El Sistema Económico Latinoamericano (SELA) procura diseñar esta semana nuevos modos de fortalecer las relaciones políticas y económicas entre América Latina y el Caribe y de ambas regiones con la comunidad internacional.
Esa fue la principal cuestión abordada por el Consejo del SELA, que comenzó su reunión regular el lunes en Puerto España, capital de Trinidad y Tobago, la primera que se celebra en un país anglófono del Caribe.
Los representantes de los países de América Latina y el Caribe consideran también un programa de reestructura del SELA, que debe coincidir con la tónica que imprima la región a su participación en la economía mundial y el desarrollo interno.
La organización procura, en su 22 aniversario, fortalecer la participación de los países de la región en la economía mundial, el proceso de integración regional y la competitividad mundial de los estados miembros.
El secretario permanente del SELA, Carlos Moneta, manifestó que la reunión en Puerto España impulsará "vínculos más estrechos y cada vez más productivos" entre los países anglófonos del Caribe y América Latina.
El secretariado del SELA abrió en los últimos meses un diálogo con países caribeños que no integran la organización para que consideren su futura integración. "Esperamos que el SELA sea capaz de recibir como miembros al resto de los países de América Latina y el Caribe", sostuvo Moneta.
El canciller de Trinidad y Tobago, Ralph Maraj, fue aun más allá al afirmar que la estabilidad del hemisferio occidental podría reforzarse mediante "vínculos políticos más estrechos y una ampliación de la cooperación económica, comercial y técnica con el resto de América Latina y el Caribe".
"La integración del Caribe angloablante en América Latina y la reintegración de América Latina, con su cultura, religión, lenguaje y sistemas legales homogéneos facilitarían el logro de esa meta", dijo Maraj.
El ministro agregó que el fin de las luchas políticas armadas en América Central y las iniciativas regionales en procura de soluciones a las insurgencias que aún perduran renuevan la esperanza de estabilidad política y relaciones pacíficas.
Pero aún hay grandes asuntos socioeconómicos que generan enfrentamientos en la región, como la extrema pobreza, la creciente disparidad de ingresos, la falta de oportunidades en materia de educación, las inadecuadas estructuras sanitarias, el alto desempleo y el auge de la delincuencia.
Los representantes que asisten a la reunión afirmaron que la región no podrá mantener su democracia, la paz y la prosperidad económica si no ataca las inequidades sociales dentro de los propios países.
"La última de nuestras intenciones es desarrollar dolorosas reformas económicas para ver luego el surgimiento de un elitismo económico y la alienación de la mayoría de la población", dijo Maraj.
Otros desafíos que afronta el SELA son el desempleo, el impacto de la globalización en la región y las próximas instancias de negociación tendientes a la creación del Area de Libre Comercio de América (ALCA).
Este asunto tiene una gran relación con el vínculo entre América Latina y el Caribe y Estados Unidos. Washington impulsa la instauración del ALCA con entusiasmo.
En cuanto a la Unión Europea, la reunión del SELA pondrá el énfasis en la cumbre birregional prevista para 1999, en la que se formularán las relaciones futuras.
Moneta dijo que el SELA ayudará a los países miembros a participar en la OMC sin afectar sus tratados vigentes, en especial los relativos al acceso a mercados para productos agrícolas y textiles, comercio de servicios e inversiones. (FIN/IPS/tra-en/wg/cb/mj/if/97