DERECHOS HUMANOS: EEUU denuncia proyecto genético indígena

El proyecto para reunir muestras genéticas de comunidades indígenas en peligro de extinción es poco ético, concluyó una agencia del gobierno de Estados Unidos que recibió el aplauso de grupos nativos de América Latina.

El Consejo de Investigación Nacional (NRC) del gobierno estadounidense denunció la semana pasada propuestas para el Proyecto de Diversidad del Genoma Humano, un intento de conseguir muestras de ADN de sangre y cabello de más de 700 comunidades de todo el mundo, en su mayoría indígenas.

Defensores de los indígenas y la ética científica consideran la denuncia como un respaldo a sus cinco años de protestas contra el naciente Proyecto y esfuerzos similares en curso.

"Aprobamos el informe del NRC", señaló Abadio Green, presidente de la Organización Nacional de Pueblos Indígenas de Colombia, quien testificó ante el comité de científicos y abogados del Consejo.

"El Proyecto nunca consultó con seriedad ni trabajó con los sujetos de estudio de la propuesta, y tampoco consideró las inquietudes que expresaron los pueblos indígenas", añadió Green.

"La supervivencia del Proyecto está en duda", afirmó Pat Mooney, director de la Fundación Internacional para el Progreso Rural (RAFI), con sede en Estados Unidos, organización para la conservación y la biodiversidad.

El Proyecto fue desarrollado por un grupo internacional de expertos en genética y biólogos moleculares, y tiene el apoyo del estadounidense Institutos Nacionales de Salud y otras agencias federales.

La iniciativa tiene el objetivo de conseguir muestras genéticas de comunidades humanas que se estima están a punto de extinguirse, para almacenarlas y utilizarlas para la investigación.

Entre los grupos que estudiarán el Proyecto se incluyen los yukaghirs de Siberia, cuya población se estima en unos 100, los akuriyos de la Amazonia, con 50 personas en existencia, somalíes afectados por la hambruna, los delawares y sarcees de América del Norte, con 600 habitantes, y los salsiats de Taiwan.

El costo estimado del Proyecto ronda entre 23 y 35 millones de dólares y es probable que tenga serias consecuencias para los pueblos indígenas, según RAFI. Productos y procesos extraídos del material obtenido podrían tener enorme valor comercial y el propio material genético podría ser patentado.

Un médico de Seattle, Washington, por ejemplo, patentó las células de su paciente, John Moore, sin su consentimiento expreso. Novartis, una compañía suiza, vende productos farmacéuticos derivados de esas células.

"¿Piensan que un sistema que no pudo protegerme protegerá los derechos de pueblos o personas de otros países?" preguntó el estadounidense Moore en testimonio ante el NRC el año pasado.

El caso de Moore deja en claro que "es imposible que el Proyecto ignore el hecho de que se abrieron las puertas al control monopólico privado del material genético humano", advirtió Hope Shand, directora de investigación de RAFI.

"¿Se obtendrán ganancias con los genes de personas pobres cuya supervivencia es dudosa?", preguntó Shand al comité. "¿Quienes tendrán acceso al material genético almacenado y dónde estarán ubicadas las muestras? ¿Qué parte, de existir alguna, le corresponderá a los indígenas, de quienes se obtuvo el ADN?"

Green se refirió en forma detallada a la colección de gran escala de muestras de sangre y tejido de los pueblos indígenas de Colombia. El activista asegura que los investigadores se aprovecharon de la buena fe de los nativos al no informarles sobre el estudio de sus células.

"Nos parece poco ético invertir millones para mantener nuestras células congeladas en bancos genéticos", se quejó Green.

"Se prefiere inmortalizar nuestras células antes de que desaparezcamos, en lugar de invertir dicho dinero para evitar la erosión de la diversidad humana mejorando las condiciones económicas, sociales y culturales de nuestras comunidades", añadió.

El NRC concluyó que "gran parte de la controversia internacional sobre la muestra de genes para estudiar la variación genética humana desaparecería si se prohibe la patente de genes y secuencias genéticas", lo que refleja el sentir de las organizaciónes indígenas y de otros grupos.

No obstante, un estudio mundial de la diversidad genética humana es valioso, agregó el NRC. El problema con el Proyecto es que no "explica con claridad el propósito de la iniciativa ni brinda las garantías debidas para proteger a los participantes", indicó el organismo en su informe.

"La colección de muestras de ADN… podría brindar una nueva perspectiva sobre la evolución humana y su origen, y servir como trampolín para importantes investigaciones médicas", sostuvo William Schull, presidente del comité del NRC y director del Centro de Genética Humana de la Universidad de Texas.

"Pero la investigación no debe utilizarse como medio alguno de discriminación contra individuos o grupos", añadió Schull. "Los científicos deben estar conscientes de los posibles abusos e informar a los participantes de los riesgos que corren antes de tomar las muestras".

Los pueblos indígenas manifiestan que el diseño y la implementación de una investigación de diversidad genética humana debe contar con su plena participación.

"Ello significa el control de los pueblos indígenas sobre las muestras después de su extracción y la protección absoluta de las patentes sobre nuestros tejidos", explicó Leonor Zalabata Torres, indígena arhuaca de Colombia.

El NRC recomienda que un estudio de diversidad, si se lleva a cabo, sea supervisado y que el gobierno de Estados Unidos consulte a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) u otros organismos internacionales que puedan gobernar dicha investigación mundial.

Los Institutos Nacionales de Salud y otros partidarios del Proyecto señalaron que están analizando las consecuencias de las conclusiones del comité. Sin embargo, RAFI advirtió que estos grupos se resisten a la supervisión de la ONU.

El NRC, aunque denunció el Proyecto de Diversidad del Genoma Humano, se arriesga, al respaldar la posibilidad de un estudio alternativo de diversidad genética, a fomentar esfuerzos mínimos en lugar de la investigación coordinada, ética y sensible del sujeto de estudio que propone en su informe, denunció Shand.

"Primero debemos ver si podemos crear un proyecto que cuente con la aprobación de los sujetos de investigación", añadió Alejandro Argumedo, de la Red de Biodiversidad de Pueblos Indígenas, de Perú. "Sólo entonces puede comenzar la discusión sobre el inicio de una colección de muestras".

Las organizaciones indígenas reclaman la prohibición internacional de colección de muestras de ADN humano hasta que se compruebe que un proyecto de ese tipo puede desarrollarse. (FIN/IPS/tra-en/dk/aa/aq-lp/hd-sc/97

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