CUBA: Partido Comunista se erige en garantía de seguridad nacional

El quinto congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) desatenderá cualquier recomendación externa sobre democracia y defenderá la "necesidad" el sistema unipartidista como "garantía" de seguridad nacional.

Documentos y declaraciones públicas de los dirigentes comunistas apuntan hacia la defensa de "la unidad del pueblo" alrededor del PCC como única manera de sobrevivencia tras siete años de intensa crisis económica.

Al mismo tiempo, cualquier intento de apertura política, aunque sea dentro de las fronteras que establece el propio sistema socialista, pasa para las autoridades por el prisma del viejo conflicto con Estados Unidos.

Enrique López Oliva, profesor de historia de la religión, opina que este "mirarlo todo" bajo la sombra del conflicto con Washington "obstaculiza en cierta medida exámenes objetivos, no cargados ideológicamente" y lleva a "condicionamientos tendenciosos".

El diferendo data de la llegada al poder de Fidel Castro, en 1959, pero tiene sus raíces históricas en el siglo pasado, cuando en 1805 el presidente estadounidense Thomas Jefferson intentó comprar la isla de Cuba a los reyes de España.

El fin de la guerra de independencia cubana, en 1898, fue sellada con una ocupación militar de Estados Unidos y la proclamación de una república que, aunque no anexada, era totalmente dependiente de Washington.

Con estos antecedentes, la "permanente amenaza" de Estados Unidos es para las autoridades la condicionante por la que tiene que pasar cualquier opinión divergente o alternativa y, sobre todo, las tendencias declaradamente opositoras.

También es el principal argumento para cerrar cualquier marco legal a los pequeños grupos de oposición interna que, según la versión oficial, existen porque son financiados y estimulados desde Estados Unidos.

"Se trata de un diferendo que no parece tener visos de solución ni en el mediano plazo", comentó este miércoles el periodista Raimundo López. "Gracias a Estados Unidos" es que "las puertas al multipartidismo en Cuba continúan cerradas", señaló.

Para Isabel Jaramillo, investigadora del Centro de Estudios de América de La Habana, la seguridad de Cuba en esta década se relaciona principalmente "con la viabilidad económica y el consenso interno que garanticen la consecución del proyecto de la revolución".

La académica estima que los temas de la agenda de seguridad "están sesgados por el conflicto con Estados Unidos y por el endurecimiento de la política de ese país hacia la isla".

Autoridades y expertos parecen coincidir en que sólo a partir de la viabilidad económica, la unidad y el consenso internos es posible defender los intereses nacionales en cuanto a integridad territorial, soberanía y autodeterminación.

En esa línea se inserta el documento "El Partido de la unidad, la democracia y los derechos humanos que defendemos" que se someterá a la consideración de los 1.500 delegados al congreso comunista que sesionará entre los días 8 y 10.

El Congreso representa a los más de 770.000 miembros de la organización y en tanto máxima autoridad del Partido Comunista deberá decidir la estrategia política y económica del país en los próximos años.

De acuerdo con la versión oficial, 90 por ciento de 6,5 millones de personas que en la isla debatieron el documento central sobre el partido y el sistema político lo aprobaron "sin cambios ni sugerencias".

Pero "La Patria es de Todos", un documento opositor elaborado por el Grupo de Trabajo para la Disidencia Interna, cuestionó la validez del debate popular como un plebiscito de la sociedad cubana.

"Destacados luchadores por la independencia de sus pueblos, una vez conquistada ésta, respetaron el pluripartidismo", afirma el texto opositor.

La "declaración de principios" es de hecho una respuesta a cualquier presión externa para la realización de reformas políticas y antecederá a la celebración en noviembre de la Cumbre Iberoamericana de Isla Margarita, que tratará el tema de los valores éticos de la democracia.

El texto llama a perfeccionar el papel del Partido Comunista como "guía de la sociedad cubana" y decartar cambios en el sistema político porque, asegura, "es genuinamente democrático" y de "amplia participación popular".

Poner en peligro el poder del PCC o renunciar al sistema socialista significaría dejar de lado un proyecto nacional de desarrollo y una vuelta al pasado capitalista y a la dependencia neocolonial respecto a Estados Unidos, según los medios oficiales.

Un documento del PCC publicado en 1996 por el oficialista diario Granma advirtió que, incluso, "un cambio en la política (estadounidense) hacia Cuba no sería para los cubanos de menos riesgos y peligros". (FIN/IPS/da/dg/ip/97

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