El tráfico de heroína desde el "Triángulo de Oro" costó al estado de Manipur en India, en la frontera con Birmania, unos 40.000 adictos a la heroína y 12 por ciento de infectados con el virus causante del sida.
Los dos millones de habitantes de Manipur forman sólo 0,2 por ciento de la población de India, pero representan 10 por ciento de los casos registrados de virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, en un país que según expertos está sentado sobre la bomba de tiempo de la enfermedad.
"El hecho de que la seropositividad entre consumidores de droga inyectable saltó de cero en 1990 a 80,7 por ciento este año es una señal de la magnitud del problema y su progreso", dijo Khomdon Singh Lisam, autoridad pública sobre sida en India.
Pero tan directas estadísticas cayeron en oídos aparentemente ensordecidos por la corrida por las ganancias generadas por un narcotráfico de mil millones de dólares en el la triconjunción de Laos, Tailandia y Birmania, el llamado "Triángulo de Oro".
El respaldo al narcotráfico de políticos y personal de seguridad en Manipur fue destacado por primera vez en un informe del Programa de Fiscalización de Estupefacientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cual advirtió la posible cartelización del comercio ilegal.
Manipur, afectado también por un movimiento insurgente, se convirtió primero en un pasaje alternativo para 90 por ciento de la heroína pura inyectable del Triángulo de Oro afines de los años 70, pero a fines de los 80 se había convertido en consumidor.
Mientras, el hábito de compartir jeringas y agujas asegura la rápida expansión del sida entre los consumidores, en general grupos de jóvenes con acceso a la droga.
De los estimados 25 kilogramos de heroína pura, o "Número cuatro", como se la llama localmente, introducidos anualmente en Manipur, 5 kilogramos se consumen en el estado, mientras el resto se destina a capitales occidentales, según informes oficiales.
"Con un hombre uniformado cada 32 civiles en Manipur no es posible ninguna actividad ilegal sin respaldo oficial y de la policía", sostiene Laba Yembem, periodista y líder juvenil.
"Todos culpan a los demás por la amenaza, los consumidores, la policía, las tropas paramilitares, el ejército, los agentes antinarcóticos, insurgentes y políticos. Pero el negocio sigue como antes", denunció Yembem.
El doctor Gyaneshwar Sharma, psiquiatra del Instituto Regional de Ciencia Médica (RIMS), que debe hacer frente a los tratamientos de la adicción a las drogas y el sida, no duda en acusar a la policía y el personal de seguridad de estar involucrados en el tráfico ilegal.
La participación de personal de seguridad y sus recursos en el narcotráfico resulta clara a partir de varias detenciones y confiscaciones de contrabando en ruta hacia Calcuta y Nueva Delhi.
Hace menos de dos años, autoridades en Bihar detuvieron un cargamento de la paramilitar Fuerza de Policía de Reserva Central, y arrestaron a 12 efectivos que escoltaban dos camiones cargados de marihuana de Manipur.
Los interrogatorios llevaron a la detención del inspector general de la fuerza en Manipur, N.K. Tiwari, y una citación de la corte al parlamentario Binoy K. Singh, pero el caso quedó estancado.
Autoridades de la estatal Oficina de Contral de Narcóticos (OCN) sostienen que, a diferencia de la marihuana, los paquetes de heroína son mucho más pequeños debido a su más alto valor, y por lo tanto son difíciles de detectar.
Según el superintendente de la OCN, H.R. Saham, paquetes compactos fácilmente ocultables de heroína que pesan entre 20 y 200 gramos son trasladados por miembros de grupos étnicos que tienen familiares a ambos lados de la porosa y selvática frontera con Birmania.
"Hay demasiados puntos en la frontera que a los que llegan camiones y nosotros (OCN) tenemos muy poco personal en Manipur", se quejó Saha.
Además de Manipur, otros cuatro estados del noreste (Arunachal Pradesh, Nagaland, Mizoram y Tripura) limitan con Birmania. Con excepción del primero, todos ellos tienen problemas de narcotráfico, drogadicción y VIH.
Un reciente informe del gobierno estadual de Mizoram sostiene que unas seis organizaciones criminales respaldadas por grupos insurgentes birmanos son responsables del tráfico de heroína que pasa a través del estado.
El informe también reconoce oficialmente que el principal compuesto químico utilizado para la fabricación de heroína a partir de la adormidera, el anhídrido acético, tiene origen en India y se trafica hacia Birmania.
