La Organización de Naciones Unidas (ONU) intenta poner fin al reclutamiento de niños para el combate, una situación que se ha denunciado en Africa, América Latina, Asia y Europa.
"Somos testigos de un crimen abominable, en vísperas del nuevo mileno", advirtió Olara Otunnu, representante especial de la ONU para los niños en conflictos armados.
Otunnu, un ex canciller de Uganda que adquirió la nacionalidad de Costa de Marfil, se propone visitar países en que gobernantes o rebeldes están acusados de utilizar niños como soldados.
"Actuaré lo más rápidamente posible. Disponemos de una lista de países en que los niños están atrapados en situaciones de conflicto", dijo el representante especial.
La lista de Otunnu comprende a Sri Lanka, Liberia, Burundi, República Democrática de Congo y Mozambique. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) también menciona otros tres países: Afganistán, Argelia y Uganda.
Otunnu anunció que actuará como abogado de la infancia, promoviendo medidas para la protección de niños y adolescentes en tiempos de guerra y para su reintegración a la sociedad.
Agregó que, de acuerdo con el mandato recibido este año de los 185 estados miembros de la Asamblea General de la ONU, intentará informar y movilizar a la opinión pública internacional para acabar con el reclutamiento militar de niños.
También propondrá medidas para proteger a niños y niñas afectados por conflictos armados, y actuará como enlace entre agencias de la ONU y organizaciones no gubernamentales humanitarias para atender de modo coordinado las necesidades de los menores de edad en escenarios de guerra.
"Mi papel no es político, sino humanitario, y seré rigurosamente imparcial". También "verificaré meticulosamente los hechos, pues la verdad es la primera baja en toda guerra", aseguró.
Otunnu utilizará como guía para la acción el informe sobre "Niños en conflictos armados", de 1996, realizado por Graça Machel, ex primera dama de Mozambique, de quien también partió la propuesta de designar de un representante especial de la ONU para abordar ese problema.
Machel recomendó establecer en 18 años la edad mínima para el servicio militar. "Ningún niño de menos de 18 años debe ser puesto al servicio de las Fuerzas Armadas", dijo.
Así mismo, exhortó al Consejo de Seguridad de la ONU a asegurar la protección de los niños al organizar misiones de mantenimiento de la paz.
La ex primera dama explicó que, según le comentaron algunos jefes militares, los niños "son buenos soldados, pues obedecen fielmente las órdenes. Así mismo, al perder a sus padres y comunidades se unen al ejército, en busca de alimento y seguridad".
El canciller de Sri Lanka, Lakshman Kadirgamar, adhirió la semana última a las decisiones de la Asamblea General en materia de niños en conflictos armados, un asunto que en su país ha causado "sangre y lágrimas".
Kadirgamar aseguró que los rebeldes Tigres de Liberación de Tamil Eelam han reclutado a miles de adolescentes. "Todos los estados deven condenar sin atenuantes la práctica bárbara de reclutar niños para la guerra", declaró Kadirgamar ante la Asamblea General.
En su "Informe sobre el estado mundial de la infancia", de 1996, UNICEF destacó que dos millones de niños y niñas perdieron la vida en los últimos 10 años y otros cuatro o cinco millones resultaron mutilados en conflictos armados.
Mientras, un millón de menores de edad quedaron huérfanos o separados de sus padres, y 10 millones sufrieron perturbaciones pricológicas a causa de conflictos étnicos o guerra civiles. La cantidad de víctimas creció con el aumento de los civiles muertos.
Entre 1945 y 1992 hubo 149 grandes guerras, con un total de 23 millones de muertos. A fines de 1995, en Angola se cumplieron 30 años de conflictos armados, en Afganistán 17, en Sri Lanka 11 y en Somalia siete años.
UNICEF puntualizó que la mayoría de los niños y niñas víctimas de guerras no fueron alcanzados por bombas ni balas, sino que murieron de inanición o de enfermedades, debido a la destrucción de sistemas de salud y de suministro de agua y de fuentes de alimentos.
La agencia aclaró que su preocupación no se refiere sólo a los niños muertos o heridos en la guerra, sino también a todos los que sirven en los ejércitos. El AK-47, uno de los fusiles de asalto de más venta en el mundo, "puede ser desarmado y vuelto a montar por un niño de 10 años", aseguró UNICEF.
"Es fácil intimidar a un niño para que cumpla órdenes, y los niños son menos propensos que los adultos a desertar y no piden salario", agregó.
UNICEF propuso incorporar un protocolo opcional a la Convención de la ONU de Derechos del Niño para prohibir el reclutamiento militar de menores de 18 años. La Convención fija en 15 años la edad mínima para el servicio de las armas. . (FIN/IPS/tra- en/td/ff/hd/97