La eventual fusión de dos partidos antes adversarios, el Grupo Parlamentario Independiente (GPI) y la Organización Política Lavalas (OPL), podría provocar un duro enfrentamiento mientras se cumple el quinto mes de negociaciones para designar un nuevo primer ministro en Haití.
Esta última maniobra fue el siguiente capítulo luego de que el presidente René Préval se negó a ceder a las demandas de la OPL, en especial la disolución del Consejo Electoral Provisional y el establecimiento de una investigación sobre las controvertidas elecciones legislativas del 6 de abril.
Otro factor que influye fue el acuerdo político alcanzado por el partido Lafanmi Lavalas, que lidera el ex presidente Jean Bertrand Aristide, el movimiento Louvri Barye y un grupo de parlamentarios opositores a las reformas económicas emprendidas por el gobierno.
"El GPI y la OPL tienen intereses y posiciones comunes sobre los asuntos políticos actuales", declaró el portavoz del GPI, Axmene Antoine, quien había criticado en ocasiones anteriores el cortejo de Préval hacia Aristide con la intención de resolver la crisis.
Esto explicaría la automarginación temporaria del GPI de las negociaciones en curso en el Palacio Nacional entre el presidente y los partidos que integran la coalición Lavalas, según observadores políticos.
Varios integrantes del parlamento, en particular de la OPL, eran críticos respecto de esas tratativas.
"Las negociaciones, que son solo un espectáculo, han estado dominadas por las rivalidades dentro del movimiento. Todos tratan de demostrar que son más 'lavalassien' que el resto. Las cuestiones más importantes se postergaron para otra ocasión", dijo el diputado Guy Metayer.
El diputado Litz Felix, de la OPL, ha criticado la actitud de los representantes de Lafanmi Lavalas en las reuniones. "El debate real no es sobre la resolución de la crisis y la designación del primer ministro sino sobre intereses privados", sostuvo.
Con 53 de los 83 diputados, la alianza OPL-GPI está en condiciones de bloquear la aprobación de cualquier nombre que el presidente designe para ocupar el cargo de primer ministro.
Las protestas que despertó en la OPL el paquete de reformas económicas y las supuestas irregularidades en las elecciones de abril no permiten la consolidación de una mínima unidad necesaria para formar un gobierno.
Fuentes políticas cercanas a los principales negociadores afirmaron que todo derivará en la constitución de un "gobierno popular" que deje de lado la aplicación de las reformas económicas.
Un consorcio haitiano-estadounidense conformado por las firmas Seabord Continental y Unifinance fue elegida la semana pasada por las autoridades para la recapitalización y modernización de siete industrias estatales a privatizar.
Se requieren nueve millones de dólares para refinanciar la industria de harina. Setenta por ciento del capital invertido será manejado por el consorcio privado, pero el gobierno continuará en poder del resto.
La crisis política que sucedió a la renuncia del primer ministro Rosny Smarth, de la OPL, en mayo tuvo efecto sobre la situación económica, como una fuerte devaluación del gourde haitiano frente al dólar estadounidense. (FIN/IPS/tra- en/imc/cj/sz/mk/mj/ip/97