Según la OCN, los puntos más utilizados para el tráfico son Hpungan, en Arunachal Pradesh, Noklak en Nagaland y Champhal en Mizoram, aunque la ciudad fronteriza de Moreh, en Manipur, continúa siendo la principal puerta hacia el Triángulo de Oro.
Situada 109 kilómetros al sureste de Imphal, Moreh tiene todas las características de los típicos cruces de frontera en Asia: contrabando, comercio sexual barato, lúgubres tabernas y una población móvil con comportamiento de alto riesgo.
En 1995, Moreh fue abierta al comercio bilateral formal, regulada por una unidad de aduana además de los puestos fronterizos de control a cargo de la paramilitar Fuerza de Seguridad de la Frontera.
Aunque la apertura tuvo por finalidad formalizar el floreciente comercio fronterizo, ahora el contrabando es más fácil, principalmente el procedente de la ciudad birmana de Tamu, que desde entonces se incrementó significativamente.
El comercio sexual de Moreh contribuye tanto a la diseminación del virus del sida como al tráfico de drogas, de acuerdo con organizaciones no gubernamentales (ONG) que establecieron unidades de observación en la ciudad.
"Los trabajadores sexuales son a menudo reclutados por organizaciones de narcotraficantes para que actúen como vendedores y correos de droga en ciudades ubicadas junto a la Carretera Nacional 39, que une a Moreh con Imphal", señaló Sadhana Ningthoujam, médica de Salud Pública.
Ningthoujan, quien también trabaja voluntariamente para Sneh Bhavan, un centro de rehabilitación de drogadictos y prostitutas apoyado por las hermanas silesianas de Turín, afirmó que la mayoría de sus pacientes son adolescentes.
Entre los pacientes de Ningthoujam hay víctimas de grupos insurgentes armados como el Frente Unido de Liberación Nacional y el Ejército de Liberación Popular, cuya popularidad en Manipur se basa en su moralismo.
Ambos grupos advierten primero a los adictos, vendedores de drogas y "elementos indeseables" como infectados con VIH y luego les disparan en el muslo, a menudo con consecuencias fatales.
Los nombres de cientos de personas "castigadas" de esta manera aparecen en listas publicadas por los insurgentes.
Los ataques a los portadores del virus del sida, aunque no a los vendedores de droga ni a los adictos, se detuvieron a causa de la resistencia comunitaria y de la campaña de ONG como la Organización para la Conciencia y el Servicio Social, financiada por Oxfam.
"La campaña incluyó espectáculos musicales titulados 'Combatamos al sida, no a los enfermos de sida', y tras ella los grupos insurgentes terminaron por llevar drogadictos a centros de desintoxicación de la Organización", explicó Umesh Sharma, secretaria de la ONG.
Espeluznantes como son, las acciones de los "vigilantes" constituyen la única medida adoptada en Manipur contra la diseminación del VIH y la drogadicción, aunque no afectaron a las organizaciones de narcotraficantes.
Líderes insurgentes admitieron en privado que la acción vigilante tiene por finalidad disminuir el consumo local y sus desastrosos efectos sobre la sociedad de Manipur, y no detener del todo el lucrativo tráfico internacional.
El Ministerio del Interior informó que algunos de los grupos insurgentes de Manipur financian sus actividades a través del narcotráfico siguiendo el ejemplo de rebeldes Shan, Kachin y comunistas, del otro lado de la frontera con Birmania.
La única forma de detener al narcotráfico consiste en lograr la presión internacional sobre los gobiernos de Nueva Delhi e Imphal.
"Pero esta medida inevitablemente llamaría la atención hacia la insurgencia y cuestiones de derechos humanos que fueron ignoradas durante décadas", señaló.
La visita del cónsul general de Estados Unidos es vista como un ejemplo del creciente interés de Washington en el problema, aunque en el pasado se negó a la agencia antidrogas de ese país libre acceso a Manipur, de acuerdo con la Ley de Areas Restringidas aplicable a extranjeros.
Finalmente, el gobierno central y el estadual están siendo presionados para que tomen medidas en vista de la cantidad de jóvenes que mueren de sida anualmente y de las proyecciones, según las cuales 22.000 personas padecerán la enfermedad en Manipur para el año 2000.
El líder de la oposición nacional, George Fernandes, anunció planes para organizar una barrera humana en Moreh el 2 de octubre, aniversario del nacimiento de Mahatma Gandhi, como símbolo de la oposición al narcotráfico. (FIN/IPS/tra-en/rdr/an/lp-ml/ip/97