Muchos mexicanos, siempre blanco de las politizadas normas de inmigración de Estados Unidos, se ven obligados a dejar su patria debido a la degradación ambiental en las zonas agrícolas, sostiene un nuevo estudio.
El informe del Instituto del Patrimonio Natural (NHI), una firma jurídica de San Francisco, pide a los funcionarios estadounidenses que modifiquen su enfoque y analicen las causas ambientales de la inmigración, mientras se erigen cercas más y más altas en la frontera entre México y Estados Unidos.
"La inmigración fronteriza parece estar vinculada a la alarmante degradación física de las tierras agrícolas en México, sobre todo en las zonas áridas del país donde la producción de cultivos de subsistencia ya es muy difícil", dijo Michelle Leighton, directora del programa internacional de NHI.
El informe está basado en una investigación de cuatro años sobre las causas de la inmigración fronteriza.
NHI concluyó que el excesivo pastoreo, la saturación de los cultivos, las técnicas inadecuadas de riego y la falta de acceso a la tecnología para cultivar y transportar productos agrícolas en México obligó a la gente a buscar una mejor vida en Estados Unidos.
El esfuerzo de Washington por detener la inmigración sería más eficaz si brindara asistencia técnica y educativa a México para aliviar la degradación de la tierra en lugar de concentrarse en las patrullas fronterizas, las sanciones a los empleadores de inmigrantes ilegales y la privación de servicios públicos, sugiere el informe.
Agencias de México y Estados Unidos acordaron en 1994 estudiar las causas y consecuencias de la migración, pero NHI señaló que la iniciativa no analizó los temas ambientales. "Nuestro informe busca llenar este vacío y ofrecer un marco para la reforma política".
Aunque por lo general se acepta que la emigración se debe a la esperanza de mayores salarios, mejores servicios sociales y un nivel de vida más elevado en Estados Unidos, NHI afirma que los funcionarios de gobierno no comprenden los problemas ambientales que generan la inmigración fronteriza.
Para la Comisión del Congreso de Estados Unidos sobre Reforma de la Inmigración, que incorporó conclusiones de estudios anteriores del NHI en sus informes oficiales, la inmigración mexicana representa casi un quinto del ingreso de extranjeros al país.
Entre 700.000 y 900.000 de estos inmigrantes se ven forzados a dejar las áridas tierras de México en busca de una vida más próspera en otros lados, señala el informe.
La degradación ambiental, sobre todo en las regiones áridas y semiáridas donde el agua es más escasa, se debe a la saturación de los cultivos, la deforestación, el excesivo pastoreo del ganado y el riego inadecuado.
Todos estos factores generan la erosión de la tierra, que hace descender su fertilidad.
"Inevitablemente, la degradación disminuye el ingreso en los hogares mexicanos en que la agricultura es la principal actividad generadora de ingresos", sostiene el estudio.
"A medida que la agricultura es menos viable como fuente de ingreso y riqueza, la emigración hacia Estados Unidos se vuelve cada vez más atractiva", destaca el documento.
Agrega que "la emigración suele ser la opción económica más evidente para los campesinos de las zonas áridas de México, afectadas en su mayoría por la desertización".
NIH comparó la emigración mexicana con el desplazamiento en los años 30 de miles de habitantes del medio oeste de Estados Unidos hacia los estados occidentales, cuando la sequía y los métodos agrícolas insustentables se combinaron para provocar la pobreza masiva.
El estudio se concentra en las comunidades agrícolas cooperativas, conocidas como ejidos, que reúnen a 70 por ciento de los campesinos de México.
Cerca de 30 por ciento de los ejidos estudiados por NHI tuvieron miembros que emigraron a Estados Unidos al menos una vez, según el informe.
Los mismos ejidos que tienen la mayor tasa de emigración hacia Estados Unidos padecen también un índice de deforestación de 24 a 34 por ciento al año, lo cual provoca erosión del suelo y degradación de la tierra, que a su vez reduce la productividad agrícola.
Michoacan, Hidalgo y Jalisco son algunas de las regiones más erosionadas del país y la principal fuentes de emigrantes hacia Estados Unidos. De forma similar, varias localidades situadas en las deforestadas montañas de Oaxaca pierden población rápidamente.
La erosión sólo agrava los problemas derivados del sobrepastoreo, el cultivo excesivo y otras prácticas insustentables que aumentaron tras la devaluación del peso.
La crisis financiera, combinada con una reforma agraria inadecuada, fuerza a muchos agricultores pobres a sobreexplotar su tierra para poder sobrevivir, señalan grupos ambientalistas.
"La degradación ambiental y económica es en general la causa de la migración… Poner cercas en la frontera puede arrimar votos a ciertos políticos estadounidenses, pero el límite es demasiado extenso y los inmigrantes están demasiado determinados", señaló Joel Simon, autor del libro "México en peligro", publicado este año por Sierra Club. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/aq-ml/en-pr/97