La hambruna en Africa ataca una franja que se extiende desde Sudán a Ruanda, forzando a millones a depender de los alimentos de ayuda humanitaria entregados por donantes.
El último país afectado es Ruanda, cinco de cuyas 11 provincias enfrentan aguda escasez de alimentos. "La situación es seria en la región de Gikongoro, en el sur, donde no ha llovido", confirmó esta semana en Kigali el ministro del Interior de ese país, Hararimana Abdel Karim.
Una alarma similar fue planteada el 25 de septiembre por el líder rebelde de Sudán John Garang, quien apeló a alimentos de ayuda para unos 2,6 millones de personas en el sur de su país. Garang dijo a los periodistas en esta capital que "una seria escasez" fue causada en el sur del país por la corriente océanica El Niño.
El Niño es una corriente cálida del Pacífico que se genera cada pocos años, alterando los patrones climáticos en varias partes del mundo, incluyendo Africa.
Garang, líder del Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA), que opera en el sur no musulmán, urgió a la comunidad internacional a aliviar la situación causada por la sequía.
La ausencia de lluvias también forzó al presidente de Tanzania, Benjamin Mkapa, a pedir alimentos a mediados de septiembre. Su país enfrenta un déficit de 900 toneladas, y Mkapa liberó de impuestos la importación de alimentos con el fin de hacer frente a la crisis.
En la región, Etiopía necesita unas 219.000 toneladas, Eritrea 169.000, Somalia 86.000, Kenia 268.000, Uganda 30.000, Burundi 17.000 y la República Democrática de Congo 65.000 toneladas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
En Ruanda, la radio estatal dijo esta semana que el precio de los alimentos en Gikongoro subió estrepitosamente, y que niños han sido abandonados por familias que no pueden alimentarlos. El corresponsal de Radio Ruanda dijo desde el área que los mendigos superan a los compradores en los mercados.
Un reciente informe de la FAO estima que 1,6 millones de personas en Ruanda deberán ser alimentadas durante la segunda mitad de 1997, una aumento de 25 por ciento por sobre el período correspondiente al año pasado. Además, prevé que la producción total de alimentos caerá 18 por ciento en relación a 1990.
En reacción al informe de Radio Ruanda, Seth Sendashonga, de las exiliadas Fuerzas de Resistencia para la Democracia en Ruanda (RFD) dijo a IPS este miércoles que Gikongoro siempre ha sido propenso a la sequía y la hambruna.
Según Sendashonga, las actividades militares en la región impiden el trabajo en los campos agrícolas. La producción de café, mayor fuente de divisas del país, también se vio afectada. En tiempos de paz, se producían 30.000 toneladas anuales, pero ahora sólo se cosechan 9.000.
La situación alimentaria en Ruanda comenzó a deteriorarse cuando, en noviembre de 1996, más de un millón de refugiados comenzó a retronar de campamentos en la República Democrática de Congo y Tanzania.
Los refugiados habían dejado el país en 1994, cuando el Frente Patriótico Ruandés (RPF), entonces un grupo rebelde, desplazó un régimen interino de tres meses, poniendo fin a masacres en que murieron al menos medio millón de personas.
Enfrentamientos entre los militares y algunos de los refugiados tienen lugar en los últimos meses, y también ataques de ex refugiados contra sobrevivientes del genocidio de 1994.
Todo esto aumentó la inseguridad en partes del país, y la necesidad de asistencia de agencias como el Programa Mundial de Alimentos, que anunció en agosto que entregaría alimentos para seis meses a 1,2 millones de refugiados en 153 comunas.
Al igual que Ruanda, el resto de la región necesitará asistencia en alimentos durante cierto tiempo.
La cantidad requerida en 1996/97 por Africa subsahariana como un todo deberá decrecer, según estimaciones, 15 por ciento en relación al año pasado, pero aún se sitúa en dos millones de toneladas, según la FAO. (FIN/IPS/tra-en/mn/kb/lp/dv-en/97