El presidente de Nigeria, Sani Abacha, confirmó hoy un programa de transición que debería producir un gobierno civil en 1998, en el mensaje que dirigió a la nación en el 37 aniversario de la independencia de Gran Bretaña.
Sin embargo, el general Abacha, gobernante de facto desde 1993, no mencionó la puesta en libertad, entre otros, del prisionero político Moshood Abiola, considerado el ganador de las elecciones presidenciales del 12 junio de ese año, que fueron anuladas por los militares.
Así mismo, el mandatario no confirmó ni negó los rumores sobre sus planes de postularse a la presidencia en comicios que se celebrarían en 1998 para que el 1 de octubre asuma el poder un gobierno civil.
Abacha tampoco habló sobre la cuarta constitución de Nigeria en la historia independiente del país.
El proyecto de constitución no se promulgó aún, aunque fue redactado por una conferencia constitucional hace dos años, mientras un comité designado por el gobierno lo revisó y presentó al Consejo de Gobierno Provisional, el mayor cuerpo ejecutivo de Nigeria.
A pesar de todo ello, Abacha insistió que el programa de transición "se está realizando con paso firme y con la gracia de Dios, estará concluido el 1 de octubre de 1998, cuando asuma el poder una administración civil electa" por el pueblo.
"Para que funcionen nuestras nuevas estructuras políticas, debemos adoptar el espíritu de cooperación, justicia y respeto por el imperio de la ley", exhortó en su discurso.
El cronograma de la transición estipula que el 6 de diciembre se elegirán legisladores de las 36 asambleas o parlamentos estatales que integran la federación de Nigeria. Cuatro meses después, se realizarán los comicios para la Asamblea Nacional o parlamento federal.
Las elecciones presidenciales están previstas para el 1 de agosto, el mismo día que se eligen los gobernadores estatales. Sin embargo, ninguno de los cinco partidos inscriptos oficialmente designaron candidatos presidenciales.
Parecería que los partidos políticos temen postularse contra Abacha, cuyos partidarios lo consideran el próximo presidente civil.
"Nos opondremos a la presentación de candidatos de los partidos para la elección presidencial que no sean el general Abacha", advirtió Daniel Kanu, presidente de un grupo de jóvenes partidario del dictador.
La incertidumbre sobre los planes de Abacha se extiende al futuro político de Nigeria, dijo a IPS un diplomático europeo. "El general dejó pasar la oportunidad de terminar con la especulación e infundir confianza en su programa de transición al no declarar en forma categórica si piensa sucederse a sí mismo".
Abacha parece consciente del número creciente de sus detractores, a quienes acusó de ser "individuos que colocan sus ambiciones personales sobre los imperiosos intereses nacionales".
"Quienes ponen bombas y mutilan a ciudadanos inocentes declararon la guerra a su país", sentenció Abacha sobre los atentados -al menos ocho- que se sucedieron en diversas ciudades nigerianas este año.
Por otra parte, el mandatario pretendió desmentir la idea de que "existe una privación institucionalizada y desenfrenada de derechos humanos fundamentales" al destacar la creación de una comisión de derechos humanos.
La comisión no modificó en esencia la situación de los prisioneros políticos del país. Al menos 10 destacados activistas por la democracia y los derechos humanos y líderes sindicales y políticos se encuentran detenidos, aunque existen informaciones sin confirmar de que el número podría alcanzar los 40.
En el ámbito internacional, los antecedentes en materia de derechos humanos del gobierno le granjearon más sanciones que cualquier otra administración nigeriana. Sin embargo, Abacha afirma que "la estatura internacional del país se mantiene sin menoscabo".
La Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth), por ejemplo, suspendió a Nigeria del grupo en noviembre de 1995, luego de la ejecución del escritor Ken Saro-wiwa y ocho activistas de minorías étnicas condenados por un tribunal militar.
Está previsto que el grupo analice la suspensión este mes en una cumbre que se celebrará en Edimburgo, Escocia. Abacha dijo que esperaba la "comprensión de los miembros del Commonwealth sobre la situación en Nigeria".
"Es nuestro deseo que los líderes de la Commonwealth se adhieran a la justicia, el diálogo genuino y las negociaciones para poder resolver el desafortunado estancamiento de las relaciones entre la asociación y Nigeria", señaló.
Nigeria tuvo que buscar "en otras partes del mundo para conseguir nuevas amistades. Pero mantenemos nuestros brazos y puertas abiertos a todos quienes deseen ser nuestros amigos y cooperen con nosotros", indicó Abacha.
En el ámbito económico, Abacha habló de la necesidad de fomentar el ahorro, la inversión y la productividad.
La Asociación de Fabricantes de Nigeria advirtió esta semana que la producción industrial se halla en un mínimo histórico. Así mismo, el diario The Guardian describió un panorama deprimente.
"Siete de cada diez industrias cerraron, sólo 30 por ciento de los hogares cuentan con energía eléctrica y 22 por ciento de los nigerianos tienen acceso a la asistencia sanitaria, mientras el agua potable es más cara que el alcohol", afirmó el diario.
Nigeria aportó la mayoría de los soldados de ECOMOG, la fuerza de paz de Africa occidental que actuó en Liberia y Sierra Leona, principales lugares de conflicto de la zona, por lo que no sorprendió que Abacha se refiriera a los dos países.
Abacha elogió a ECOMOG por el papel que cumplió en la finalización de la guerra de siete años en Liberia, pero criticó a la junta militar que derrocó en mayo al presidente electo de Sierra Leona, Ahmed Tejan Kabbah.
"Pedimos que el régimen ilegítimo de Freetown reanude las negociaciones y un diálogo serio" para reponer en su cargo a Kabbah y llevar la paz a Sierra Leona, señaló el general Abacha. (FIN/IPS/tra-en/ro/to/kb/aq-lp/ip/97