SUDAFRICA: Comisión de Verdad cita a ex presidente del apartheid

La Comisión de Verdad y Reconciliación de Sudáfrica envió hoy una citación al ex presidente del momento culminante del apartheid, P.W. Botha, para que comparezca antes del 5 de diciembre.

Durante su reinado en la era del régimen segregacionista, cada vez que Botha estornudaba, Sudáfrica pescaba un resfriado.

Ahora, a Botha le resulta difícil ajustarse a la vida como ciudadano sudafricano en un país gobernado por la mayoría negra, mientras sus estallidos contra la comisión llegaron a oídos sordos.

Si no se presenta ante el órgano antes del plazo, podría encontrarse del otro lado de la justicia.

El fin de semana Botha, de 81 años, dijo que no se presentaría ante la comisión dirigida por el ex arzobispo anglicano Desmond Tutu diciendo que "No actúo ante el circo", y declaró a un periódico que prefería ser procesado a hacer una aparición ante el órgano.

"No me disculparé por la lucha contra los ataques revolucionarios marxistas que llevaron a la mutilación y muerte de civiles inocentes", sostuvo en una declaración de prensa posterior.

Si mantiene su palabra y no se presenta, enfrentará una multa, un máximo de dos años en prisión, o ambos, bajo la Ley de Promoción de la Unidad Nacional y la Reconciliación.

El mes pasado, representantes legales de Botha dijeron que no podría participar en una audiencia del Consejo de Seguridad del Estado en Johannesburgo debido a su delicada salud.

En las audiencias del Consejo de Seguridad, la comisión también está interesada en interrogar al ex ministro de Defensa Magnus Malan y el jefe del ex servicio de inteligencia nacional, Neil Barnard.

La comisión informó que intenta facilitar el procedimiento al debilitado ex presidente realizando la audiencia en la pequeña ciudad de George, en la provincia Cabo Occidental, cerca del lugar de residencia de Botha.

Botha se convirtió en presidente de Estado en 1978, en el momento de auge de la política del apartheid, y renunció a regañadientes en 1989 debido a presiones de miembros del Partido Nacional, para ser sustituido por Frederik de Klerk como presidiente del régimen de la supremacía blanca.

"No creo que Botha sienta remordimiento alguno", dijo Alfred Stadler, analista político de la Universidad de Witwatersrand. "El inició el proceso de reforma, introdujo un parlamento tricameral y comenzó las conversaciones con Mandela. Un hombre de más de 80 años seguramente exageraría la importancia de esas medidas".

Un editorial del diario de Johannesburgo "Star" afirmó que la Comisión de Verdad y Reconciliación debe adoptar una posición más dura en relación al ex presidente. "Botha no debe quedar en el olvido. Puede que no haya disparado el gatillo, pero presidió un sistema injusto".

"A pesar de sus puntos débiles, la Comisión no es al que se refiere Botha, y es una de nuestras mejores esperanzas de alcanzar un grado de reconciliación en una sociedad dividida", apuntó el editorial.

La Comisión, que ha sido mencionada como los propios "juicios de Nuremberg" de Sudáfrica, se basa en la conciencia de quienes aparentan decir la verdad sobre sus acciones, y examina el período entre 1960 y 1994.

Sin embargo, ha sido descrita como una "farsa" en algunos sectores, por su incapacidad de extraer la verdad, en especial de los incondicionales del apartheid. También se la acusado de "no tener dientes" y de ser una pérdida de dinero.

Muchos consideran que tiene una imagen "demasiado cristiana", y otros sostienen que sus audiencias se han reducido a acusaciones, defensa y denuncias con lagunas obvias.

Una reciente audiencia sobre el papel de las empresas durante el apartheid produjo sofisticadas justificaciones de la Anglo- American Corporation, la cual sostuvo que no se benefició de las políticas segregacionistas. (FIN/IPS/tra-en/gm/pm/lp/ip-hd/97

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