El vicepresidente de la Comisión de la Unión Europea (UE), Manuel Marín, llamó el lunes 3 en Venezuela a los países andinos a aprovechar las ventajas arancelarias con que pueden acceder a ese gran mercado.
Marín se declaró como un gran entusiasta de la integración latinoamericana y destacó que la Comunidad Andina (CA) tiene en un unilateral sistema generalizado de preferencias de la UE un instrumento que hasta ahora ha usado "sólo modestamente".
Precisó que la idea de la CA y de la UE es renovar en 1998 el sistema de preferencias para los andinos hasta el año 2005, que permite a Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela acceder con arancel cero para 75 por ciento de sus exportaciones.
Marín también representará a la UE en la VII Cumbre Iberoamericana, que se realiza en la venezolana isla de Margarita el sábado 8 y el domingo 9.
En una rueda de prensa en Caracas, el vicepresidente del órgano ejecutivo de la UE manifestó que los cinco países no han sabido utilizar hasta ahora el potencial del sistema generalizado de preferencias andinas (SGPA), que fue concebido inicialmente para cooperar en la lucha contra en narcotráfrico del grupo.
Marín planteó que la renovación del SGPA debe incluir la negociación de una cláusula social y otra verde (ambiental), cuyos alcances no detalló pero que ya fueron abordadas durante una reunión de alto nivel de los dos bloques, el 17 de octubre.
El presidente ecuatoriano, Fabián Alarcón, encabezó una misión a Bruselas, sede de la UE, para iniciar el diálogo político CA-UE decidido en 1996, revisar las relaciones entre los dos grupos e informar a los europeos del reforzamiento del bloque andino con una nueva institucionalidad y el retorno pleno de Perú.
Marín dió a entender que para la CA es más útil aprovechar adecuadamente el SGPA, que tiene la ventaja de aportar una desgravación arancelaria unilateral de la UE, que pretender avanzar a una eventual negociación para establecer una zona de libre comercio entre ambos grupos.
Se trata de una posición diferente a la que el propio Marín ha sostenido frente al Mercado Común del Sur (Mercosur), conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Con el Mercosur, Marín ha sido uno de los impulsores de avanzar hacia una zona de libre comercio intercontinental.
"Es cuestión de funcionar con paciencia histórica", planteó, al explicar que en la "nueva agenda" CA-UE también está el apoyo a la institucionalidad andina recién renovada y a proyectos que impulsen la integración subregional, como los planes de infraestructura y viabilidad.
Las palabras de Marín parecieran indicar que por parte andina pudo existir en algún momento la ambición de que el SGPA y un acuerdo de cooperación de tercera generación existente entre los dos bloques fuera el germen para negociar una zona de libre coemrcio, lo que nunca trascendió en este lado del Atlántico.
Por otro lado, Marín eludió indicar si existe preocupación en la UE por los pasos que se están dando a nivel de Estados Unidos y el resto del continente para avanzar hacia un Area de Libre Comercio de América (ALCA), que comenzaría a negociarse en 1998.
Pero sí puntualizó que a juicio europeo "el ALCA no debe diluir ni sustituir" los procesos de integración de América Latina, no sólo por el papel benéfico que ellos tienen a nivel económico,sino en los planos político y social.
Aseguró que en este fin de siglo dominado por la llamada globalización, resulta claro que "nadie, ni el más poderoso, puede vivir en autarquía política, económica o social".
Marín estuvo en Caracas este lunes para mantener encuentros con el presidente venezolano Rafael Caldera, su canciller Miguel Angel Burelli, y rubricar tres acuerdos de cooperación de la UE con el país.
Los tres convenios implican el aporte de la UE de algo menos de 20 millones de dólares destinados a un proyecto para atender a la juventud desocupada, otro para capacitar a técnicos en la industria automotriz y un tercero para apoyar un centro de formación industrial en una de las regiones venezolanas.
El acto de la firma de los acuerdos, para los que Venezuela aporta más de la mitad del desembolso total, contó con la presencia del arzobispo de Caracas y otros dos connotados obispos de la Iglesia Católica, contraparte del plan de capacitación para la juventud desocupada.
Marín dijo que los tres convenios responden a una nueva cooperación no asistencialista, en que las dos partes aportan recursos y se benefician, y que definió como "el correlato de la globalización".
Explicó que desde el Norte industrial ya no se llega como "un Papá Noel" sino con la filosofía de la "coparticipación", que pasó a ser asumida positivamente por países del Sur en desarrollo como Venezuela (FIN/IPS/eg/dg/if-ip/97
