El primer movimiento mundial de resistencia a la liberalización y al libre mercado salió a la luz hoy en Ginebra, con el anuncio de acciones directas de protesta contra la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Un grupo de 10 asociaciones obreras, indígenas, campesinas y políticas de todos los continentes anticipó que convocará en 1998 a la desobediencia civil no violenta "en respuesta a las acciones de gobiernos y transnacionales".
El surgimiento de acuerdos comerciales como instrumentos clave de la liberalización económica ha determinado que el capital internacional domine las economías del Norte y del Sur, dijo la proclama de las organizaciones.
"La Globalización de la Miseria derrumba tanto al Norte como al Sur", sostuvo.
Las manifestaciones de "Acción Mundial de los Pueblos contra el libre mercado y la OMC", como se denomina la campaña, coincidirán con la Segunda Conferencia Ministerial de la OMC programada para mayo de 1998 en Ginebra.
La OMC se ha convertido en la institución más importante para la evolución y aplicación de los acuerdos comerciales, estimó el documento de la campaña.
Entre las entidades que convocaron a la movilización mundial figuran la Central Sandinista de Trabajadores de Nicaragua, la Asociación de Campesinos del Estado de Karnataka de India y el Movimiento por la Sobrevivencia del Pueblo Ogoni de Nigeria.
Otros firmantes del llamamiento son el Movimiento de los Sin Tierra de Brasil, el Movimiento de Campesinos de Filipinas, la Organización Indígena Maori Aotearoa de Nueva Zelandia y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional de México.
La lista se completa con ¡Juego Limpio Europa!, el Movimiento de Mujeres Ucranianas Mama 86 y la Red de Mujeres Indígenas de América del Norte y el Pacífico.
Nanjunda Swamy, de la Asociación Campesina Karnataka, insistió en el carácter no violento de las protestas que promueven.
Los primeros objetivos en India serán dos transnacionales de origen estadounidense: Cargill, de los rubros de alimentos y semillas, y Kentucky Fried Chicken, una cadena de cómidas rápidas.
Cargill, afirmó Swamy, monopoliza y controla las semillas en perjuicio de los campesinos indios.
Pero en el plano mundial la campaña tendrá como objetivos la OMC y los "acuerdos de liberalización comercial" como el Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico, la Unión Europea, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el Mercado Común del Sur.
La exclusión de la violencia no impedirá que las manifestaciones constituyan una confrontación abierta.
"No creemos que la presión política tenga gran impacto en organizaciones tan sesgadas y antidemocráticas", dijo el español Sergio Hernández, de ¡Juego Limpio Europa!
Hernández desechó la posibilidad de emplear la gestión política ante la OMC porque la institución no concede el acceso a las organizaciones no gubernamentales.
"Ni siquiera el ingreso al edificio" de su sede en Ginebra, precisó Hernández, militante del Sindicato de Estudiantes Universitarios de Aquisgrán, Alemania.
La campaña contra la OMC y el libre mercado será coordinada durante un congreso que se realizará los días 25 y 26 de febrero en Ginebra, con asistencia de unos 600 representantes de organizaciones de todo el mundo.
La movilización se basará en los conceptos de la descentralización y la autonomía, lo que descarta la formación de un órgano de gobierno y la dotación de un presupuesto.
El secretariado de la conferencia funcionará en la sede del Movimiento de Campesinos de Filipinas.
La campaña contra el libre comercio denunció la negociación del Acuerdo Multilateral sobre Inversiones que se realiza en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El convenio que se discute en París, sede de la OCDE, tendrá enorme significado para el destino de las políticas nacionales en las áreas económicas y sociales, aseguró.
La consecuencia de los acuerdos comerciales ha sido la marginalización de los productores tradicionales en todos los países en desarrollo y la creación de mercados para pocos privilegiados.
El fenómeno, indicó el documento, expandió la pobreza, el hambre y el desempleo, difundió el trabajo infantil, la esclavitud laboral, la prostitución y otros males sociales.
La única alternativa que queda a los pueblos, diagnosticó, es la evolución hacia una alianza global de movimientos populares para realizar acciones democráticas directas "contra este emergente monstruo globalizado". (FIN/IPS/pc/dg/if-ip/97