El Movimiento al Socialismo (MAS), que co- gobierna Venezuela, inició hoy una convención que le salva de la división, pero no de la separación de dos líderes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), integrados en el MAS desde hace nueve años.
Moisés Moleiro y Héctor Pérez Marcano, ex comandantes guerrilleros que con algunos combatientes cubanos -luego generales de las Fuerzas Armadas de Cuba- desembarcaron en 1967 en playas de Venezuela para tratar de tomar el poder, dijeron adiós a su militancia en el MAS.
"Los dirigentes del MAS -entre quienes se destaca el ministro de Planificación Teodoro Petkoff- cancelaron definitivamente un proyecto político que pretendió dar respuesta a los problemas esenciales de la sociedad venezolana", dijeron Moleiro y Pérez Marcano en una declaración conjunta.
Los jefes del MAS "se conforman ahora con sobrevivir, adecuando sus decisiones al logro de pequeñas cuotas de poder obtenidas a cualquier precio", agregaron. "Tuvimos esperanza de un deslinde, pero hoy el MAS deja de ser todo lo que nos movió a fusionarnos", en 1988.
Enzarzado en una lucha entre "históricos", ortodoxos sostenedores de opciones de cambio social, y "renovadores", jóvenes pragmáticos con una línea política de centro, el MAS estuvo a punto de dividirse varias veces desde hace un año.
Días, casi horas antes de la convención, dirigentes de las principales tendencias confrontadas llegaron a un acuerdo para repartirse los cargos en la dirección colegiada, que se ampliará de 33 a 45 miembros, aunque la presidencia y la secretaría general corresponderán a los renovadores Felipe Mujica y Leopoldo Puchi.
El MAS surgió en 1971 tras el reparto de culpas en el Partido Comunista (prosoviético) por la derrota de su lucha armada de los años 60 y bajo el impacto de la traumática invasión de Checoslovaquia por fuerzas del Pacto de Varsovia en 1968.
Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez (hoy Ministro de Fronteras de Caldera) y otros líderes con ascendencia intelectual sobre los comunistas crearon el MAS en busca de "una vía venezolana al socialismo". Figuras como el novelista colombiano Gabriel García Márquez y el músico griego Mikis Theodorakis adhirieron con entusiasmo desde el extranjero.
Los fundadores del MAS guardaban entonces diferencias con el MIR, escindido en 1960 de la socialdemócrata Acción Democrática para volcarse a la lucha armada. El MIR se dividió en 1970 entre Bandera Roja, decidida a continuar la lucha guerrillera, y quienes renunciaron a las armas para constituir un movimiento "obrerista y de masas".
En el MIR "de masas" estaban Simón Sáez, ex secretario de Acción Democrática, cuando ese partido enfrentaba en la clandestinidad la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez (1948-1958) y ya retirado de la política activa, Américo Martín, hoy defensor de la economía de mercado, Moleiro y Pérez Marcano.
Mientras el MAS cambiaba tesis revolucionarias por reformistas y se deslizaba a la socialdemocracia, en los años 70 y principios de los 80, el MIR se mantuvo a su izquierda, como un partido más pequeño y le arrancó parte del electorado radical cuando Martín fue su candidato en 1978.
En 1983 rompieron relaciones Moleiro y Martín. Este impulsó la candidatura de centroizquierda de José Vicente Rangel, y el primero hizo una "alianza socialista" con el MAS, con Petkoff como candidato. La izquierda casi desaparece del panorama.
La política venezolana de entonces era dominada por Acción Democrática, con el ex presidente Carlos Andrés Pérez como líder, y por el partido socialcristiano Copei, en el que aún militaba el actual presidente Rafael Caldera.
En 1988, Moleiro y Pérez Marcano renunciaron a sostener el pequeño MIR, todavía con alguna influencia en gremios y recintos universitarios. Se fusionaron con el MAS y allí alentaron las declinantes corrientes de izquierda. Petkoff hizo otro muy pequeño papel electoral.
Emergieron en el MAS, desde 1989, liderazgos regionales. El partido detenta hoy día cinco de las 22 gobernaciones de estados y un puñado de alcaldías. Esos grupos, trocados en tendencias, terminaron dueños de la mayoría en el partido.
En 1993, el MAS apoyó a Caldera, ya separado de Copei y como candidato suprapartidista, aportando 35 por ciento de los votos que permitieron a ese político de 81 años ganar una segunda Presidencia.
El MAS accedió así al poder y sentó a varios de los suyos en el gabinete. Incluso Moleiro integró el gubernamental Consejo Nacional de la Cultura y Pérez Marcano el de Turismo.
Pero ya el partido se había desentendido de sus tesis radicales y se ha limitado a sostener las iniciativas de Caldera, defensor de un estado centralista y que, después de dos años de ensayos populistas (1994-1995) pactó un programa liberal con el Fondo Monetario Internacional.
Sobre ese telón de fondo y distante el partido de las prácticas de luchas de masas, como manifestaciones callejeras o activismo sindical, se produjo la lucha por el control del aparato, con victoria para la fórmula Mujica-Puchi.
Petkoff y los "históricos" blandieron el arma de la división y de su capacidad para que los órganos jurisdiccionales les permitiesen conservar el nombre y símbolos del partido (un puño izquierdo en alto y el electoral color naranja).
El acuerdo para repartirse la dirección produjo el descontento de los ex miristas, que han renunciado.
En el panorama político previo a las elecciones generales de 1998, el MAS, cuarta bancada parlamentaria, carece de fórmulas que conciten atención de las encuestas. Los polos de nuevo son Acción Democrática y Copei, que promueve la candidatura de la popular Miss Universo 1981, Irene Sáez. (FIN/IPS/jz/ff/ip/97