MEDIO ORIENTE: Rusia cosecha los fracasos de Estados Unidos

La gira que emprendió esta semana por Medio Oriente el canciller de Rusia, Yevgeni Primakov, tiene la finalidad de mejorar la imagen de su país en una región de interés geoestratégico y económico vital para Moscú.

Primakov manejó bien los tiempos. Mientras se desarrolla su viaje de seis días, las gestiones de Estados Unidos para revivir el proceso de paz entre Israel y Palestina resultan poco o nada exitosas.

"Apelo al presidente de Rusia, Boris Yeltsin, y a usted para salvar el proceso de paz, como sus copatrocinadores junto con Estados Unidos", dijo el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, a Primakov en una conferencia de prensa conjunta en Ramallah, Cisjordania.

Este viaje tiene la finalidad de revertir la pérdida de protagonismo de Moscú en Medio Oriente tras la disolución de la Unión Soviética hace seis años, con la única excepción de Irán, con la que mantiene una activa cooperación.

Primakov es un viejo conocedor de Medio Oriente, donde pasó muchos años como corresponsal de la agencia de noticias soviética Tass. En su carácter de periodista llegó a conocer en persona a los presidentes de Siria, Hafez Assad, e Iraq, Saddam Hussein.

Hoy, el funcionario podría ganar para su país protagonismo regional a costas del que pierde Estados Unidos.

Las declaraciones públicas del ministro ruso durante su gira se han concentrado en sacar del atolladero las negociaciones de paz entre Israel y Palestina, en el marco de un proceso inaugurado en en Madrid en octubre de 1991 bajo el patrocinio de Estados Unidos y la Unión Soviética.

Pero Primakov aprovechó su viaje para discutir otros problemas con los gobernantes anfitriones, entre ellos la reconciliación de Siria, Irán e Irak.

"Rusia insiste en que el proceso de paz en la región se restaure sobre la base de la conferencia de Madrid y el principio de tierras a cambio de paz. No habrá paz si no se alcanzan avances en los frentes de Siria y Líbano", dijo Primakov en Damasco.

"El nuevo gobierno israelí deberá comprometerse a cumplir las obligaciones asumidas por sus predecesores. Israel debe comprometerse a cumplir los acuerdos de Oslo firmados por el anterior gobierno", dijo en Ramallah.

Pero Primakov se vio presionado en Jerusalén por el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quien reclamó a Moscú que interrumpa la asistencia técnica que presta a Teherán para el desarrollo del misil de largo alcance Shihab-3, que podría alcanzar Tel Aviv desde territorio iraní.

Los diplomáticos en Medio Oriente coinciden en que, en manos del ejército iraní, esa arma de 1.400 kilómetros de alcance hará mella en la superioridad militar de Israel en la región.

Con la complicidad del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, Israel presiona a congresistas en Washington para recortar la asistencia financiera a Rusia si Yeltsin se rehúsa a interrumpir la cooperación con Irán.

Pero a Clinton no le satisface que las relaciones con Rusia, la segunda potencia nuclear mundial, sean rehenes de los intereses israelíes.

Desde el colapso de la Unión Soviética, Rusia intentó forjar una política exterior acorde con la de Occidente en general y la de Washington en particular, pero poco a poco ganó confianza en sí misma y cada vez juega una partida más independiente.

Durante la guerra fría, la Unión Soviética estableció vínculos estrechos con Iraq, Siria, Yemen del Sur y Libia. Por esas razones, Medio Oriente parece la región apropiada para que Moscú comience a implementar una política exterior propia.

Además, Medio Oriente está cerca de la frontera meridional rusa e Irán comparte con el país las costas del mar Caspio.

El aliento dado por Washington a Israel y Turquía para fortalecer su seguridad y sus vínculos económicos es lo que motiva a Moscú a procurar la reconciliación entre Siria, Iraq e Irán.

Los tres están distanciados desde la guerra entre Iraq e Irán (1980-1988) y más aun tras la invasión iraquí a Kuwait (1990) que derivó en la guerra del Golfo (1991) en la que Siria combatió del lado de Estados Unidos.

Bagdad debe a Moscú 7.000 millones de dólares, por lo que Rusia tiene gran interés en que acabe el aislamiento iraquí dispuesto por la Organización de las Naciones Unidas tras la invasión a Kuwait.

La cordialidad de las relaciones entre Rusia y Siria quedaron en evidencia con la segunda e imprevista visita de Primakov a Damasco, luego de su paso por Jerusalén. El ministro ruso intentó así reanimar las moribundas negociaciones de paz entre Israel y Siria.

"Rusia, como patrocinante del proceso de paz, trabaja para acercar las posiciones de las dos partes, mostrar la posición de una ante la otra y viceversa y encontrar fórmulas que acorten las distancias", dijo Primakov en su segunda estancia en Damasco.

"El presidente Assad quiere la paz con Israel, pero insiste en que las negociaciones se cimenten sobre las conversaciones con el anterior gobierno de Israel", que encabezó Shimon Peres, agregó el canciller ruso.

Netanyahu, por el contrario, pretende que Israel y Siria comiencen a negociar sin ninguna condición previa.

En juego está la posesión de los altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel desde la guerra de 1967. Netanyahu ha descartado de plano una evacuación total.

La intransigencia de Netanyahu y la cada vez más consolidada alianza entre Israel y Turquía llevaron a Assad y a sus generales a planear el reaprovisionamiento y modernización de sus arsenales, para lo cual ha incrementado los gastos de defensa.

Esta intención coincide con los intereses de Moscú, que no se opone a vender armas para fortalecer los lazos diplomáticos.

Si las negociaciones de paz entre Israel y Palestina fracasan de forma definitiva, lo que no es improbable, las mejoras militares sirias ganarán impulso. (FIN/IPS/tra-en/dh/rj/mj/ip/97

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