Varias voces en la ONU exigen la revisión de la Declaración Universal de Derechos Humanos del foro internacional, que en 1998 cumplirá 50 años, mientras Estados Unidos y la Unión Europea se oponen.
Los partidarios de la revisión, como el primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, señalan que la mayoría de los países asiáticos aún no eran independientes cuando la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la carta el 10 de diciembre de 1948.
Sólo 48 países votaron a favor de la declaración de derechos humanos, mientras ocho se abstuvieron, recuerdan los malasios que reclaman su revisión.
El pedido de revisión coincide con la redacción de una Declaración Universal de Responsabilidades Humanas por 29 ex jefes de gobierno que proponen su adopción por la ONU junto a la declaración de derechos humanos, para contrarrestar los supuestos prejuicios de los redactores occidentales en 1948.
El documento de los ex mandatarios, integrantes del grupo llamado InterAction Council, enfatiza valores éticos universales y la idea de que "los derechos no pueden existir sin las responsabilidades".
Entre los integrantes del grupo se encuentran los ex líderes de Singapur Lee Kuan Yew, de Alemania Helmut Schmidt, de Estados Unidos Jimmy Carter, de Zambia Kenneth Kaunda, y de Israel Shimon Peres.
Estados Unidos y la Unión Europea se oponen al pedido de revisión de Mahathir y afirman que la declaración de la ONU es una carta universal aceptada como norma humanitaria internacional.
El debate sobre la revisión propuesta revela las diferencias sobre derechos humanos que existen entre países asiáticos y occidentales.
Algunos funcionarios de Malasia consideran el concepto de derechos humanos como parte del intento de Occidente de imponer sus valores sobre Oriente, y señalan la doble moral que revelan los países industrializados en las relaciones internacinales.
Uno de sus argumentos es la severa posición que adoptó Occidente contra Irak por su invasión de Kuwait mientras toleró la agresión serbia en Bosnia y el sufrimiento del pueblo palestino.
Sin embargo, la participación de Malasia en el debate por los derechos humanos y el pedido de revisión de la declaración de la ONU podría provocarle problemas, así como a otros países de Asia.
Mahathir condenó las atrocidades que cometieron Israel, Serbia y Sudáfrica en la época del apartheid, aunque "no menciona los abusos perpetrados por nuestros vecinos más cercanos, como Indonesia y Birmania", señaló Suaram, organización de derechos humanos radicada en Kuala Lumpur.
No obstante, el gobierno de Malasia mantiene que las actuales normas de derechos humanos se concentran demasiado en los derechos individuales.
Los funcionarios malasios afirman que los derechos de la mayoría, o el bienestar general, e incluso el desarrollo económico, preceden a los derechos de la minoría o los derechos individuales.
Mahathir define a la democracia como el régimen que "permite que la mayoría de la gente decida lo que quiere hacer".
"Pero ahora el concepto de democracia se extendió hasta significar que una minoría y una sola persona debe tener libertad hasta el extremo de negar el derecho de la mayoría", sostuvo en una entrevista con la red de televisión CNN este mes.
La "voluntad de la mayoría" se utilizó en el pasado para justificar legislación antidemocrática que limita las libertades políticas y civiles de Malasia, como la Ley de Seguridad Interna, que se emplea para mantener la estabilidad política e impedir amenazas a la seguridad nacional, afirman analistas.
El bien colectivo también se utilizó para justificar el control sobre la prensa, en especial en un país donde existen conflictos étnicos.
Mahathir arguye que el país necesita restringir el poder de los medios de comunicación para contener las emociones comunitarias.
"Si permitimos que los medios provoquen e instiguen los conflictos entre las personas, ello perturbará o desestabilizará a nuestro país y nuestras políticas", aseguró.
Según la opinión del primer ministro malasio, no sorprende que reclame la revisión de la declaración de la ONU.
Pero los activistas políticos piensan que la revisión no tiene justificación porque los países en desarrollo ya expresaron su opinión en foros internacionales sobre normas de derechos humanos.
Syed Husin Ali, presidente del opositor Partido Malasio del Pueblo, señaló que los países en desarrollo expresaron su opinión en debates posteriores a la adopción de la declaración universal en 1948.
Debates en torno a los derechos individuales frente a los económicos, sociales y culturales, se extendieron durante 18 años hasta que en 1966 se adoptaron dos pactos internacionales referidos a las dos esferas de los derechos humanos.
Para ese entonces, más países obtuvieron la independencia por lo que más de 100 estados votaron a favor de las normas, respaldando, en la práctica, el concepto de derechos humanos incluido en la declaración de 1948.
"La mayoría de los países del Sur tuvieron la oportunidad de exponer su propia perspectiva de los derechos humanos y de rectificar toda omisión o distorsión que fuera evidente en la Declaración de la ONU", destacó Syed Husin Ali.
Mientras que la Declaración Universal subraya los derechos individuales, los primeros artículos de ambos pactos afirman los derechos de los "pueblos" a la autodeterminación y a "disponer en libertad de sus riquezas y recursos naturales", añadió. (FIN/IPS/tra-en/ann/js/aq-lp/hd-ip/97