El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, llegará el miércoles a Argentina, un país sudamericano en el que podrá sentirse como en su casa debido a la política de alineamiento externo que practica aquí la administración de su colega Carlos Menem.
Clinton es el segundo presidente estadounidense que visita este país durante el gobierno de Menem. En 1990, cuando el ex mandatario George Bush pisó suelo argentino, Menem iniciaba un giro en la política exteriornacional respecto de Washington: de la confrontación al alineamiento.
Esta visita es el corolario de una gira sudamericana que comenzó en Venezuela y continúa en Brasil. Pero el gobierno de Argentina destacó que aquí Clinton se quedará más tiempo y viajará con su esposa Hillary el fin de semana a San Carlos de Bariloche, al sur del país.
Clinton llegará a Buenos Aires el miércoles cuando falten apenas 10 días para los comicios legislativos del 26 en los que el oficialismo corre riesgos de sufrir su primera derrota nacional en 10 años ante una nueva alianza formada por los dos principales partidos de oposición.
El ex presidente Raúl Alfonsín, integrante de la Alianza, había pedido al gobierno estadounidense que posponga la visita hasta después de las elecciones para evitar su utilización política, pero ante la negativa de Washington los aliancistas decidieron reunirse ellos también con el mandatario y plantear allí sus diferencias con el gobierno.
La oposición sabe que el momento es propicio para que Estados Unidos devuelva los favores al gobierno argentino, su aliado en la región, destacando públicamente los logros económicos y transmitiendo en privado las críticas de empresarios y diplomáticos por las prácticas de corrupción cada vez más frecuentes en este país.
Según el informe preparado por su comitiva, Clinton podría interiorizarse por la libertad de prensa en Argentina, cuestionada en septiembre por el New York Times y el Miami Herald por el crimen de un periodista en enero -que aún se investiga- y la falta de resultados en las pesquisas por atentados antijudíos.
Por este último asunto, recibirá el jueves a una delegación de la colectividad judía y de familiares de los más de 100 muertos en dos ataques, ocurridos en 1992 y 1994, que manifestarán su inquietud por la falta de avances en la investigación de los dos ataques.
Observadores políticos consideran que el gobierno intentará capitalizar la visita amplificando los seguros elogios de Clinton a la reforma económica de Menem, que logró controlar la inflación, abrir mercados y privatizar empresas públicas por más de 20.000 millones de dólares.
Durante su gestión, las inversiones directas de Estados Unidos en Argentina se cuadruplicaron y se duplicó el comercio, y en cambio las empresas estadounidenses no participaron masivamente de la subasta de empresas públicas, un hecho que podría revertirse cuando aún deben privatizarse 38 aeropuertos.
Antes de emprender su gira, Clinton pidió al Congreso la aprobación del convite a Argentina como aliado extra OTAN, un reconocimiento a su apoyo con dos buques en la Guerra del Golfo, en la restitución de la democracia en Haití y en las operaciones de fuerzas de paz de las Naciones Unidas.
El canciller argentino Guido Di Tella sostuvo hace pocos días que "la relación (de Argentina) con Estados Unidos determina la posición del país en el mundo".
El general Wesley Clark, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, respondió que Argentina "es el aliado número uno de Estados Unidos en Latinoamérica".
El alineamiento de Argentina con Estados Unidos tuvo su primer gesto drámatico cuando este país sudamericano se retiró del Movimiento de Países No Alineados.
A partir de allí, las críticas de Menem al régimen de Fidel Castro en Cuba nunca cesaron y para esta visita de Clinton se prevé una nueva gestión en ese sentido.
Menem pedirá a Clinton respaldo para reclamar la libertad religiosa en Cuba, y a cambio, podría manifestar su rechazo a asistir a la Cumbre Iberoamericana de 1998 que debera realizarse en La Habana si Castro no introduce cambios en el sistema político.
El gobierno argentino también anunciará que acepta recibir a un primer contingente de inmigrantes cubanos que viven en la base militar estadounidense de Guantánamo en la isla desde 1994.
El pedido había sido formulado por Clinton pero la mayoría de los pases de la región se negó a aceptar para no intervenir en asuntos de otro Estado.
En cuanto al Mercosur, uno de los temas claves de la visita de Clinton, que promueve la integracin continental en el Area de Libre Comercio de las Américas, Argentina se mantendrá unida a Brasil en la idea de privilegiar la consolidación del bloque subregional.
En cambio, podría aceptar el convite de negociar en solitario su asociación con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte -que integran Estados Unidos, Canadá y México- luego de Chile, si es que Clinton consigue que el Congreso apruebe la vía rápida para contar con poder de negociación.
Para su entrevista con Clitnon, los dirigentes dde la oposición ecidieron expresarle su rechazo a la iniciativa estadounidense de convocar a las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotárfico y plantearle sus temores de que la alianza extra OTAN despierte la inquietud de los socios subregionales.
Pero sobre todo, los opositores -que prefirieron no hablar con Clinton sobre la corrupción para no darle un papel de "inspector" de la gestión oficial-, defenderán su respaldo al Mercosur por encima de las iniciativas de un área de libre comercio continental, una postura más cercana a la de Brasil.
En este contexto, sólo el acto convocado por seis partidos de izquierda para repudiar la visita podría empañar la estada de Clinton.
Las agrupaciones, que en total no llegan a uno por ciento del electorado, convocaron a marchar el jueves frente a la sede en la que Clinton estará reunido con empresarios de Argentina y Estados Unidos. (FIN/IPS/mv/dg/ip-if/97