AMERICA: Clinton ofrece nueva relación a cambio de libre comercio

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, culminó sus 23 horas en Venezuela con un discurso en que reafirmó su oferta a los países latinoamericanos "para entrar al nuevo milenio": una nueva relación más paritaria, a cambio del libre comercio hemisférico.

Clinton jalonó su escala en Venezuela de cuatro discursos públicos y uno privado con empresarios, y en todos ellos, con su elocuencia habitual y sin dejar de usar ningún recurso, incluido el de la emotividad, aprovechó para promover su oferta.

Venezuela fue la primera y más fácil escala de Clinton dentro de una gira sudamericana que desde este lunes lo instaló en Brasil y desde el miércoles lo tendrá en Argentina.

Clinton afirmó en su postrera alocución, ante las gradas del panteón donde reposan los restos del libertador Simón Bolivar, que Estados Unidos está decidido a trabajar para construir una relación de igualdad, respeto y cooperación con los países del área, a los que definió como socios, amigos y vecinos.

Esa nueva relación de la mayor potencia mundial de la globalización con los países que comparten, al sur, el continente americano tiene como instrumentos la democracia y la economía de libre mercado, y un objetivo: una América sin barreras comerciales de Alaska a la Patagonia.

La negociación de un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) entre todos los países del continente, con excepción de Cuba, está ya pactada desde 1994 por todos los involucrados y debe ser lanzada formalmente en abril próximo en la cumbre hemisférica de Santiago de Chile.

Clinton aseguró tras rendir tributo a Bolivar que el ALCA permitirá "unir las energias creativas de 800 millones de nosotros" y permitirá "derrumbar las barreras del pasado y abrir las puertas del siglo XXI".

El tránsito liberalizado "de productos, ideas e inversión" traerá beneficios a todos los pueblos americanos, afirmó Clinton, en el momento en que más pudo acercarse a la población, que mostró su entusiasmo más genuino cuando el huesped alabó el gran aporte de beisbolistas venezolanos en equipos de su país.

Pero Brasil, con el peso de ser él mismo también una potencia, abandera públicamente la posición que de hecho mantienen la mayoría de los países de la región, que esa negociación debe ser cautelosa y no puede desembocar en una rápida desgravación, como quisiera Clinton, porque sus economías aún no podrían competir.

El presidente del país norteamericano pidió que cada quien haga su esfuerzo por el proyecto del ALCA y aseguró que él lo está haciendo al dar una gran batalla para que el Congreso le apruebe la facultad de "vía rápida" para las negociaciones comerciales.

Rafael Caldera, el presidente venezolano que recibió un firme espaldarazo de Clinton como campeón continental de la libertad y la ética, alzó su voz octogenaria para demandar que la nueva relación no se agote en lo económico, sino que promueva una sociedad continental más justa y fundamentada en valores.

Caldera también planteó a Clinton en discursos improvisados que América Latina espera que Estados Unidos se preocupe activamente de que la globalización económica beneficie a todos y no promueva mayores desequilibrios a nivel mundial y hemisférico.

El presidente venezolano recordó también en las escalinatas que dan acceso a la tumba de Bolívar que los latinoamericanos están tratando de cumplir su ideal libertador de una "unión de repúblicas".

Y en lo que pareció una referencia al insistente llamado de Clinton en favor del libre comercio hemisférico, Caldera consideró que el proceso de integración regional será el que permita trazar "un vínculo solidario y armónico con Estados Unidos".

Clinton admitió que ningun país de América, incluido el suyo, ha logrado que la fórmula para impulsar el liberalismo económico y al mismo tiempo "conservar y sostener el contrato social para todo su pueblo" y que el alivio de la pobreza es una deuda común.

América Latina es el área más dinámica para las exportaciones de Estados Unidos. En esta región las ventas de ese país crecen a un ritmo de 12 por ciento, cinco puntos por encima del promedio para todo el mundo. Además, 58 por ciento de las inversiones regionales tienen origen estadounidense.

Pero la región se convirtió en un foco de atracción para la Unión Europea y Japón, al mismo tiempo que impulsa su propia apertura con proyectos de integración que preocupan a Washington, en especial el exitoso del Mercado Común del Sur, conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Clinton insistió que "Estados Unidos está decidido, dentro de un espíritu de respeto por la igualdad, de trabajar en conjunto, como amigos y como socios para aprovechar los beneficios y soportar las cargas de la nueva era".

Los otros puntos que marcaron las intervenciones de Clinton, la declaración política que suscribió con Caldera, y los cinco acuerdos sectoriales suscritos, fueron la necesidad de abrir nuevos caminos continentales para luchar contra el tráfico de drogas, eliminar la corrupción y proteger el medio ambiente. (FIN/IPS/eg/dg/if-ip/97

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