FINANZAS: FMI y OMC debaten normas sobre especulación de divisas

La campaña para regular la especulación de divisas lanzada por el primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, es debatida con seriedad en Asia y en foros económicos mundiales, mientras se aplaca la ola de críticas inicial.

El ministro de Finanzas y viceprimer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, informó la semana pasada que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial se mostraron dispuestos a considerar las medidas contra el tráfico inescrupuloso de divisas propuestas por su país.

El FMI pidió a Malasia que siguiera adelante con su propuesta. El secretario general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Renato Ruggiero, también solicitó más información.

Esto provocó una reacción en cadena de la región. Incluso algunos de los conservadores analistas financieros de Singapur recibieron con beneplácito la campaña del gobierno malayo.

Mahathir adelantó que su propuesta podría concretarse mediante el establecimiento de un mercado de divisas similar a las bolsas de valores y materias primas, donde los participantes deben registrarse ante un cuerpo regulador.

Hasta que se produjo la revelación de Anwar, confirmada luego por el FMI, los embates del gobierno malayo contra la especulación monetaria eran considerados una mala señal tanto en el sudeste asiático como fuera de la región.

Muchos acusaron a Mahathir de irresponsable y a su propuesta de poco realista en un mundo de libres mercados y flujo irrestricto de capitales. Otros le desacreditaron por entender que el gobernante se dirigía solo a la ciudadanía de su país.

Así, se pensaba que el primer ministro malayo se esforzaba por trazar una inexistente teoría de conspiración contra Asia.

Al margen de estos factores, los analistas consideran que la iniciativa de Mahathir no supondría, de concretarse, un freno al flujo de divisas sino la instalación de controles a la excesiva especulación que puede perjudicar a las economías en desarrollo.

Mahathir reclamó el mes pasado en la reunión anual del FMI y el Banco Mundial en Hong Kong un abatimiento de la especulación financiera.

Sus declaraciones provocaron la caída de la moneda malaya, el ringgit, que arrastró consigo a otras ya vapuleadas divisas de la región, como la rupia de Indonesia y el baht de Tailandia.

Pocos días después, Mahathir reiteró su propuesta ante la conferencia del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC) en Santiago de Chile, y despertó las mismas críticas.

El ringgit cayó entonces cuatro por ciento en dos horas, con lo que alcanzó una baja sin precedentes frente a la divisa de Estados Unidos. La rupia también sufrió una caída histórica, e incluso se precipitó el sólido dólar de Singapur.

Los traficantes de divisas se exasperaron. "No sé por qué hace este tipo de cosas una y otra vez. El sabe que el ringgit cae cada vez que abre la boca", dijo un importante operador de bancos malayos al periódico Strait Times, de Singapur.

Los especuladores de divisas son "personas ricas de países ricos" que "no tienen problemas para empobrecer a los pobres para enriquecerse a sí mismos", dijo Mahathir.

Mientras hacen dinero comprando y vendiendo monedas asiáticas según fluctuaciones que ellos mismos provocan, los ciudadanos de estos países sufren los efectos de una especulación que en los últimos meses socavó el valor de sus divisas, argumentó el primer ministro malayo.

"Este tráfico solo beneficia a unos pocos especuladores y a quienes invierten en sus fondos. Son personajes sombríos cuyas operaciones están lejos de ocurrir a plena luz. No hay registros de sus transacciones, de su volumen, de sus fondos ni de los individuos involucrados", agregó.

Mahathir reiteró que el libre comercio no es una religión. "Quiero que las monedas se vinculen con los índices económicos de sus países. Propongo un regreso a la racionalidad", dijo.

El propio gobernante había pronosticado que el ringgit caería después de su discurso en Santiago.

Al continuar sus ataques contra los especuladores a pesar de que se le acusaba de perjudicar así a las economías del sudeste de Asia, Mahathir intentó demostrar que las fluctuaciones de la moneda responden más a factores políticos que a la solidez de las economías.

Los movimientos de divisas del sudeste asiático no reflejaron ningún cambio dramático en los restantes indicadores económicos, dijo a IPS un experto de Singapur que reclamó reserva sobre su identidad.

"Esto no es economía sino pura política. La intención clara es frenar a los líderes asiáticos que manifiesten sus ideas sobre los asuntos mundiales", agregó, mientras medios de comunicación de Occidente llegaron a pedir la renuncia de Mahathir.

Las voces que se alzaron en la región para respaldar las ideas de Mahathir fueron muy discretas, a pesar del prestigio de que goza, observó el analista económico Tan Sai Siong en un artículo para Strait Times.

"Cualquier país que diga sin equívocos que sus declaraciones son atendibles podrían encontrarse en problemas", explicó Tan.

Al calificar a Mahathir de "bala perdida" y "amenaza a su propio país", el financista estadounidense George Soros, blanco principal de los ataques del gobernante malayo, confirmó las quejas, según el experto.

"Si el mercado no puede correguir sus propios errores y abrir el sector financiero nacional no es el mejor remedio, ¿no deberíamos, al menos, prestar atención a lo que dice Mahathir?", se preguntó Tan.

El viceprimer ministro Anwar dijo que el estilo extravertido de Mahathir conmocionó los foros económicos mundiales, de modo que el FMI tomó en serio su propuesta de reglamentar la especulación de divisas.

Malasia pidió al Banco Mundial apoyo para sus estudios sobre regulación del tráfico de monedas, al tiempo que Mahathir agradeció el gesto del FMI.

La OMC está preocupada de que un embate asiático contra la liberación de los mercados financieros mundiales ponga en peligro las negociaciones para un acuerdo internacional al respecto, cuyo plazo de aprobación es el 12 de diciembre.

Tailandia ya adelantó en la OMC que es incapaz de abrir aun más sus abatidos mercados financieros a la competencia exterior. Ruggiero visitará Kuala Lumpur a finales de octubre.

Mientras tanto, Malasia continuará impulsando su campaña contra la especulación excesiva las próximas reuniones de ministros de Economía de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y de jefes de estado y de gobierno del Grupo de los 15 (G-15) países en desarrollo.

Malasia y la región debe aprender la lección y "fortalecer con urgencia sus defensas", dijo el ex banquero malayo Ramón Navaratnam.

"Occidente podría alentarnos y amenazarnos para liberalizar porque tienen mucho que ganar de la competición abierta, pues son más fuertes", explicó Navaratnam.

Malasia debería dejar de lado las normas de la OMC, entre otras que impulsan una mayor liberación, hasta que la balanza de pagos del país mejore, sostuvo. (FIN/IPS/tra-en/ks/js/mj/if dv/97

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