AMBIENTE: Recalentamiento mundial no aumentaría el nivel del mar

Investigadores estadounidenses refutaron la teoría de que el recalentamiento del planeta, debido a la concentración de gases con efecto invernadero, conducirá al aumento del nivel de los mares, algo que la generalidad de la comunidad científica da por sentado.

La teoría aceptada generó predicciones de consecuencias desastrosas para algunos países vulnerables, especialmente los estados isleños que corren mayor peligro por el calentamiento planetario.

La Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS) pretende convencer a los delegados de Bonn, que preparan un acuerdo preliminar sobre las emisiones de gases invernadero, para que adopten una meta de reducción de las mismas de 20 por ciento por debajo de los niveles de 1990 para el 2005.

La teoría se basa en las suposiciones de que el derretimiento de los glaciares y los cascos de hielo aumentará la cantidad de agua líquida a costa del elemento "sólido", y que el agua marítima se expande cuando se calienta.

Sin embargo, Hengchun Ye y John Mather, de la Universidad de Delaware, Estados Unidos, distinguieron un tercer factor que podría compensar las consecuencias de los otros dos: la probabilidad de la mayor caída de nieve en las latitudes superiores.

Los investigadores utilizaron lo que denominan un modelo de circulación general para estimar los cambios de temperatura y precipitación que resultarían al duplicar las concentraciones de dióxido de carbono y cómo esto podría cambiar la cantidad de agua que se depositaría cada año como nieve sobre la regiones polares.

La mayor parte de la lluvia y la nieve que cae sobre zonas terrestres es agua evaporada de los océanos.

La nieve es humedad que queda capturada y almacenada en la tierra durante el invierno. Finalmente, vuelve a los océanos en los meses cálidos. Ello ayuda a explicar por qué el nivel del mar es unos 1,4 centímetros menor al final del invierno que en el verano.

En climas con moderada precipitación de nieve, con temperaturas invernales cercanas al congelamiento, el calentamiento podría reducir la cantidad de días en que nieva y aumentar las jornadas de lluvia, explicó Matter.

En las latitudes superiores muy frías, sin embargo, el calentamiento podría generar un aumento de la caída de nieve ya que la mayor temperatura significa más humedad.

Yea y Matter emplean las predicciones del modelo de circulación general para sugerir que el hemisferio norte experimentará un pequeño aumento neto de nieve mientras que la Antártida podría sufrir un incremento enorme.

En algunas zonas, el aumento podría ser de hasta 30 centímetros más de nieve, lo que eliminaría cantidades importantes de agua del océano y aumentaría el grosor de los cascos de hielo, especialmente en la Antártida y el centro y norte de Groenlandia.

El oceanógrafo Keith Nicholas, del instituto Británico de Investigación Antártica, obtuvo una conclusión similar y sugiere que el calentamiento planetario podría incluso expandir los bancos de hielo.

Luego de estudiar el banco de hielo Filchner-Ronne en el sur del mar Weddell, Nicholas señala que el aumento moderado de la temperatura podría reducir el derretimiento de algunos bancos de hielo de la Antártida y aún expandir su grosor.

"El banco de hielo se reduce durante los meses fríos debido a una compleja circulación que produce una corriente de agua densa y muy salada debajo del hielo", explicó Nicholas. El derretimiento se detiene durante el verano y el hielo se expande.

"Se puede esperar el mismo fenómeno si aumentan las temperaturas mundiales", señala. Sin embargo, otros factores podrían complicar el panorama, como posibles cambios en las corrientes oceánicas.

No obstante, los cambios del nivel del mar no constituyen la principal inquietud de los ambientalistas pendientes de los efectos de la perturbación del clima en la región ártica, donde corre peligro el frágil ecosistema.

El aumento gradual de la temperatura promedio en los últimos 100 años produjo cambios en las estaciones y la mayor frecuencia de acontecimientos climáticos inusuales.

Investigaciones recientes comprueban lo perturbadores que pueden ser estos cambios. Experimentos de aumento artificial de la temperatura, realizados en Spitsbergen, Noruega, por ejemplo, resultaron en drásticos incrementos del número de áfidos que habitan en las plantas.

El Experimento Internacional de la Tundra, que se realiza en 25 lugares en ocho países circumpolares, halló que el calentamiento resulta en una pérdida de la diversidad de la flora, incluso en los ecosistemas intactos de la tundra.

A la vez, ello tiene serias consecuencias para las poblaciones animales.

La interrogante se mantiene sobre el efecto que tendrá el calentamiento sobre las corrientes de hielo, pero queda claro que el derretimiento de ciertas zonas podría tener un efecto devastador sobre los animales que dependen de bloques de hielo, como focas y osos polares. (FIN/IPS/tra-en/jmp/rj/aq-lp/en/97

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