El sistema político de México amaneció hoy con un rostro distinto. Los antiguos rituales y las recientes interpelaciones que rodeaban el acto en el que el Presidente presentaba su informe anual, parecieron quedar sepultados para siempre bajo el peso de la nueva realidad política.
La foto de un sonriente mandatario Ernesto Zedillo estrechando la mano de Porfirio Muñoz, presidente de una Cámara de Diputados dominada por primera vez en 68 años por la oposición, y títulos como "Tiempo de democracia" y "Nueva era", dieron tono este martes a la primera plana de los diarios.
En un acto sin estridencias, rápido y con pocos aplausos e invitados, Zedillo presentó la noche del lunes su tercer informe de gobierno a diputados y senadores y luego escuchó la réplica de Muñoz, quien lo invitó a discutir los detalles de su exposición y a debatir la política económica.
"En forma y fondo, la presentación de Zedillo marcó el inicio de una nueva etapa, en la que los mexicanos tienen muchas esperanzas", dijo a IPS Gilberto Rincón, director del no gubernamental Centro de Estudios para la Reforma del Estado.
Con la presentación de Zedillo, quien en diciembre cumple tres de los seis años de gestión para los que fue elegido, comenzó oficialmente un nuevo período legislativo, en el que el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) es minoría.
La nueva e inédita correlación de fuerzas políticas que, según la oposición, permitirá por primera vez separar efectivamente los Poderes Ejecutivo y Legislativo, es producto de las elecciones del 6 de julio.
Zedillo y Muñoz se comprometieron el lunes, en sus respectivas intervenciones, a trabajar en conjunto por el bien del país y a dirimir las diferencias entre el gobierno y la oposición dentro del marco del diálogo y la concertación.
"La relación no va a ser nada fácil. Veremos hasta dónde el PRI y la oposición pueden avanzar sin paralizar el país y sin incurrir en escándalos", advirtió Rincón.
Para analistas e historiadores, el entorno en que Zedillo rindió su informe fue una señal auspiciosa. "La austeridad de la ceremonia y de las intervenciones, así como el respeto que prevaleció, pueden ser un buen augurio de la nueva etapa", sostuvo el politólogo Jorge Castañeda.
A diferencia de años pasados, la exposición del informe presidencial no tuvo la presencia de diplomáticos, empresarios ni religiosos. Tampoco concurrieron a la Cámara de Diputados la familia de Zedillo y la mayoría de los gobernadores.
Hasta la época del presidente Carlos Salinas (1988-1994), la ceremonia del informe, que por ley se presenta cada 1 de septiembre, mostraba resabios monárquicos.
Desfile en automóvil descubierto bajo una lluvia de papeles de colores, foto familiar y formación de largas filas de diplomáticos y políticos en la casa presidencial para saludar al mandatario, eran parte de la tradición.
Nada de eso hubo en esta ocasión. Tampoco se exhibieron carteles ni se escucharon gritos de diputados presentes mientras hablaba el mandatario.
El año pasado, un diputado se puso una máscara de cerdo y bajo el podio desde donde Zedillo hablaba levantaba carteles con leyendas alusivas a la situación del país.
"Nos aguardan enormes tareas que sólo pueden ser realizadas con la colaboración respetuosa entre los Poderes de la Unión (…) Es la oportunidad de nuestra generación, oportunidad a la que no llegaron nuestros abuelos y en la que se quedaron cortos nuestros padres", dijo Zedillo en su informe.
Líderes políticos expresaron temor el fin de semana por la estabilidad democrática del país, cuando el PRI desconoció la mesa directiva de la Cámara de Diputados designada por la mayoría opositora y anunció que instalaría una Cámara paralela. Tras intensas negociaciones, el partido oficialista dio marcha atrás en su decisión.
Los diputados "cumpliremos el mandato de la urnas de modo eficiente y racional, a efectos de preservar la estabilidad y la confianza", expresó Muñoz, quien además de presidente de turno de la Cámara es coordinador del grupo parlamentario del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD)
Muñoz intervino luego de Zedillo, quien en su discurso destacó los logros de su gestión en materia económica y social, reconoció la gravedad de los problemas de seguridad pública e invitó a los diputados a trabajar juntos para definir "una política de Estado" que aliente el crecimiento económico.
El PRI tiene 239 diputados en la Cámara de Diputados, frente a los 261 que en conjunto suman los opositores PRD, Partido Acción Nacional, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista. (FIN/IPS/dd/ff/ip/97