COLOMBIA: Hacendados presentan plan de paz rechazado por guerrilla

Una propuesta de los grandes hacendados de Colombia de ofrecer 10 por ciento de sus tierras a los campesinos como parte de un plan de paz fue recibida hoy con beneplácito por los grupos paramilitares de derecha y rechazada por un sector de la guerrilla que pide "reformas integrales".

La propuesta, denominada "Cruzada nacional contra la pobreza", fue planteada por la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán), que reúne a cerca de 300.000 propietarios de un total de 26 millones de hectáreas.

Para Jorge Visbal, presidente de Fedegán, el plan representa "un acto de justicia con las gentes que viven en la pobreza y que han sufrido año por año el rigor de la guerra", sin ningún estímulo por parte del Estado.

Pero este esfuerzo, según Visbal, "no tendría validez si no está ligado a un compromiso de todos los sectores económicos y de la sociedad civil" y de reformas económicas por parte del Estado.

No obstante, el presidente de Fedegán condicionó su propuesta al cese "de las acciones violentas por parte de los alzados en armas", que deberían liberar a las personas que mantienen secuestradas y retirar su exigencia de despeje militar de ciertas zonas para el inicio de un diálogo de paz con el gobierno.

La iniciativa fue apoyada por las Autodefensas Unidas de Colombia (paramilitares de derecha), que manifestaron en un comunicado su solidaridad con los hacendados, a los que consideran "el sector más vulnerable a las acciones de la subversión".

La agrupación, que cumple funciones de coordinación entre los grupos paramilitares, subrayó la importancia de demandar del Estado una mayor inversión social y económica "para luchar contra la injusticia" y reconoció la importancia de la sociedad civil en la búsqueda de la paz.

Los grupos paramilitares, que se crearon a comienzos de la década pasada para apoyar al ejército y a los grandes terratenientes, fueron declarados ilegales en 1989 por violaciones a los derechos humanos y sus vínculos con el narcotráfico.

A estas agrupaciones atribuyen organizaciones no gubernamentales humanitarias 48 por ciento de los desplazamientos forzozos de cerca de un millón de campesinos que han sido desalojados de sus tierras desde 1985.

Marco Calarcá, portavoz internacional de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, la principal fuerza de la guerrilla de izquierda, rechazó el ofrecimiento de Fedegan por considerar que "las causas de la guerra no son sólo por la distribución de la tierra, sino sociales, politicas y militares".

Calarcá afirmó no obstante que Fedegán tiene razón al considerar que se requiere una reforma agraria que involucre créditos, sistemas de comunicación y calidad de tierras, entre otras acciones estatales.

El jefe guerrillero criticó que Visbal condicione su plan al aporte que hagan otros sectores económicos y "a lo que la guerrilla haga o deje de hacer".

Según Calarcá, lo que Colombia espera "es la construcción de un nuevo país y no recibir limosnas de los ricos", aunque acepta que por lo menos Fedegán "ve claro que una parte de la solución del problema consiste en resolver las enormes desigualdades sociales".

Entre quienes aprobaron la propuesta con algunas reservas está César González, presidente del Consejo Gremial Nacional, que reúne a los 15 principales sectores de la producción.

Lo que habría que definir es "si propuestas como ésta se pueden aplicar en la práctica o son simples iniciativas que no conducen a nada".

Para Jaime Caicedo, secretario general del Partido Comunista de Colombia, cualquier demostración de "avanzar en una reforma agraria distributiva que favorezca el desarrollo del campo es positiva".

Caicedo recordó que hace ya más de 30 años que se intenta sin éxito en Colombia concretar una reforma agraria.

La delegada de la Organización de las Naciones Unidas para los derechos humanos en Colombia, Almudena Mazarrasa, afirmó a su vez que "todo lo que esté encaminado a concientizar a los sectores sociales para participar en un proceso de paz es bienvenido".

Otros analistas consideraron la propuesta de Fedegán "demasiado superficial" para acabar con una violencia en la que los terratenientes han tenido gran parte de responsabilidad. (FIN/IPS/yf/dg/ip/97

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