PERU: Sendero Luminoso debatiría sobre seguir o no lucha armada

El partido más radical de la izquierda peruana, el movimiento guerrillero Sendero Luminoso, abriría un debate público sobre la pertinencia o no de continuar con la lucha armada.

Abimael Guzmán, el encarcelado dirigente y fundador de Sendero Luminoso, pidió al presidente Alberto Fujimori que le permita difundir una exhortación al líder disidente Oscar "Feliciano" Ramirez, para que asuma una línea de acción de masas que, según él, evitaría la destrucción de su partido.

En 1993, tras 15 años de lucha guerrillera, Sendero Luminoso fue derrotado militarmente y sus mandos nacionales, casi todos apresados, se rindieron y propusieron un acuerdo de paz, que no fue acatado por "Feliciano", un dirigente de tercer nivel en su partido.

Ramírez logró reconstruir el aparato insurgente y desde hace agunos meses opera en lugares de la sierra y selva central y sur central, aprovechando el malestar campesino originado por la crisis de la producción de coca.

"El sector denominado 'Sendero Rojo' ha iniciado un peligroso rebrote subversivo, con asesinatos e incursiones violentas a poblados y ataques a patrullas militares o policiales", comentó este jueves el presidente del Consejo por la Paz, Francisco Diez Canseco.

La iniciativa de Guzmán de abrir un debate público con "Feliciano", sobre la que no se ha pronunciado el gobierno de Fujimori, causa inquietud en sectores políticos que se interrogan sobre el verdadero propósito del líder guerrillero encarcelado.

"Puede tratarse de una jugarreta", expresa el ex parlamentario izquierdista Carlos Tapia, en tanto Luis Peirano, director de Desco, la organización no gubernamental más importante del país, supone que Guzmán trata de recuperar protagonismo, "pero es evidente que los disidentes no le hacen caso".

Mirko Lauer, comentarista del matutino opositor La República, de línea izquierdista, atribuye la iniciativa a un plan de los servicios de inteligencia para distraer la atención y mejorar las posibilidades reelecionistas de Fujimori con un seudo nuevo triunfo político sobre la subversión.

A través de una carta hecha llegar al congresista oficialista Daniel Espichan, ex produrador de la República en asuntos de terrorismo, los ex dirigentes senderistas presos en la cárcel de Yanamayo, el penal más duro del país, expresaron su interésen colaborar con la propuesta de paz formulada por Guzmán.

En Yanamayo, un penal ubicado en una helada altiplanicie en Puno, a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar, hay 380 presos por terrorismo, 80 por ciento de los cuales está sentenciado a cadena perpetua.

Según una fuente no oficial, alrededor de 220 presos de Yanamayo pertenecen a Sendero Luminoso, unos 50 a la organización guerrillera rival Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) y casi 100 forman el llamado "grupo independiente", constituido por senderistas "arrepentidos".

"La conducta en el penal de los senderistas es diferente a los del MRTA. Estos últimos se comportan agresivamente, rehúsan cualquier diálogo con las autoridades y dicen que serán liberados por sus compañeros mediante asalto a la cárcel o por canje con rehenes", añadió.

"Los senderistas consideran que podrían salir en libertad vía el acuerdo de paz con la promesa de convertirse en partido legal, tal como lo propuso en 1993 Guzmán, quien sostuvo que no existen condiciones objetivas en el mundo en este momento para una línea de acción guerrillera", concluyó la fuente.

Guzmán se encuentra preso en un penal de máxima seguridad en una base naval en El Callao, en donde tambien está recluido Victor Polay, jefe máximo del MRTA.

Cuando Guzmán fue detenido en Lima en 1992 con casi todo el Comité Central de Sendero, el jefe políticomilitar de la organizacion insurgente, "Feliciano" Ramirez, quien se encontraba en algún lugar de la selva, escapó a la ola de capturas y progresivamente asumió la dirección del movimiento.

"Tengo una malsana curiosidad periodística por saber qué diría Abimael Guzmán en este momento, pero no creo que su apelación a 'Feliciano' tenga alguna posibilidad de éxito. No se me ocurre que pueda decir nada capaz de modificar la postura del disidente", sostiene Lauer.

El comentarista señala que la experiencia colombiana demuestra que es difícil erradicar totalmente a los grupos guerrilleros.

"Por más arrinconados que estén, los grupos armados no se disuelven espontáneamente en la espesura de la selva. Cualquier cambio en las famosas 'condiciones objetivas' los puede traer de vuelta como un peligro de mayor envergadura", comenta.

Carlos Tapia, tambien director de una asociación humanitaria y uno de los pocos ex militares izquierdistas en Perú, evalúa con cierto escepticismo las posibilidades de arrastrar a "Feliciano" a un acuerdo de paz.

"Hay dos tipos de acuerdos de paz: uno cuando ni las fuerzas insurgentes ni las represivas del Estado pueden imponerse, el otro caso es cuando las fuerzas insurgentes buscan una rendición digna porque sienten que se debilitarán por la fatiga o el rechazo de la poblacion", dice Tapia.

"No creo que 'Feliciano' haya llegado ya la conclusión de que su línea militar es rechazada por la población y tardará en darse cuenta si ello ocurre, pues cuando los guerrilleros llegan a una aldea a ningún campesino se le ocurre rechazarlos porque les cuesta la vida y Feliciano creerá que lo secundan", expresa.

Luis Peirano señaló a su vez que Guzmán ya dijo todo lo que tenía que decir en favor del acuerdo de paz.

"No creo que pueda convencer a 'Feliciano' ni a quienes lo siguen con un discurso televisado, por más extenso que sea su mensaje", concluyó. (FIN/IPS/al/dg/ip/97

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe