 5,2 por ciento en el 2012, pero persisten dudas sobre el impacto real del llamado protocolo de Kioto.
El acuerdo ya es considerado un tratado a medias lleno de lagunas. Muchos de los temas causantes de división, entre ellos el polémico comercio de emisiones, no fueron resueltos, quedando pospuestos para discusiones a celebrarse el año próximo.
Aún así, el protocolo marca la primera vez que 34 países industrializados se comprometen legalmente a metas para la reducción de la producción de gases con efecto invernadero, causantes del recalentamiento del planeta.
Estos mismos países se comprometieron en la Cumbre de la Tierra de Rio de Janeiro en 1992 a reducir las emisiones de gases invernadero a los niveles de 1990 en el 2000.
Pero la mayoría no lo hizo, aunque no eran compromisos de cumplimiento obligatorio. En efecto, sus emisiones aumentaron promedialmente entre ocho y nueve por ciento desde 1990.
Después de trabajar hasta altas horas de la madrugada y extender un día las conversaciones fijadas entre el 1 y 10 de diciembre, negociadores de 160 países ratificaron formalmente el protocolo de Kioto en las primeras horas de la tarde de este jueves.
Finalmente Estados Unidos, el mayor productor de dióxido de carbono responsable del 25 por ciento de las emisiones totales, dijo que las reduciría siete por ciento por debajo de los niveles de 1990 antes del 2012.
La Unión Europea, que había buscado una reducción uniforme de 15 por ciento entre los países industrializados, dijo que reducirá las emisiones ocho por ciento en el 2012. Japón se comprometió a reducir sus emisiones, provenientes en su mayoría de la quema de combustibles fósiles, seis por ciento en el 2012.
Como resultado de las presiones de Estados Unidos, el protocolo cubre los seis gases invernadero, dióxido de carbono, óxido nitroso, metano, hidrofluorocarbonos, perfluorocarbonos y hexafluorido sulfuroso.
En un principio, las conversaciones se limitaron a los tres primeros gases, pero el jefe de la delegación de Estados Unidos, Sturat Eizenstat dijo que es ambientalmente correcto incluir a los otros "aunque haga que nuestra meta parezca menos ambiciosa".
Aunque no totalmente satisfechos con todos los aspectos del acuerdo, los países en desarrollo dijeron que fue la única opción que tuvieron, dado el alto grado de dificultad de las negociaciones.
En una confernecia de prensa al mediodía de este jueves, Eizenstat dijo que las conversaciones tuvieron que tomar "opciones duras".
En general, dijo Vijay Sharma, de India, fue un acuerdo aceptable ya que, después de todo, "debió acompasar preocupaciones de una naturaleza muy global".
Pero activistas defensores del medio ambiente afirman que las posibilidades de que únicamente las metas conduzcan a reducciones de los gases invernadero y cambios en los dilapidantes estilos de vida en el mundo en desarrollo, son más que inciertas.
Bill Hare, de Greenpeace, dijo que la propuesta de reducciones de cinco por ciento "está tan llena de lagunas que parece un queso suizo".
Los activistas examinan si los países industrializados estarán en efecto obligados a reducir las emisiones en sus territorios, y qué medidas asegurarán que el incumplimiento sea penalizado.
En otras palabras, las disposiciones que no figuran en el acuerdo son tan importantes como aquellas que componen el protocolo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Estados Unidos perseveró en su intento de que se permitiera a países o industrias "comprar" créditos de contaminación en el mercado internacional, en lugar de realizar reducciones concretas. Funcionarios estadounidenses expresaron que la medida rebajaría el costo de los controles de emisión.
Pero la firme resistencia y las diferentes interpretaciones sobre la llamada "comercialización de emisiones" impidió el consenso sobre el tema, cuya discusión fue aplazada hasta la conferencia de las partes de la Convención del próximo año.
Este es un factor clave para evaluar si las reducciones propuestas que deben hacer las naciones industrializadas representan recortes verdaderos logrados mediante la limpieza de las industrias en sus países o a través de la adquisición de créditos en el exterior.
La organización ambiental Amigos de la Tierra señaló que Washington probablemente compre emisiones de Europa central y oriental, mientras continúa emitiendo gases invernadero en Estados Unidos.
En Rusia y Ucrania la cantidad de gases invernadero descendió 32 por ciento con respecto a 1990, debido al menor número de industrias y el cierre de fábricas contaminantes.
La organización añadió que mientras las metas finales representan un "cambio significativo" de las posiciones negociadoras de Europa y Estados Unidos, son mucho menores que el recorte de 15 por ciento al que aspiraba en principio la Unión Europea.
Antes de este miércoles parecía que las negociaciones se dirigían al fracaso mientras Washington se mantenía firme con respecto a su posición original de una reducción de cero por ciento y la mera estabilización de las emisiones a los niveles de 1990 para el período de 2008-2012.
Al final, los delegados dijeron que el protocolo omitió intentar que los países en desarrollo realizaran "compromisos voluntarios" para reducir sus propias emisiones de gases invernadero, cuestión que había distanciado a Estados Unidos y las naciones pobres.
Funcionarios asiáticos explicaron que mientras los países en desarrollo conocen su responsabilidad, previas rondas de conversaciones habían dejado en claro que no quedarían limitados por meta alguna.
Sharma sostuvo que el intento estadounidense de obtener los compromisos voluntarios fue un "intento de crear una nueva categoría de compromisos para los países en desarrollo".
"El consenso no existe aún en el mundo en desarrollo", opinó Eizenstat este jueves. El negociador estadounidense expresó su esperanza de que en futuras conversaciones sobre cambio climático la posición de los países industrializados fuera de "socios y no de antagonistas".
Antes de la conferencia, el Senado estadounidense aprobó una resolución expresando que un tratado de recalentamiento planetario que fija metas para el mundo industrializado pero no lo hace para "importantes países en desarrollo" sería inaceptable.
Aunque la cuestión de la participación de los países en desarrollo se dejó de lado, gran parte de lo que Estados Unidos pretendió obtener podría realizarse a través de un fondo de desarrollo limpio que ayude a las naciones del Sur a llevar a cabo proyectos limitantes del recalentamiento planetario.
La creación del fondo se acordó este miércoles en la conferencia.
Christopher Bals, de la organización Germanwatch, afirmó que el protocolo tenía numerosas lagunas que convertían a las metas de reducción en objetivos de estabilización. "Para el clima este es un resultado muy insatisfactorio", dijo.
No obstante, los objetivos del acuerdo son una clara señal de que "la época de la industria de combustibles fósiles está llegando a su fin y la hora de las energías alternativas se vislumbra en el horizonte", aseguró.
Pero ya están surgiendo obstáculos políticos. Poco después de que los funcionarios anunciaran el acuerdo, legisladores estadounidenses prometieron "aniquilar" el pacto sobre cambio climático cuando llegue el momento de su ratificación. (FIN/IPS/tra-en/js/lp-aq/en-ip/97