El mercado de acciones de Brasil descubrió la manera de evitar el efecto directo de la crisis de Asia sudoriental: postergar dos horas la apertura de las bolsas, para engancharse con Wall Street.
Ese sistema dio resultado el martes. Puso el mercado brasileño a salvo de las tormentas desatadas en Hong Kong, que hundieron las acciones en el resto de Asia y en Europa, pero cedieron al llegar a Nueva York.
Sao Paulo y Río de Janeiro comenzaron sus operaciones media hora después de Wall Street y tuvieron que suspenderlas una hora, otro mecanismo importado de Estados Unidos.
Asi, la caída inicial de 12,75 por ciento se convirtió en un alza de 6,42 por ciento al cierre en la Bolsa de Valores de Sao Paulo.
Este miércoles, los negocios empezaron con cautela, con el índice Bovespa en cero y subiendo lentamente, con un ojo puesto en Nueva York. Pero tras un alza de 2,98 por ciento, a las 14:30 horas (17:30 gmt), volvió a las oscilaciones y el nerviosismo de los dias anteriores.
El Bovespa llegó a caer 7,29 por ciento, y a las 15.15 se ubicó en menos 4,89 por ciento.
La Comisión de Valores Mobliarios, órgano normativo de las bolsas, decidió adoptar como regla la dilación por dos horas y la suspensión de los negocios por una hora siempre que las oscilaciones alcancen 10 por ciento y por el resto del dia si llegan a 15 por ciento.
La medida no tiene plazo definido, pero posiblemente se mantendrá mientras persista la inestabilidad en Asia. La plaza de Nueva York es utilizada entonces como barrera, o como una suerte de convertibilidad que Brasil rechazó para su moneda pero adopta ahora para sus bolsas.
Mientras, los operadores y los políticos intentan asimilar el susto y hacer un balance para prevenirse ante la eventualidad de una nueva ola de pánico. La bolsa de Sao Paulo fue la más afectada por la virtual masacre de acciones verificada el lunes en todo el mundo: su índice cayó casi 15 por ciento.
Empresarios y sectores conservadores creen que la crisis bursátil debilitará la resistencia en el Congreso a reformas constitucionales que ellos creen necesarias para consolidar la estabilidad económica.
El diputado y ex ministro de Planificacin Roberto Campos, ideólogo del neoliberalismo en Brasil, sostuvo que la salida es continuar el programa de privatizaciones y acelerar las reformas pendientes desde el año pasado: tributaria, de la administración pública y de la seguridad social.
La opinión mayoritaria entiende que el programa de privatizaciones de Brasil fue afectado por el sacudón mundial en las bolsas. El dinero "migrará a títulos de renta fija", reconoció Campos. Habrá así menos recursos del exterior en la competencia por las empresas estatales del país.
Pero las subastas no deben ser postergadas, sino sólo "flexibilizadas", admitiendo las llamadas "monedas podridas", es decir, títulos de la deuda pública de valor efectivo reducido en el mercado. Las privatizaciones brasileñas serán menos exitosas de lo que se preveía, dijo Campos.
El ministro de Hacienda, Pedro Malán, declaró la semana última que esperaba el ingreso de 60.000 millones de dólares en los próximos tres años, por la venta principalmente de los servicios de telecomunicaciones y electricidad.
Pero hay voces optimistas. Algunos analistas niegan a la volatilidad de los mercados efecto negativo en los planes de privatización, argumentando que no son capitales "golondrina" los que compiten por las compañías brasileñas, sino empresas interesadas en inversiones a largo plazo.
El problema es que la tormenta mundial no se limita a las bolsas. El movimiento brusco del dinero amenaza las monedas, obliga a elevar las tasas de interés y eso afecta a toda la población.
El Banco Central de Brasil logró neutralizar un movimiento especulativo vendiendo parte de sus reservas, pero la incertidumbre hizo aumentar los ya altos intereses vigentes en el país.
"Los consumidores salieron perdiendo", reconoció Gil Pace, un conocido consultor económico de Río de Janeiro. El temor mayor es que la inestabilidad prosiga y, al debilitar la confianza en la economía, provoque recesión y el consiguiente incremento del desempleo. (FIN/IPS/mo/ff/if/97