/AMBIENTE/AMERICA DEL NORTE: TLC bajo fuego por política ambiental

El intento de los países miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) por desarrollar un marco comercial que proteja al ambiente parece destinado al fracaso, según ambientalistas canadienses.

Las decisiones reales se toman "en otros foros como el Acuerdo Multilateral de Inversiones (MAI) que negocian los países industrializados de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico", sostuvo Steve Shrybman, de la canadiense Asociación Legal Ambiental de la Costa Oeste.

El pacto comercial del TLC, que vincula a Canadá, Estados Unidos y México y enfatiza los derechos de los inversores, es un "pésimo" modelo para otros acuerdos mayores propuestos, sostuvo Shrybman. "El TLC ya es bastante malo, pero el MAI es peor", opinó.

Shrybman realizó sus observaciones luego de un encuentro de dos días en Montreal entre Christine Stewart, ministra de Ambiente de Canadá, Julia Carabias, secretaria de Ambiente, Recursos Naturales y Pesca de México, y Carol M. Browner, administradora de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.

Las funcionarias anunciaron un futuro estudio comercial y ambiental de la Comisión de Cooperación Ambiental (CEC), el órgano que gobierna los aspectos ambientales del TLC.

Una declaración oficial señaló que el acuerdo marco tendría varios objetivos, entre ellos el de fortalecer un sólido programa ambiental y comercial que incluya impactos positivos y negativos del comercio.

Otro objetivo consistiría en consultar expertos con el fin de desarrollar los medios para medir dichos impactos y asegurar la participación pública en temas ambientales y comerciales.

Así mismo, mediante el acuerdo marco se evaluaría la función que podría tener el CEC en el fortalecimiento del comercio de "productos ecológicos" y aumentaría el acceso del público a la información ambiental.

Finalmente, el acuerdo marco permitiría la participación del sector privado en iniciativas de comercio ambientales y orientaría al Fondo Norteamericano para la Cooperación Ambiental para que considere la financiación de proyectos relacionados con temas ambientales y comerciales.

Un grupo de expertos independientes encabezado por el empresario y ambientalista canadiense Maurice Strong revisará las operaciones y la implementación del acuerdo colateral ambiental del TLC desde su comienzo, en 1993. El informe final estará disponible para el público a principios de 1998.

Sin embargo, el comercio le gana al ambiente en el TLC, declara el abogado Barry Appleton, de Toronto. Por su naturaleza, las normas ambientales interfieren con el comercio y "es difícil conciliar la protección ambiental con los acuerdos internacionales comerciales".

Shrybman asegura que es posible contar con acuerdos comerciales que no perjudiquen el ambiente y basa su opinión en el Protocolo de Montreal, de 1987, en que se utilizan sanciones económicas para limitar el intercambio internacional de sustancias que destruyen la capa de ozono.

El acuerdo ambiental del TLC es inadecuado porque limita la definición de "ambiente", excluyendo ámbitos como la administración forestal, la pesca y la agricultura, según Shrybman.

Sin embargo, Appleton y Shrybman sostienen que la falta de mecanismos para aplicar las normas del acuerdo ambiental del TLC prácticamente lo dejan sin efecto. El TLC se concentra en la aplicación por parte de los gobiernos miembros de sus actuales leyes ambientales, en lugar de mejorarlas, observaron.

El CEC no tiene el peso legal como para convertirse en la "policía ambiental de América del Norte", aunque lleva a cabo una útil función de investigación, aseguró Appleton.

"El acuerdo del TLC crea un proceso muy complicado para tratar las demandas entabladas (contra las acciones ambientales de cualquiera de los tres gobiernos). Es muy complejo, absorbe mucho tiempo y no es muy efectivo", añade.

Lleva años dilucidar una acusación de inacción por parte de Canadá, Estados Unidos o México según el acuerdo ambiental, pero una empresa privada que acuse a uno de los gobiernos miembros de violar sus derechos de inversión incluidos en el capítulo 11 del TLC puede obtener una audiencia judicial en cuestión de meses, arguyó Appleton.

Aunque el TLC apoya en teoría el Protocolo de Montreal y demás acuerdos similares, no incluye el importante concepto de "principio precautorio", que aprobó la cumbre ambiental de Río de Janeiro en 1992, sostuvo Appleton.

Este principio estipula que los gobiernos pueden proteger a sus ciudadanos de riesgos contaminantes si existe evidencia considerable sobre la existencia de dicho riesgo. (FIN/IPS/tra- en/pw/mk/aq-ml/en/97

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