El insurgente Ejército de Resistencia del Señor (LRA), de Uganda, desmintió la versión del gobierno sobre su virtual derrota y exhortó a la población a unirse para derrocar al presidente Yoweri Museveni.
El LRA calificó de "tonterías" las declaraciones del brigadier James Kazini, jefe militar de la zona norte, quien el mes último aseguró al diario New Vision que el líder rebelde Joseph Kony, hambriento y oculto, busca un guía para huir a Kenia junto a una escolta de 40 hombres.
"Hemos oído muchas tonterías a Kazini, pero no estamos interesados en responder lo que éste ha dicho sobre nuestro líder, sino en ganar la guerra contra el gobierno", puntualizó el LRA en un comunicado difundido este jueves en la capital de Kenia.
El comunicado lleva los emblemas de la organización rebelde, aunque no lleva la firma del secretario general de la organización, Dominic S. Wanyama, ni del portavoz John Obita, representantes del LRA en Nairobi.
Tampoco reacciona ante el rumor de que Wanyama y Obita fueron internados en un campamento de refugiados del norte de Kenia por presión del gobierno ugandés, ni aclara el paradero de Kony.
En cambio, asegura que el LRA, que opera en el norte de Uganda, obtuvo una serie de victorias sobre el ejército de Museveni. Así mismo, insta a la población a ignorar las afirmaciones y denuncias contra los rebeldes y a luchar contra el gobierno.
"Llamamos a los ugandeses de todas las tribus a rechazar el régimen de Kampala y a unirse para derrotarlo", se lee en el comunicado.
Dos acontecimientos sugieren que no todos creen que el LRA está en retirada. El primero fue una reunión de dirigentes de varias corrientes religiosas en Kampala, en la que se pidió al gobierno la apertura de negociaciones con los insurgentes.
La solicitud fue rechazada por Museveni, quien arguyó que el diálogo con el LRA podría perjudicar el esfuerzo militar contra otros grupos rebeldes de Uganda.
El segundo dato es un informe de la misión en Uganda de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que también pidió a Museveni considerar la posibilidad de "conversaciones de paz" con Kony.
El informe, titulado "La angustia del norte de Uganda", fue preparado por un consultor independiente, Robert Gersony, a solicitud de USAID y de la embajada de Estados Unidos en Uganda.
USAID propuso al gobierno estadounidense la financiación de un programa a tres años y por seis millones de dólares en apoyo de los distritos de Gulu y Kitgum, dos bastiones de Kony. Los recursos se destinarían a proyectos de infraestructura.
Kony es un herbolario y ex catequista católico. El objetivo de su LRA, que lucha en el norte de Uganda, en la frontera con Sudán, consiste en gobernar el país sobre la base de los 10 mandamientos bíblicos.
El LRA inició su lucha contra el gobierno de Museveni en 1987, poco después del aplastamiento de una rebelión del Movimiento del Espíritu Santo encabezado por la prima de Kony, Alice Lakwena.
Los rumores sobre la desaparición del grupo rebelde se incrementaron luego de que un líder del LRA declaró en agosto que el movimiento había reducido sus operaciones militares para permitir que los agricultores plantaran sus tierras.
"Queremos probar que no son ciertas las acusaciones del gobierno de que al LRA no le importa el bienestar de la población civil en el norte de Uganda", declaró John Obita, portavoz del LRA en Kenia.
Inmediatamente después, periódicos ugandeses que citaron fuentes militares informaron que Sudán había cortado los suministros a los campamentos del LRA, forzando a Koni y a unos 300 rebeldes a refugiarse en Uganda.
La llegada de los rebeldes desató una serie de enfrentamientos con el ejército en el distrito norteño de Kitgum. Unos 50 niños secuestrados por los rebeldes fueron rescatados luego de una batalla, según trascendió.
Fuentes militares en Kampala afirmaron que más de 800 miembros del LRA se entregaron al ejército desde marzo. Quizá el golpe más duro a los rebeldes fue el supuesto cierre de la frontera entre Sudán y Uganda, una ruta clave de suministros para el grupo, por el Ejército de Liberación Popular de Sudán (SPLA).
El SPLA es un grupo que lucha por derrocar al régimen fundamentalista de Jartum, el cual acusó en varias ocasiones a Uganda de respaldar a los rebeldes sudaneses.
Kampala, por otra parte, afirmó que el LRA utiliza bases en Sudán como plataforma de lanzamiento para sus incursiones en Uganda. Los gobiernos de ambos países negaron las acusaciones. (FIN/IPS/tra-en/mn/kb/ff-ml/ip/97