El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, ha puesto en juego toda su influencia al reclamar a la Asamblea General del foro mundial la aprobación total de las reformas que propone.
Funcionarios de la ONU informaron que Annan pretende que sus propuestas se consideren como paquete único y no como serie de medidas que podrían establecerse por separado, por lo que ha solicitado a la Asamblea General su aprobación plena.
El máximo cuerpo de la ONU comenzará este miércoles a revisar la iniciativa del secretario general, difundida en julio.
Muchas propuestas clave, entre ellas la creación de una subsecretaría general, la creación de un nuevo departamento a cargo de desarme y la imposición de nuevas modalidades de administración, requieren aprobación de la Asamblea.
Los gobiernos han manifestado su beneplácito ante el paquete presentado por Annan, pero su aprobación plena no es algo que esté garantizado, pronosticaron algunos altos funcionarios.
Muchos países se embarcaron en un debate sobre la cuota de poder que se concedería al subsecretario general y si el funcionario a cargo debería ser designado por Annan (como él mismo pretende) o por la Asamblea General.
Otros representantes sostuvieron que algunas cuestiones concretas deben derivarse a los comités de la Asamblea para que las consideren antes que el cuerpo. En ese sentido, por ejemplo, el Comité sobre Desarme debería aprobar la creación de una división a cargo del control de armas.
Eso, según funcionarios de la ONU, podría relegar algunas de las propuestas de Annan a una discusión burocrática e impedir la aprobación plena del paquete antes de fin de año.
En general, los más de 150 líderes mundiales y cancilleres que se dirigieron a la Asamblea General en la sesión plenaria que comenzó hace dos semanas adhirieron a la iniciativa de Annan.
"Llegamos a esta instancia con un buen impulso. Esto es muy alentador", dijo un alto funcionario de la ONU involucrado en el proceso de reformas.
"Lo que es muy importante para nosotros es que el paquete sea aprobado como paquete. Y esa opción cuenta con un abrumador apoyo", dijo otro alto funcionario del cuerpo mundial.
El mismo informante agregó que, aunque algunas porciones de la iniciativa podrían derivarse a comités de la Asamblea para su aprobación, la ONU confía en que el paquete no sea votado en forma separada.
Pero este optimismo podría ser prematuro. Aunque las reformas ganaron calificados elogios entre los representantes nacionales, muchas naciones también alertaron que quieren conocer mayores detalles.
Los países en desarrollo, en particular, están preocupados de que el trabajo del cuerpo mundial en materia económica no se vea afectado y que las reformas no impliquen un simple recorte de costos y personal.
Eriya Kategaya, viceprimer ministro de Uganda, se refirió a esta preocupación al negar en la Asamblea General que la ONU sea "costosa en exceso, mal administrada, ineficiente, burocrática y corrupta" y que su personal sea "demasiado y poco calificados", como sugiere Estados Unidos.
Por el contrario, "la reforma no debe ser considerada solo un problema de costos", agregó. "Es necesario que en la elaboración e implementación del paquete de reformas se fortalezca a los programas que benefician a los países menos desarrollados y a Africa", dijo Kategaya.
El primer ministro de India, Inder Kumar Gujral elogió a Annan por su propuesta, pero puso cierto coto al respaldo que podría prestar su gobierno al paquete.
"Apoyamos todas las propuestas que, en nuestra opinión, lograrán avances o mejorarán la capacidad de la Secretaría General de la ONU a cumplir los mandatos de la comunidad internacional", dijo en su discurso ante la Asamblea.
"El objetivo más importante que debe fijarse la ONU es la promoción de un crecimiento económico sostenido en los países en desarrollo que lleve a la erradicación de la pobreza", añadió.
Por otra parte, Estados Unidos, que en los últimos años fue la principal fuerza a favor de las reformas de la ONU, objetó algunas de las propuestas de Annan.
Entre ellas citaron la creación de la oficina de control de armas y la idea de crear un "fondo de créditos rotativo" de mil millones de dólares, que los estados que no pagaron sus aportes a la ONU pueden utilizar para liquidar sus deudas.
El embajador estadounidense Bill Richardson arguyó que dichas propuestas no tienen sentido en un momento en que el foro mundial debe intentar hacer más con menos en lugar de crear nuevas funciones.
Sin embargo, es probable que Washington olvide los problemas que tiene con el paquete, para aprovechar lo que podría ser la mejor oportunidad de impulsar las reformas de la ONU desde la fundación de la organización.
Cuando el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, inauguró la Asamblea General hace dos semanas, subrayó que Washington no pretende "hacer más pequeña a la ONU como un fin en sí mismo sino para hacerla mejor".
Clinton elogió a Annan por presentar "la reforma de mayor alcance de las Naciones Unidas en su historia", y añadió que los estados miembros deberían "autorizar el programa de reformas del secretario general en esta sesión" de la Asamblea General.
Otros países también están dispuestos a aceptar el paquete, sin importar los problemas que tengan con elementos específicos del mismo, sostienen funcionarios de la ONU. Pero la verdadera prueba comenzará cuando los 185 estados miembros reciban más detalles de los planes de Annan esta semana.
El cargo del subsecretario parece ser uno de los asuntos más conflictivos y algunas naciones del Sur en desarrollo no estarían dispuestas a otorgar demasiada autoridad a un funcionario designado por el secretario general.
Representantes de la ONU imaginan el puesto como uno similar a la vicepresidencia y diplomáticos del foro mundial indican que una fuerte candidata podría ser la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados, Sadako Ogata. (FIN/IPS/tra- en/fah/mk/mj-aq/ip/97