YUGOSLAVIA: Los dos mundos paralelos de Kosovo

La quinta parte de la ciudadanía de la República Serbia ya ha resuelto boicotear las elecciones presidenciales y parlamentarias del día 21.

Dos millones de albaneses étnicos en la provincia meridional serbia de Kosovo se abstendrán de concurrir a las urnas, como en todos los comicios desde los primeros multipartidarios, que se celebraron en 1990.

Líderes comunitarios como Ibrahim Rugova, Fehmi Agani, Adem Demaqi y Azem Vllasi llevaron a los albaneses al margen de la vida política de Serbia luego de que el presidente de la república, Slobodan Milosevic, suspendió la autonomía de la que disfrutaban en Kosovo.

En esta provincia residen unos dos millones de albaneses y apenas 190.000 serbios étnicos. Los albaneses construyeron a lo largo de los años un sistema político y social paralelo al oficial.

La importancia histórica de Kosovo, en el corazón de la nación serbia, atrajo allí a muchos ultranacionalistas. Los diplomáticos occidentales y los periodistas pronostican que en la provincia se desarrollará el próximo conflicto de los Balcanes.

La intención de Milosevic es mantener esta situación tal como está, y se satisface de rechazar el diálogo directo los líderes albaneses que continúan reclamando la autonomía y la independencia.

Las dos comunidades coexisten sin ningún contacto ni nada en común excepto el enfrentamiento, la pobreza y la incertidumbre, según un estudio titulado "La anatomía de la crisis en Kosovo" realizado por sociólogos y psicólogos del Foro de Organizaciones no Gubernamentales para las Relaciones Etnicas.

El informe de este grupo con sede en Belgrado, el primero efectuado por serbios y albaneses en conjunto, analizó las variaciones en la opinión pública en la provincia a lo largo de siete años. "Los resultados confirman la mayoría de las cosas que ya sabíamos", sostuvo Dusan Janjic, uno de los coautores.

"La conclusión básica es que los serbios y albaneses de Kosovo pertenecen a dos mundos paralelos y separados que solo pueden reunirse en caso de enfrentamiento", agregó Janjic.

Según el estudio, 98 por ciento de los albaneses consideran que la independencia es una solución adecuada. Apenas dos por ciento de los serbios en Kosovo piensan lo mismo.

Por el contrario, 73 por ciento de los serbios en Kosovo creen que la solución es acabar con cualquier vestigio de autonomía de los albaneses y asegurar el dominio de Belgrado.

En lo que los autores del informe consideraron un "pequeño milagro", equipos separados formularon más de 200 preguntas a 816 albaneses y 405 serbios de toda la provincia. Los encuestadores entrevistaron a los encuestados de su misma etnia. De otro modo, no habrían respondido.

"Las dos comunidades están en absoluto cerradas y vueltas hacia su propia etnicidad", concluyó el estudio. Los matrimonios interétnicos eran comunes en la antigua Yugoslavia antes de 1991, pero tampoco entonces eran frecuentes entre albaneses y serbios.

Ningún serbio reconoció tener padres albaneses. Apenas 0,5 por ciento de los albaneses admitieron tener una madre serbia, y 1,1 por ciento, un padre serbio.

Entre los serbios, 72 por ciento consideró negativo tener un vecino albanés. Apenas 23 por ciento de los albaneses contestaron lo mismo en referencia a los serbios.

A pesar de eso, el estudio concluyó que 82 por ciento de los albaneses rechazarían tener un amigo serbio, cuando solo cuatro por ciento de los serbios respondieron eso sobre los albaneses.

"Casi todos los albaneses y todos los serbios se consideran no nacionalistas, pero afirman con decisión que sus contrapartes sí lo son", según el informe.

Apenas cinco por ciento de los serbios hablaban con corrección el idioma albanés, mientras 54 por ciento de los albaneses hablan buen serbio.

Los albaneses se niegan con firmeza a participar en las elecciones parlamentarias. En cambio, 93 por ciento de los serbios en Kosovo anunciaron que votarán, 43 por ciento al Partido Socialista de Milosevic y 38 por ciento a Vojislav Seselj, un ultranacionalista.

Aun sufriendo "pobreza y un futuro incierto", serbios y albaneses no tienen voluntad de hacer algo juntos.

"Hay una pequeña posibilidad de que las dos comunidades tengan un vínculo, pero solo si se dan cuenta de que la pobreza no es generada por las cuestiones nacionales sino por la política y el decadente sistema social", según Srecko Mihajlovic, otro de los coautores del estudio.

"Hasta entonces no habrá una luz al final del túnel", agregó.

"Para la gente normal, salir de la pobreza sería un buen motivo para un trabajo conjunto. Pero la situación en Kosovo está lejos de la normalidad. No hay comunicación entre las dos comunidades, solo silencio", dijo Janjic.

"Los mensajes se transmiten a través de terceros. Lo único que a veces se intercambian son balas. Solo un vestigio de sentido común ha impedido que las balas sean más frecuentes", explicó el experto.

El estudio concluyó que la continua represión a manos de las autoridades serbias en Kosovo solo empeorará la situación. La solución está en manos de Belgrado, "en particular en las del propio Milosevic", advirtió.

El informe fue elaborado en junio y respaldado por varias organizaciones no gubernamentales internacionales y la Open Society Fund del financista George Soros. (FIN/IPS/tra- en/vpz/mj/ip/97

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