Las autoridades ruandesas aseguraron que pagarán la deuda externa de este país empobrecido por varios años de conflictos étnicos, y que devolverán incluso el dinero obtenido para fines represivos por gobiernos anteriores.
"Ruanda honrará sus compromisos", declaró el ministro de Finanzas y Planificación Económica, Donat Kaberuka. Agregó que el gruso de la deuda externa se acumuló durante el gobierno de Juvenal Habyarimana, enemigo de las actuales autoridades.
La deuda externa de Ruanda es de 123 dólares por habitante, mientras su producto interno por habitante sólo llega a 80 dólares.
Habyarimana, que endeudó el país para financiar operaciones militares, murió en abril de 1994, al caer el avión en que viajaba cerca del aeropuerto de Kigali. Su muerte dio lugar a una orgía de sangre de tres meses, en la que fueron asesinadas casi un millón de personas.
Kaberuka informó que Ruanda solicitó al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI) su incorporación a la lista de países pobres altamente endeudados, de modo de lograr la reducción de obligaciones. Pero el proceso tomará al menos tres años.
Algunos expertos pidieron al gobierno que no pague. "Pagar estas deudas no sería justo. Ruanda devolvería dinero utilizado por el régimen genocida para comprar las armas empleadas en el holocausto de 1994", advirtió un economista.
El ministro se manifestó en desacuerdo. "Esos compromisos fueron firmados por un gobierno soberano" y es preciso cumplirlos. "El actual gobierno debe pagar las deudas heredadas", declaró Kaberuka al semanario Nuevos Tiempos.
La deuda comenzó a acumularse a partir de un acuerdo firmado en 1990 por un gobierno controlado por la mayoritaria etnia hutu con el FMI para la implementación de un programa de ajuste estructural.
El documento fue suscripto poco después de que el Frente Patriótico Ruandés (FPR), representante de los tutsis, invadiera el país desde la vecina Uganda.
La inseguridad y los problemas económicos resultantes de la guerra obstaculizaron el programa de ajuste, que entre sus previsiones comprendía una devaluación de 40 por ciento del franco ruandés y la liberalización del sistema de licencias de importación.
El asediado régimen de Habyarimana utilizó para otros fines recursos entregados por donantes para la importación de materias primas. El dinero fue utilizado en parte para la compra de armas en Albania, Bulgaria, Egipto y Sudáfrica para combatir al FPR.
Habyarimana también obtuvo 250 millones de dólares del Banco Central, de la seguridad social y de la Compañía Nacional de Seguros. A su muerte lo sustituyó un régimen provisional, que fue depuesto tres meses después por el FPR.
El gobierno del FPR firmó un protocolo con bancos locales y otras instituciones financieras para el pago de deudas. El acuerdo compromete al Estado a cancelar sus obligaciones con esas entidades en 15 años, a partir de enero próximo.
"El gobierno asignará anualmente 3,3 millones de dólares en bonos del tesoro para el servicio de la deuda" pública interna, informó Kaberuka.
Organizaciones internacionales como el Foro Europeo Norte-Sur han exhortado al Banco Mundial y al FMI a anular las deudas de Ruanda, dado que surgen de préstamos utilizados para perpetrar matanzas y arrasar el país.
Pero esas dos agencias multilaterales no responderán en el breve plazo. Mientras no lo hagan, el gobierno atenderá el servicio de la deuda externa. (FIN/IPS/tra-en/mn/ff/if/97
