VENEZUELA: Ministro de Economía salvado de voto de censura

El ministro de Hacienda de Venezuela, Luis Matos, se salvó de ser destituido por el Congreso mediante un voto de censura, pero la confianza interna y externa sobre la economía local resultó afectada por la diatriba política.

La mayor fuerza parlamentaria, el partido socialdemócrata Acción Democrática (AD), decidió a última hora abstenerse en el voto de censura en la Cámara de Diputados, lo que impidió conformar los dos tercios necesarios para destituir a Matos, como final del debate sobre el tema iniciado este martes.

La iniciativa de promover un voto de censura contra el jefe de la economía obedece al dictamen de una comisión legislativa de que el canje de bonos de la deuda externa, en un monto de 4.300 millones de dólares, fue ilegal y lesivo para el país.

El mercado bursátil de Caracas soportó este martes una caída por la inestabilidad provocada por el debate parlamentario, pese a saberse ya que Matos sigue en su cargo, indicaron operadores.

El ministro de Planificación, Teodoro Petkoff, dijo que la decisión de AD obedece a que esa organización "puso los intereses del país por encima de los subalternos políticos".

Añadió que la sensación entre inversores internacionales es que "en Venezuela están locos, porque el país logra la operación más exitosa de canje de bonos de la deuda de América Latina y en el Congreso le caen a palos a quien lo hizo".

Una comisión bicameral especial consideró, por el contrario, que el cambio de bonos Brady a bonos Globales de casi una cuarta parte de la deuda refinanciada venezolana se hizo sin cumplir exigencias legales y forzará a erogaciones adicionales cuantificadas en torno a 500 millones de dólares.

El lanzamiento de papeles Globales a cambio de los bonos Brady, que Venezuela colocó en el mercado en 1990, se produjo en septiembre y fue recibida con alta voracidad por los operadores.

La rueda de venta realizada la segunda semana de septiembre provocó una demanda de títulos Globales venezolanos por 7.000 millones de dólares, que quedó parcialmente insatisfecha, lo que había dejado la puerta abierta para una posterior colocación.

La deuda externa venezolana suma en la actualidad 29.000 millones de dólares, de los que 17.000 estaban refinanciados en bonos Brady hasta septiembre, en un total al que Matos decidió incorporar la llamada "deuda oculta", con pasivos laborales que ascienden a 14.000 millones de dólares adicionales.

Los nuevos papeles no alargan más de tres años el perfil del monto de deuda canjeada, y tienen el perjuicio de presentar una mayor tasa de interés, pero a cambio eliminan la necesidad de fianza de la República, que pesaba sobre las operaciones financieras venezolanas hasta ahora.

Se trataba del reingreso triunfal de Venezuela al mercado financiero, después que el país fue tratado como un paria por los inversores desde que el presidente Rafael Caldera llegó al poder en 1994 e impuso una fracasada política de controles, que debió trastocar dos años después por un duro plan de corte neoliberal.

Pero las siete semanas de acre polémica entre el gobierno y juristas y analistas que apoyaban la idoneidad de la operación financiera y los opositores políticos, económicos y jurídicos al canje dañaron la confianza que el canje pudo despertar en los mercados internacionales sobre Venezuela.

El ex ministro de Planificación y artífice del refinanciamiento de la deuda por bonos Brady Miguel Rodríguez dijo este martes que el descalabro económico por el impacto de la polémica fue de entre 500 millones de dólares, en el mejor de los casos, y 1.000 millones en el peor escenario.

Analistas locales consideraron que Matos debería ser cambiado por el presidente Rafael Caldera una vez superado positivamente el voto de censura, porque su presencia va a mantener "la guerra de desgaste" entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Más de la mitad del parlamento mostró tener a Matos por su "bestia negra" y basta un 50 por ciento de los votos para frenar medidas económicas, cuando el gobierno en 1998 va a requerir apoyos legislativos urgentes en materia de créditos financieros, recordaron esos analistas independientes.

El propio Matos -de 58 años y la primera figura proveniente de los sindicatos y no del mundo de las finanzas o la banca en llegar al Ministerio de Hacienda-, ha hecho trascender que su intención es retirarse del cargo en el año electoral de 1998.

La decisión de AD de abstenerse ocasionó también traumas internos en su ya fracturada banca parlamentaria. Uno de sus dirigentes legislativos, el diputado Carmelo Lauria, fue quien desde la presidencia de la Comisión de Finanzas comandó el intento de derribo de Matos por la operación de bonos.

Lauria informó que tras la votación se retirará del cargo parlamentario y dejó entrever que estaba estudiando su propia permanencia en el partido, después que fue los dos primeros años de la actual legislatura presidente de la cámara baja.

Firmes contra Matos se mantuvieron el partido socialcristiano Copei, la segunda fuerza parlamentaria, los dos grupos en que está ahora fragmentado el izquierdista Causa Radical y disidentes de diferentes sectores, incluida AD, que concurren en el llamado "factor X".

El oficial partido Convergencia y su aliado el Movimiento Al Socialismo (MAS) apoyan también a Matos, lo que en el caso de los socialistas supuso su desgajamiento de la alianza con Copei y Causa Radical.

Dentro de la frágil gobernabilidad en que se asienta el mandato de Caldera, el MAS ha terminado por ser su principal soporte en el Ejecutivo pero participa de la alianza opositora en el parlamento, mientras que AD está formalmente en la oposición y termina por asegurarle los votos legislativos. (FIN/IPS/eg/dg/ip-if/97

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