La Unión Europea continúa defendiendo su llamado a reducir las emisiones de gases invernadero 15 por ciento en 12 años, insistiendo en la necesidad de una acción mundial y en la viabilidad técnica y económica de los recortes.
"No podemos perder más tiempo. La UE debe asumir compromisos unilaterales ahora para avergonzar a Estados Unidos y Japón de modo que entren en acción", dijo Carlos Pimenta, europarlamentario y presidente de la asociación ambientalista Global EU.
El llamado de la UE a un recorte en las emisiones de gases con efecto invernadero a niveles de 1990 en el 2010 es resistida por Japón y Estados Unidos. La reunión de diciembre en Kioto, Japón, seguramente plantee una confrontación.
Citando un informe de la ejecutiva comisión europea según el cual la reducción de las emisiones sería beneficiosa desde el punto de vista económico, Pimenta dijo que los esfuerzos de la UE sólo marcarán una diferencia si "todos los países industrializados, en paralelo, hacen un esfuerzo de reducción equivalente".
La semana pasada, 1.500 científicos de 60 países, incluyendo 98 Premios Nobel, lanzaron una declaración urgiendo a líderes mundiales a adoptar en Kioto una estrategia firme para disminuir las emisiones.
La propuesta de Japón, presentada el lunes, es reducir las emisiones cinco por ciento en relación a los niveles de 1990 entre el 2008 y el 2012. Bill Hare, director de política climática en el grupo de presión ambientalista Greenpeace, la calificó como "una desgracia internacional".
Los ambientalistas ven la meta conservadora de Japón como prueba de cómo la diplomacia y la presión de la industria deja a un lado las cuestiones ambientales.
"Es cada vez más difícil entender porqué lo que puede hacerse en la UE no puede hacerse en Japón y otros países industrializados", dijo el lunes un portavoz de la Comisión Europea.
Pero informaciones de prensa en Japón sugirieron que la UE podría dejar atrás el 15 por ciento y que su mínimo declarado es cinco por ciento, la cifra japonesa.
Además, una gran parte de la reducción las emisiones de la UE se están logrando simplemente dejando morir las viejas y no deseadas industrias que Alemania heredó del este ex comunista. En efecto, metas altas o bajas implican poca diferencia para el bloque en términos prácticos.
Por lo tanto, la UE es presionada a aplicar una meta de 15 por ciento en su territorio, aunque Japón y Estados Unidos fuercen un objetivo mundial más bajo en Kioto.
El informe de la Comisión Europea, divulgado la semana pasada, indicó que la meta de la UE es una "necesidad ambiental técnica y económicamente viable".
Según el estudio, la reducción de 17 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono mediante reestructuración industrial y controles al transporte y el consumo de combustibles no afectará un crecimiento de 50 por ciento del producto interno bruto (PIB) en toda Europa entre 1990 y el 2010.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) afirma que los efectos iniciales en los cambios de patrones climáticos ya han sido vistos en el mundo, en la forma de sequías fuera de estación o inundaciones y tormentas inusuales.
Aphrodite Mourelatou, portavoz de Greenpeace, dijo que el grupo respalda la meta más estricta a presentarse en Kioto, una disminución de 20 por ciento en el 2005 de la Alianza de Pequeños Estados Isleños, un grupo de 30 países que tiene mucho que perder con el recalentamiento planetario.
Ministros de Medio Ambiente de todo el mundo se reunirán en Kioto entre el 1 y el 10 de diciembre para intentar un acuerdo sobre un tratado vinculante que comprometa a los países industrializados a reducciones específicas de los gases invernadero, según se acordó en la Cumbre de la Tierra de 1992, donde se aprobó la Convención sobre Cambio Climático.
Se cree que grupos de presión de la industria están gastando unos 15.000 millones de dólares en una campaña contra el tratado, temiendo competencia si los países industrializados quedan sujetos a normas mucho más estrictas que aquellos en desarrollo.
Estados Unidos, el mayor productor de gases con efecto invernadero, afirma que países en desarrollo como Brasil, India y China deben ser incluidos en el tratado. (FIN/IPS/tra-en/ns/mom/rj/lp/en-ip/97