La ONU celebrará a partir del lunes una conferencia de donantes internacionales en Viena con el fin de recabar fondos de ayuda humanitaria para Tajikistán, la más pobre de las repúblicas de la ex Unión Soviética.
El encuentro reunirá hasta el 27 de este mes a representantes de 68 países, 18 agencias de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), 17 organizaciones internacionales y 31 organizaciones no gubernamentales (ONG).
"Se calcula que serán necesarios 65 millones de dólares más de asistencia internacional sobre el actual nivel de ayuda a Tajikistán", declaró la ONU.
La conferencia constituye la segunda etapa de un acuerdo de paz firmado en Moscú en junio que puso fin a cuatro años de guerra civil en el país de Asia central.
La guerra comenzó tras la independencia en 1992 del estado que comparte fronteras con Afganistán y China y generó numerosos problemas, desde escasez de alimentos y crecimiento económico negativo hasta combates y epidemias ocasionales.
"La situación en Tajikistán se agravó en forma paulatina desde el comienzo de la guerra civil y no hay esperanza de que haya cambios a corto plazo", señaló a IPS Pierre Pascal Vandini, de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras, con sede en París.
La guerra desplazó de sus hogares a casi un millón de personas, de los cuales más de 250.000 huyeron del país. El costo de vidas del conflicto se calcula en unas 50.000. Tajikistán cuenta con casi seis millones de habitantes.
La Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea (ECHO) concedió 50 millones de dólares de ayuda al país desde 1995 e informó que hasta 35.000 personas desplazadas dependen por completo de la asistencia humanitaria.
El acuerdo de paz puso fin a tres años de negociaciones entre grupos tajikos y brindó el marco para la reconstrucción política, social y económica del país.
La conferencia de donantes concentrará su atención principalmente en la reconciliación política, la repatriación de los refugiados y las personas desplazadas dentro del país, la rehabilitación y el desarrollo.
El comité nacional tajiko para la reconciliación está comenzando sus actividades para desarmar a los grupos armados remanentes que aún no comprometieron su fidelidad al gobierno o la oposición.
Sin embargo, algunos jefes militares siguen socavando la frágil paz.
El martes, dos trabajadores franceses de ayuda humanitaria, Frank Janier Dubry, de un programa de la Unión Europea, y su esposa, Kareen Mane, de una ONG subcontratada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), fueron secuestrados de su casa en la capital, Dushanbe.
Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad por el hecho. Fuentes de la ECHO reconocen que el secuestro podría estar vinculado a la conferencia de Viena, pero aun así confirmaron la entrega de un nuevo paquete de ayuda humanitaria.
La cancillería tajika acusó a "ciertas fuerzas" de "actuar para socavar la autoridad de Tajikistán bajo la mirada de la comunidad internacional".
Mientras, la actividad en hospitales y escuelas de todo el país es sólo una fracción de lo que era antes de la guerra. Las medicinas son demasiado caras o no están disponibles, si no son distribuidas por las organizaciones humanitarias.
"Las estructuras médicas se derrumbaron en 1991 y desde entonces las epidemias son recurrentes", afirmó Vandini. Equipos de Médicos Sin Fronteras ofrecen fármacos, capacitan al personal médico, crean sistemas de advertencia temprana y realizan vacunaciones.
La organización francesa, que opera en Tajikistán desde el comienzo de la guerra, es uno de los grupos humanitarios que podrá llevar a cabo sus actividades en los próximos meses gracias al respaldo de la ECHO.
La ECHO anunció la semana pasada la aprobación de un paquete de ayuda humanitaria para el país por valor de 10 millones de dólares y está concentrando sus operaciones en la asistencia alimentaria y médica.
La nueva ayuda permitirá que las ONG y organizaciones internacionales implementen un programa coordinado de salud para cubrir la prevención de las epidemias, la creación de un sistema de salud primario y mejorías en el suministro de agua y el saneamiento.
La atención médica, el suministro de agua y los servicios de saneamiento se deterioraron drásticamente en los últimos años.
"El sistema de salud es principalmente curativo, con una falta absoluta de atención primaria y enfoques preventivos", señaló un informe.
Martin Faller, portavoz de la Cruz Roja, advirtió que hubo un alarmante resurgimiento de enfermedades contagiosas como el tifus y la tuberculosis. "Pero la diarrea sigue siendo el problema principal", añadió.
Ello se debe más que nada a la falta de sistemas adecuados de saneamiento e insuficientes reservas de agua potable. Una altísima proporción de niños sufre de diarrea, la causa principal de la elevada mortandad infantil del país, la más alta de Asia central con 8,3 por ciento.
Faller afirmó que la situación general de la salud pública empeora cada invierno. "Y no veo que haya ninguna mejoría", añadió.
El crecimiento demográfico de Tajikistán es superior a tres por ciento por año, el más alto de la Comunidad de Estados Independientes, y 80 por ciento de la población vive por debajo de la línea de pobreza.
Pero desde 1994, el gobierno intentó importar alimentos pese a la falta de moneda extranjera, facilidades de crédito y productos de trueque.
La economía tajika decreció 10 por ciento por año desde la guerra y la inflación se sitúa en torno a 100 por ciento.
Se estima que la producción industrial y agrícola entre 1996 y 1997 se redujo a menos de la mitad de la de 1990 a pesar de los abundantes yacimientos de recursos minerales como hierro, plomo, cinc y uranio.
El paquete de ayuda que anunció la ECHO también incluirá la ayuda alimentaria y la asistencia a refugiados y personas desplazadas, todo ello aportado a través del Programa Mundial de Alimentos, la Cruz Roja y otras ONG. (FIN/IPS/tra-en/ns/rj/aq-ml/dv/97