Las Fuerzas Armadas de Honduras lanzaron una campaña pública para limpiar su imagen, deteriorada por la denuncia de participación de militares en dos atentados contra el presidente Carlos Reina y por acusaciones de corrupción.
El ejército, la marina y la fuerza aérea exhibirán este viernes tanquetas, ametralladoras y aviones, en el desfile del Día del Soldado, que recuerda el nacimiento del general hondureño Francisco Morazán, prócer de la independencia de América Central.
Los militares comenzaron su campaña de imagen con espacios de televisión en que instan a la población a la solidaridad y el patriotismo.
Su prestigio sufrió un duro golpe al conocerse un informe del diario The Miami Herald, de Estados Unidos, que denunció la vinculación de militares hondureños con cubanos anticastristas en los atentados de 1994 y 1995 contra Reina y en la explosión de 25 bombas en los últimos dos años.
Según Juan Tamayo, de Miami Herald, que citó como fuentes a militares, empresarios y asesores del gobierno hondureño, la complicidad de oficiales de las Fuerzas Armadas con cubanos exiliados obedece a la intención de los primeros de frenar el proceso de desmilitarización iniciado por Reina.
Mientras, los activistas cubanos intentarían combatir el acercamiento diplomático de Honduras a Cuba.
El enlace entre los dos grupos habría sido realizado por el coronel Guillermo Pinel Cálix, entonces jefe de las Fuerzas Armadas y ahora inspector general del ejército, y por el cubano exiliado Mario Delamico.
Delamico, un traficante de armas, reclutó para realizar los atentados al también cubano Luis Posadas, un ex colaborador de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, de acuerdo con la versión de Tamayo.
Posadas es un personaje buscado por los servicios de inteligencia de Cuba que le atribuyen la explosión de un avión a fines de los '70 en Venezuela, donde murieron muchos cubanos, que se supone vive entre Tegucigalpa y San Salavador.
The Miami Herlad afirma, incluso, que los miembros de esta alianza pidieron cooperación para sus actos a un grupo de empresarios conservadores, en aras de desestabilizar el régimen de Reina y asegurar un mayor control del poder a los uniformados.
En el caso del coronel Guillermo Pinel Cálix, informes de documentación fragmentada desclasificada por la DEA de Estados Unidos, y a la que IPS tuvo acceso, revelan que el militar es un oficial entrenado en acciones de inteligencia y "brutalidad policial".
Asimismo, se le identifica como alguien "sospechoso" de usar drogas y haber amenazado con asesinar en marzo de 1987 al entonces embajador de España en Honduras, Manuel Medrano, luego de ir a su casa y apuntarle, junto a otros seis agentes, con una ametralladora a su espalda y barbilla.
El coronel Pinel Cálix negó este jueves, en un comunicado, las acusaciones del Miami Herald y atribuyó el hecho a una campaña de desprestigio contra las Fuerzas Armadas, donde resulta "aberrante" que se lo vincule en una alianza con cubanos anticastristas.
Las Fuerzas Armadas negaron también las acusaciones del diario estadounidense atribuyendo el hecho a una "novela de película", pero la Fiscalía del Estado informó que investigará las "interesantes« revelaciones hechas por el diario.
Este jueves, el mandatario hondureño, Carlos Reina, dijo que la cuestión de los atentados fue un hecho real y "prefiero creer que esos ataques con explosivos hechos en mi contra, no responden al espíritu de las Fuerzas Armadas, sino a alguien dentro de la institución".
Contrario a la posición castrense que ha intentado desacreditar el artículo del Miami Herlad, Reina manifestó que esa denuncia debe investigarse porque "ese periodista es un conocido investigador, que vive en Miami y sabe el delito que cometería si no sustenta las declaraciones".
"En todo caso, los hechos cometidos en mi contra son cosas muy condenables y la denuncia debe investigarse porque se han dado nombres concretos", apuntó el presidente.
A este capítulo de descrédito militar, se suma el anuncio hecho este miércoles por la Contraloría del Estado, de iniciar varias audiencias a las Fuerzas Armadas, especialmente a las gestiones del ex jefe militar, Luis Alonso Discua, y del actual comandante en jefe, general Mario Hung Pacheco.
Las auditorías estarían orientadas a auscultar cómo gastan los recursos presupuestales los uniformados, así como a investigar las denuncias de supuesto enriquecimiento ilícito de varios oficiales, dijo la contralora, Vera Rubi.
A criterio de Rubí, muchos oficiales llevan una vida que no se ajusta con el salario que reciben y pesan sobre ellos muchas acusaciones de "actos oscuros que deseamos investigar".
El portavoz de las Fuerzas Armadas, el coronel Mario David Villegas, sostuvo que, tanto las acusaciones del Miami Herald como la acción de la Contraloría, "parecen obedecer a una campaña orquestada para desprestigiar a la institución y a sus miembros".
"Si hay enriquecimiento ilícito debe probarse en los tribunales y no partir de especulaciones, porque si bien los militares no somos químicamente puros, tampoco es cierto que todo el cuerpo esté embarrado en cosas oscuras. Lo rechazamos; hay que presentar pruebas", dijo el militar. (FIN/IPS/tm/ff-dam/ip/97