/AMBIENTE/COLOMBIA: Indígenas querellan a gigante petrolera ante la OEA

Los indígenas u'wa de Colombia, que amenazan con el suicidio masivo si no acaban las operaciones petroleras en sus tierras, elevaron esta semana su caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA).

"Solicitamos al gobierno colombiano que suspenda para siempre la exploración petrolera concedida a Occidental Petroleum (Oxy) y su asociada Shell Oil en nuestras tierras", dijo Roberto Cobaría, presidente del Cabildo Mayor, la autoridad tradicional u'wa.

Los u'wa combaten contra estas gigantescas empresas petroleras desde 1995, cuando una corte colombiana revirtió una decisión judicial previa a favor de su demanda, y amenazan con arrojarse a un risco de más de 400 metros de altura en la cordillera de los Andes si no se atienden sus reclamos.

"Preferimos morir con dignidad y proteger lo que consideramos sagrado que perder todo lo que nos hace ser u'wa", sentenció Cobaría.

La CIDH ha declarado que pretende que se protejan los derechos de los 5.000 u'wa, pero no emitirá ninguna recomendación al gobierno colombiano hasta que no concluya una investigación exhaustiva.

Colombia, de todos modos, no estaría obligada a cumplir con ninguna resolución de la OEA, aunque los activistas confían en que la publicidad alrededor del caso genere presión suficiente para poner fin al proyecto.

En la cosmovisión de los u'wa, nucleados en 17 comunidades de lengua chibcha que residen en la Sierra Nevada del Cocuy, en la vertiente oriental de los Andes al noroeste de Colombia, el petróleo es la sangre ("ruiría" o fluido vital) de la Madre Tierra.

Según sus creencias, el petróleo equilibra los temblores y sostiene las lagunas. "Pero no es sólo pensamiento del indígena. Todos los estudios del sabio blanco dicen lo mismo sobre el calentamiento de la tierra", afirma la Declaración U'wa por la Vida.

"Todos los hombres y mujeres honrados entienden que el camino de seguir abriendo heridas a la Madre Tierra es un camino mortal", agrega el documento.

La CIDH considera el envío de investigadores a Colombia en octubre, pero los u'wa, así como organizaciones de defensa de los derechos indígenas, temen que el gobierno obstruya la visita al Bloque Samoré, región donde técnicos de las compañías investigan la existencia de ricos yacimientos petrolíferos.

"Dudamos que el gobierno permita a los investigadores visitar el área donde nuestra tierra será destruida. Les dirán que se trata de una zona peligrosa llena de guerrilleros", dijo Abadio Green, presidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia.

El gobierno colombiano no presentó ninguna declaración oficial sobre las audiencias de esta semana.

En un inesperado giro en el conflicto, una comisión de expertos de la OEA y la estadounidense Universidad de Harvard exhortó el mes pasado a las compañías petroleras a suspender las exploraciones en el Bloque Samoré de forma "inmediata y sin condiciones".

El informe emitido al respecto, encomendado por el propio gobierno de Colombia, fue considerado un revés para la Oxy, compañía radicada en California, Estados Unidos, y la angloholandesa Shell Oil.

La suspensión de las operaciones petroleras constituiría el primer paso hacia la restauración del diálogo entre el gobierno y los u'wa, según la comisión de expertos, que acusaron a las autoridades colombianas de presionar a los indígenas para que negociaran con las empresas.

Sin embargo, grupos ambientalistas y de derechos humanos criticaron este informe pues no recomendaba la suspensión permanente de la exploración petrolera, si bien reconocieron que influirá en la decisión final de la CIDH.

Oxy, que ya lleva invertidos 12 millones de dólares en el Bloque de Samoré, manifestó su voluntad de suspender de forma temporaria las operaciones pero recordó que, en última instancia, el gobierno colombiano dirimirá el asunto.

El presidente de la filial colombiana de la Oxy, Stephen Newton, invitó en abril a la comunidad u'wa a construir "un diálogo amplio" con los representantes que designen para "demostrar a un país azotado por la violencia y la intolerancia cómo se puede avanzar en la convivencia de las culturas"

El Ministerio de Minería del país sudamericano reiteró que "la actividad petrolera en la zona no cesará".

Los u'wa destacaron en la audiencia ante la CIDH que el gobierno solo está interesado en proteger las inversiones extranjeras, a pesar de haber encomendado el informe de los expertos de la OEA y la Universidad de Harvard.

"El gobierno solo quiere quedar bien. Es un golpe publicitario. Es obvio que pretenden que continúe la exploración y la explotación petrolera", dijo Green a IPS.

Oxy firmó hace seis años un contrato con el gobierno de Colombia que le autoriza a explorar durante 28 años las 208.000 hectáreas del Bloque de Samoré, donde, según la compañía, existen reservas de alrededor de 1.500 millones de barriles de petróleo.

Funcionarios del gobierno se reunieron en enero de 1995 con representantes de los u'wa que reivindicaron el derecho a que se consulte a sus comunidades sobre la explotación de recursos naturales en sus tierras ancestrales, como establece la constitución colombiana.

Pero el gobierno aprobó la licencia de exploración a la compañía antes de que el diálogo hubiera concluido. Los abogados de los u'wa reaccionaron de inmediato e interpusieron dos querellas judiciales contra el gobierno.

Un tribunal de Santafé de Bogotá falló a favor de los u'wa en octubre de 1995, pero esa sentencia fue revertida con rapidez por la Corte Suprema. Los werhayas, líderes espirituales de los grupos indígenas, amenazaron entonces con el suicidio en masa, en un intento desesperado por impedir las explotaciones petroleras.

Existe un precedente de una medida así. Una comunidad u'wa en el territorio de la actual Colombia se arrojaron a un precipicio a fines del siglo XVII para evitar la colonización a manos de misioneros españoles y recaudadores de impuestos. El lugar es conocido como Precipicio de la Gloria.

Los indígenas afirman que las operaciones petroleras en territorio u'wa violarían la constitución de 1991.

"Si el gobierno cumpliera con la constitución, no estaríamos aquí, en otro país, en procura de apoyo. La explotación petrolera es una amenaza a nuestro hogar, a los animales y plantas que comemos, al agua que bebemos y a nuestra cultura, que se basa en la selva", sostuvo Cobaría.

Los u'wa ocupan 107 hectáreas del Bloque de Samoré, en las que habitan 707 familias que se dedican a la agricultura, la ganadería y la recolección de frutos del bosque en un sistema de economía de consumo que no deja excedentes para comercializar.

En la cosmovisión de los u'wa, los fuidos de la tierra equilibran los minerales y mantienen la vida de animales y plantas y los espíritus de los hombres. "Si se extrae ruiría del corazón del mundo, éste no podrá sostenerse y todo se contaminará", dijo el dirigente ante el Cabildo Mayor en junio.

Con la explotación de petróleo llegaría la colonización, "se derrumbaría la base del pensamiento tradicional, los werhayas ya no cantarán ni rezarán, no habrá danzas, las razones por las que hay pueblo u'wa se acabarán", dijo Cobaría entonces.

El líder indigena reiteró que su comunidad prefiere "una muerte digna" y entregar sus espíritus al dios Sira antes que morir a manos de quienes quieren explotarlos.

La Oxy también desarrolla operaciones petroleras cuestionadas por ambientalistas y activistas de derechos humanos en territorios indígenas de Ecuador y Perú. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/mj/en pr/97

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