Un juzgado de Tegucigalpa inició hoy las gestiones para enjuiciar a un grupo de dirigentes indígenas que este domingo derribaron la estatua de Cristóbal Colón, en protesta por la celebración del Día de la Raza.
Eduardo Villanueva, fiscal de las Etnias y el Patriomnio Cultural de Honduras, dijo que el acto protagonizado por los indígenas lencas es un delito contra el patrimonio nacional y, por ello, el juzgado inició los trámites para enjuiciar a los responsables.
"Si bien es cierto que las etnias han estado postergadas por muchos años sin que se les escuchen sus demandas y derechos", no se justifica en modo alguno su comportamiento", afirmó el fiscal.
Los indígenas, aglutinados en el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas (Copin), liderados por Salvador Zúñiga, destruyeron la estatua aduciendo que con ello reivindicaban el derecho de los pueblos autóctonos a ser escuchados.
También consideran la celebración del Día de la Raza o el Descubrimiento de América, como "un genocidio" que recuerda la esclavitud a que fueron sometidos los pueblos indígenas tras la llegada de los españoles.
Zúñiga manifestó que "con gusto iremos a la cárcel si nos juzgan por este hecho. A 505 años de la invasión no podemos hacer otra cosa porque fueron 70 millones de indígenas los que asesinaron los españoles".
Según este dirigente lenco, si procede la acción judicial, se demostrará que "tipo de justicia existe en Honduras, pues nos llevarán presos por algo digno, mientras permanece en el silencio el esclarecimiento de los crímenes cometidos hace seis meses contra dos de nuestros compañeros indígenas".
"Que nos lleven presos, no hay problema, pero quiero dejar claro que no nos arrepentiremos del acto cometido ya que fue una demostración cívica de educación informal", recalcó Zúñiga.
No obstante, el hecho progonizado por los grupos lencas, una de las seis etnias que existen en el país, fue condenado por los miembros del cuerpo diplomático acreditado en Tegucigalpa, al señalar que esas acciones en ningún momento jsutifican "cuentas del pasado".
El embajador español, Carlos Cómez Mujica, sostuvo que con ese tipo de violencia sólo se pone en entredicho la imagen de Honduras y "no es justo, porque este país es muy solidario y no merece desprestigio por actos como éstos".
La destrucción de la estatua de Colón, traída hace 81 años, se produjo dos meses después que el gobierno italiano restaurara uno de los dedos del almirante, y cuando se instala, este lunes en Tegucigalpa, una reunión indígena centroamericana que busca definir el rol de las etnias en un estado de derecho.
Los integrantes de Copin manifesataron en un comunicado que su acto obedece también a una forma de reclamo por la indiferencia estatal en aclarar la muerte de dos de sus compañeros hace seis meses, así como la entrega de títulos de tierra prometidos hace más de ocho meses.
Es la segunda vez en este año que los lencas efectúan un acto de protesta violento, luego de que hace tres meses tomaran la embajada de Costa Rica y aduciendo persecución política pidieron asilo, el cual les fue negado.
En algunos sectores de las etnias hondureñas prevalece la preocupación de que las acciones encabezadas por los lencas hagan perder fuerza al movimiento indígena del país.
Lo ocurrido en la embajada de Costa Rica, así como el derribo de la estatua de Colón, ha generado la repulsa unánime de la sociedad hondureña que comenzó a llamar a las radios y televisoras condenando los hechos.
La ministra de Educación, Xenobia Rodas, fue muy dura al criticar a los indígenas, a quienes calificó de seudodirigentes y "delincuentes que no son dignos de llamarse representantes de las etnias del país".
El alcale de Tegucigalpa, Fernando Calderón, sostuvo que la acción judicial se hará en base a una solicitud de la municipalidad, porque "no permitiremos que ningún vándalo venga a destruir o saquear los patrimonios de la capital". (FIN/IPS/tm/dam/pr/97