Alrededor de 2,3 millones de personas, el equivalente a la población de Brunei, Comoros, Maldivas, Guinea Ecuatorial y Qatar, murieron este año de sida, afirmó hoy un nuevo informe de la ONU.
Las muertes representaron un aumento de 50 por ciento en las cifras de 1996, y el total de 1997 también es "un quinto del total de 11,7 millones de muertes por sida registradas desde el commienzo de la epidemia, a fines de la década de 1970", según el estudio.
Las víctimas de 1997 del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) incluyeron 460.000 niños y 46 por ciento de los muertos fueron mujeres, destacó el informe.
"Cuanto más se sabe de la epidemia del sida, peor parece ser", dijo Peter Piot, director ejecutivo de UNAIDS, un programa conjunto de la ONU que lucha contra la mortal enfermedad causada por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Los índices de transmisión del sida ha sido groseramente subestimados, aseguró Piot, en especial en Africa subsahariana, donde se concentran hasta ahora el grueso de las infecciones.
Sudáfrica estima que uno cada 10 adultos vive con VIH, un tercio más que en 1996. En Namibia, el sida mata casi dos veces tantas personas como la malaria, la siguiente mayor causa de muerte.
El estudio, titulado "Informe sobre la Epidemia Mundial VIH/Sida" afirma que más de 30 millones de adultos y niños viven ahora con una infección de VIH.
Si se mantienen los actuales índices de transmisión, el número de personas que viven con VIH/sida se disparará a 40 millones en el 2000.
Según el informe, el sida disminuye constantemente en las naciones industrializadas y ricas, mientras se extiende rápidamente en los países más pobres del mundo.
La creciente brecha entre el mundo industrializado y el mundo en desarrollo implica la intensidad de la expansión del sida y también el aumento de la mortalidad por su causa.
En América del Norte, Europa Occidental, Australia y Nueva Zelanda, nuevas drogas antirretrovirales reducen la velocidad a la cual las personas infectadas desarrollan el sida.
En Europa Occidental, la evidencia sugiere que los nuevos casos de sida caerán alrededor de 30 por ciento en 1997, en relación a 1995, cuando el tratamiento antirretroviral no estaba disponible.
La caída es aún mayor en países en que la infección se concentra en los hombres homosexuales, entre quienes los índices de VIH comenzaron a caer entre cinco y 10 años antes.
Sólo en Portugal y Grecia, donde la inyección de drogas es el principal modo de transmisión, los nuevos casos de sida presentan aumentos sustanciales en relación a un año atrás.
En Estados Unidos, cifras de reciente publicación indican que la primera disminución anual en nuevos casos de sida, 6,0 por ciento, ocurrió en 1996, y este año se espera una caída aún mayor.
Una vez más, la mayor reducción, una caída de 11 por ciento, se registró en los hombres homosexuales, el grupo que buscó y se benefició de un abierto intercambio de información sobre los riesgos del sexo sin protección durante los primeros años de la epidemia.
El estudio señala que en algunas secciones desventajadas de la sociedad, el sida continúa en aumento. Entre los afroestadounidenses, por ejemplo, los nuevos casos de sida aumentaron 19 por ciento entre los hombres heterosexuales y 12 por ciento entre las mujeres heterosexuales en 1996.
En la comunidad hispánica de Estados Unidos, hubo 13 por ciento de casos más entre los hombres y cinco por ciento más entre las mujeres que el año pasado.
Esto se debe en parte a que estas comunidades tienen dificultades para acceder a las costosas drogas que podrían diferir el inicio del sida, según el estudio.
Piot de UNAIDS afirma que la Campaña Mundial de Sida ayudó a llamar la atención de líderes políticos y comunidades del mundo sobre el efecto devastador de la epidemia de VIH/sida en la vida de niños y jóvenes.
El curso futuro de la epidemia "será determinado en parte por nuestra capacidad para asegurar que se protejan los derechos de estos niños y jóvenes" y tengan acceso a educación e información, dijo Piot.
UNAIDS es financiado en conjunto por la Organización Mundial de la Salud, los fondos de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF) y la población (FNUAP), el programa para el desarrollo (PNUD) y la organización para la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO), y el Banco Mundial. (FIN/IPS/tra-en/td/lp/he/97